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la verdad que puede cambiar nuestra vida.
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la verdad que puede cambiar nuestra vida.
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la verdad que puede cambiar nuestra vida.
The existence of everything, including humans, has been interconnected since the beginning of time. Our lives have a special purpose and meaning. We must reject the lies imposed on us and embrace the truth to understand why our lives are important. We are unique and irreplaceable beings. Nobody can have our personality or abilities. We should not let others devalue us. The story of a young farmer seeking help from a wise man illustrates the importance of recognizing our own worth. Only an expert can truly appreciate our value. We must help ourselves before helping others. Bullying and negative experiences can affect our self-esteem and how we treat others. In the next episode, the narrator will share their personal story and how they discovered the truth that saved their life. We must accept the truth, even if it challenges our beliefs. Todo lo existente, incluyendo al ser humano, ha convivido mutuamente desde el inicio de los tiempos, y ni lo uno ni lo otro podría haber llegado a existir sin que se hubiesen mantenido fundamentos establecidos en el momento de la constitución del mundo. Lo cual es algo que nos debiera permitir comprender que nuestras vidas no son dadas al azar, sino que éstas tienen un motivo o fin especial para la permanencia de todo lo existente. Por ello es necesario que iniciemos este podcast desechando todas aquellas mentiras que nos han sido impuestas desde nuestra juventud, y abramos el entrenamiento para una verdad, una verdad que les voy a compartir, que nos permitirá poder comprender el por qué nuestra vida es tan frágil, y lo importante que a la vez viene siendo ésta. La verdad que nos enseñará a conocernos mejor, a que asimilemos la realidad del por qué estamos aquí, y solamente eso podrá ser logrado si cambiamos nuestra forma de pensar y reconocemos cuán equivocados y perdidos andamos en nuestra vana sabiduría humana. Somos seres únicos e irreemplazables, ya que todo el universo existe, y nunca llegará a existir alguien que pueda contar con tu misma personalidad, habilidades, destrezas, ni aún aunque naciera un gemelo tuyo, o tú fueras siamés con otra persona, o quizás fueras morocho, aún así el compañero tuyo que estuvo en esa placenta no sacará ninguna de las particularidades o semejanzas que solamente te pueden llegar a describir a ti. Por este motivo no debes aceptar que nadie te valore y que nadie ponga sobre ti algún perjuicio que pueda degradar el gran valor que como persona tú tienes. Por ello, para que me entiendas mejor esto que le estoy explicando, les voy a contar una historia. Una vez un joven campesino se vio en la gran necesidad de ir a ver al sabio en la región donde vivía. Este chico al encontrarse delante de él le dice, necesito que usted me ayude. Muchos me dicen que soy un torpe y un bueno para nada. Dígame, ¿me podría usted ayudar a cambiar, a no seguir siendo así? Era tal la desesperación que tenía el chico que inclusive las palabras se le enredaban en la boca. El sabio le ve y le responde al chico. Sabe, sí podría ayudarte, pero antes yo tengo un problemita y necesito que tú me ayudes primero a resolverlo. Luego podré concentrarme en darte la ayuda que tú tanto estás necesitando. Entonces el chico le responde al sabio. Pero señor, es muy importante para mí resolver este problema. Sin embargo, el sabio insistió en que el chico lo ayudara porque lo de él era más importante y si no lo resolvía no podría concentrarse para ayudar al chico. El sabio sigue hablándole y le cuenta, tengo una deuda que pagar, pero no tengo quien me ayude ya que yo estoy imposibilitado aquí en esta casa, en esta silla y no puedo salir a poder conseguir el dinero que tanto necesito. ¿Crees tú poder ayudarme? Y el chico extrañado le responde que le ayude yo como si no tengo dinero. El sabio se quita un anillo sencillo, no tan lujoso que llevaba en el dedo y se lo da en la mano al chico diciéndole, si me ayudas yo podré ayudarte. Por tanto, toma este anillo y ve al mercado y vendelo. Pero eso sí, no acepte menos de una moneda de oro por él. Claro, si te dan más de una moneda de oro por él, mejor, porque así me quedaré yo con el resto. Anda, toma mi caballo y vete. Y el chico tomó el caballo del sabio y apresuradamente se dirigió al mercado. Al llegar allí, empezó a ofrecer el anillo que llevaba a todos los mercaderes que allí estaban. Uno lo tomó, lo vio, le preguntó, ¿cuánto pides por él? A lo que el chico le respondió, no menos de una moneda de oro. Este comerciante se echó a reír y le dice, estás loco, este anillo no vale eso. No, no te lo puedo comprar. Y así continuó durante el resto de la mañana. Lo cierto es que la oferta