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Naya and Julia are attending a philosophical therapy session with Raúl to discuss their communication issues in their long-distance relationship. Naya feels insecure and abandoned because Julia seems distant and uninterested when they talk on the phone or interact on social media. Julia explains that she is more reserved and struggles to express herself over the phone, but she feels the same way and misses Naya. Raúl relates their issues to the ideas of philosophers Frege, Russell, and Biggestain, highlighting the importance of understanding each other's perspectives and the different meanings we attach to words based on personal experiences. Naya and Julia realize that they are playing the same "game" of love but need to communicate better to avoid misunderstandings. They thank Raúl for his help and commit to working on their communication. ¿Nos entendemos cuando hablamos? Naya y Julia acuden a su terapia filosófica de pareja y las atiende Raúl. ¿Qué tal? Pasad, sentad si queréis. Muy buenas. Bueno, tengo entendido que has estado teniendo problemas de pareja. Eh, sí. Naya y yo tenemos una relación a distancia y cuando hablamos por teléfono ella se siente insegura con respecto a la manera en la que nos comunicamos. También se ha quejado bastante sobre cómo nos relacionamos por redes sociales. ¿Ah? Pues Naya, cuéntame un poco sobre el tema. Pues mira, yo cuando hablo con Julia por el móvil la noto fría, responde con buenos sílabos y siento que la obligo a mantener contacto conmigo. Además no noto su ilusión, como cuando estamos juntas, no le da me gusta a mis publicaciones y apenas coge el teléfono. Y a veces me siento un poco abandonada. ¿Y Julia? ¿Tú cómo te sientes? A ver, creo que tanto por llamada como por chat yo me expreso a mi manera porque soy más reservada y me desenvuelvo peor por teléfono porque no veo su cara para saber lo que le molesta. Por eso respondo así, pero yo siento lo mismo y la echo de menos. Bueno, esto que me estáis contando lo podemos relacionar con la idea del filósofo Frege. Este distingue entre referencia y sentido. Las referencias para él serían el amor que sentimos y expresamos y el sentido sería la forma en la que cada uno lo expresa. Según tú, sientes el mismo amor que ella, pero lo expresas de manera distinta. ¡Exacto! Y esto hace que yo me sienta más apartada de tu vida. Eh, ya, pero yo no estoy acostumbrada a relacionarme así online. No sé cómo llevar la situación porque nunca aprendí a comunicarme por este medio. Soy más reacia a las redes sociales que tú, Naya. A ver, esta manera de entender el problema está relacionada con Russell. El significado de las palabras es el conocimiento directo del objeto al que se hace referencia. Es decir, las vivencias que has tenido de él y que guardas en tu memoria. Por lo tanto, Naya, estaría bien que entendiera un poco su punto de vista, ya que las palabras que una persona utiliza no tienen exactamente el mismo significado para las que la escucha, ya que van relacionadas en cada caso con experiencias personales distintas. Es cierto, pero yo voy a seguir dándole vueltas al coco porque estoy todo el día esperando a que muestren las iniciativas. Bueno, por otro lado, también podemos acercarnos al problema desde el punto de vista de Biggestain. Este decía que las palabras sin más no sirven para representar el mundo. Sabemos el significado de estas cuando conocemos su uso. El lenguaje no tiene estructura sino el significado que le damos. Eso me suena, me acuerdo de haberlo leído en una revista. Hacía mención al juego del ajedrez como ejemplo para entender su teoría. El peón no se define por su tamaño, color o forma, sino por sus movimientos y las reglas de su uso. Creo que estoy comprendiendo lo que me queréis decir. Para entendernos con mayor facilidad tenemos que saber si estamos jugando al mismo juego, ya que para Naya podemos jugar al juego del amor, pero si ella no sabe que yo estoy jugando a lo mismo se puede sentir dudosa, ya que ella no sabe si yo juego al amor, al sarcamo o a la ironía. Efectivamente. Por lo tanto, Julia, comprendes gracias a los ejemplos de estos filósofos que no tenéis un problema y que estáis jugando al mismo juego. ¿Y que yo pueda dudar de tus ganas de sentimientos? Sí. A partir de ahora te prometo intentar soltarme más cuando hablemos en la distancia. Muchas gracias Raúl por tu ayuda. ¡Hasta la próxima! Me alegro un montón. Gracias a vosotras.