más alta que pudo tener, antes que cerraran el mercado, fue de un anciano que le podía pagar como máximo diez monedas de plata. Al ver que no había podido vender el anillo por el precio que le pidió el sabio, se volvió triste a él. Y al encontrarse delante de él, le dijo, señor, he intentado venderle el anillo, pero nadie me daba más de diez monedas de plata por él. A las personas del mercado no se les puede engañar, ellos conocen mejor que nadie de estas cosas. Entonces el sabio se queda observando al chico y le responde, tienes razón, a esa gente no se les puede engañar. Hagamos una cosa, vuelva al pueblo y acércate al joyero. Él todavía debe estar abierto y pídele que por favor te valore este anillo y así podemos saber cuánto vale. Cuánto se podría llegar a vender. Pero eso sí, te voy a agradecer, no se lo vengas. Te ofrezca lo que te ofrezca, no se lo vengas. ¿De acuerdo? A lo que al chico le responde, de acuerdo. Entonces el chico toma el caballo nuevamente y se dirige al pueblo. Llega a la joyería y habla con el joyero y le dice, por favor, ¿puede valorarme este anillo para saber en cuánto lo puede vender su dueño? El joyero toma la pieza y la examina. Luego le dice al muchacho, hijo, dile al dueño de esto que lo máximo que le puedo llegar a dar por él son 58 monedas de oro. El chico no podía creer lo que estaba oyendo. 58 monedas de oro cuando en el mercado no le daban más que 10 monedas de plata. El chico le da las gracias y se despide del joyero. Pero cuando está saliendo al establecimiento, el joyero lo detiene y le dice, mira, si me lo dejas ya, te puedo llegar a dar inclusive hasta 70 monedas de oro de él. ¿Qué dice? Me lo dejas. El chico queda tonto por lo que oía y le respondió al joyero que no podía porque el dueño no le había dado autorización para venderlo. Y tomando de nuevo el caballo, regresó con el sabio y al verlo le dijo emocionadamente, oiga, sabio, el joyero examinó el anillo y me estaba ofreciendo 58 monedas de oro por él. Y al ver que yo me venía sin vendérselo, me llegó inclusive a ofrecer 70 monedas de oro por este anillo. Aproveche, vendérselo para que usted pueda pagar sus dedos y le quede lo demás a usted. ¿Qué me dice? Lo va a vender. En ese momento el sabio toma el anillo y se lo vuelve a colocar en el dedo. Y le dice al chico, sabes, solo un verdadero experto puede valorar el verdadero valor de un artículo que tiene delante de sí. Así como pasó con este anillo, así pasa en tu vida. Solo un verdadero experto en tu persona puede darte el verdadero valor que tú como persona mereces. Tristemente el ser humano se ha creído con la capacidad de poder valorar a otro cuando ni siquiera es capaz de ver a sí mismo sus propios efectos. Entonces, ¿cómo podemos ayudar a nuestro prójimo si no nos ayudamos primero a nosotros mismos? Esto me recuerda a un viejo refrán que dice, saca primero la viga de tu ojo para que luego puedas ver bien y ayudes y saques a tu amigo la paja que tiene en el ojo de él. Yo recuerdo que durante mi niñez y durante mi adolescencia muchos tenían que ver conmigo porque yo soy una persona gruesa e incluso un poco gordita. Entonces cuando me veían me empezaban a echar bromas e inclusive se metían conmigo y me decían palabras que de verdad no eran de agrado ni a mis oídos ni a mi corazón. Muchas veces quise entender el por qué me trataban así pero sin embargo nunca logré hallar un motivo que de verdad justificase el que me trataran de una manera burlona y débil. Quizás muchos de ustedes habrán sufrido lo que se conoce como bullying. Inclusive habrán sido objeto de algún intimidador ya sea en el colegio, en la ESO, en el liceo, en la universidad o en algún sitio de su vida porque inclusive hasta en los sitios donde desarrollamos nuestras actividades, nuestros trabajos, nuestras labores existen ese tipo de personas. Lo que sé es que todas estas cosas a la final trajeron sobre mí una desestabilización emocional permitiéndome no verme lo suficientemente acepto a otras personas y por ende esto influyó mucho en mi desarrollo como persona y en mi trato hacia los demás. En el próximo capítulo les estaré continuando esta historia y narrando un poco más hasta llegar al clímax que me llevó a tomar esa funesta decisión y que a la final me permitió conocerme en realidad y conocer la verdad que pudo salvar mi vida. La verdad que me mostró tantas cosas que a la final nosotros por nuestra hipocresía, por nuestra arrogancia, por nuestro orgullo, por nuestra vana e ideología y sabiduría no queremos llegar a aceptar. Sin embargo una verdad tan latente que el día, se los digo claramente, que el día que traemos fe y testimonio y certificaremos que de verdad es así, lo triste es que del más allá nadie regresa y por ende nosotros los que estamos vivos no podemos conocer esta verdad sino solamente creer en ella. Esperen el próximo capítulo de este podcast y les aclararé más sobre esto que les estoy exponiendo.