Bienvenidos a nuestro primer episodio de Ilandos a Biblioteca, el podcast donde exploramos las tradiciones detrás de las artesanĂas indĂgenas, en este caso, la mochila kankuama. Soy Joana Daza y estoy acompañada por mis colegas Michelle Arias y MarĂa Daniela Villar. Hola a todos, estamos muy emocionados de compartir con ustedes la interesante temática de hoy. AsĂ es Michelle, sin duda es un tema que les encantará. Somos un colectivo universitario y hoy nos sumergiremos en el fascinante mundo de las mochilas kankuama.
Acompáñanos y descubre cĂłmo el pique se convierte en arte. Comencemos desentreñando el arte detrás de las mochilas kankuama. ÂżCĂłmo adquieren los artesanos y las artesanas esta habilidad Ăşnica? Entonces, respecto a la habilidad, siguiendo planteamientos de Zenet en el libro El Artesano, la adquisiciĂłn de la habilidad se da por la conciencia de los materiales, el desarrollo de la destreza, la tĂ©cnica y la coordinaciĂłn de sentidos, en otras palabras, podrĂa decirse que es el disciplinamiento del cuerpo. En esta, la práctica sugiere todo el proceso de creaciĂłn de la mochila.
Antes de sumergirnos en la descripciĂłn de tal proceso, recordemos que el arte de las mochilas varĂa entre las comunidades y que estas son un rango comĂşn de las cuatro comunidades indĂgenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, pero en cada una puede variar su materia prima, herramientas, tejido o porte de acuerdo a prácticas, rituales, trabajo agrĂcola o uso cotidiano. La mochila, siendo un objeto cultural, no solo identifica a los indĂgenas de la sierra, sino que la variaciĂłn revela anteriormente la pertenencia a comunidades especĂficas.
Digo anteriormente ya que los procesos de desarrollo han obligado al indĂgena a adaptarse a los diferentes contextos polĂticos, sociales y econĂłmicos para su subsistencia y permanencia. En efecto, todos los impactos del desarrollo han implicado una alteraciĂłn del valor simbĂłlico de la mochila. La necesidad de subsistir de las diferentes comunidades les obliga a iniciar la comercializaciĂłn de sus valuables mochilas y estas empiezan a ser vistas como tan solo un producto. TĂş lo has dicho MarĂa, incluso en un sondeo de percepciones de estudiantes respecto a la mochila se evidencia cĂłmo hay desconocimiento sobre las mochilas, algunos de ellos fueron.
No tengo mucha informaciĂłn sobre el tema, pero creo, me imagino que son tejidas. Bueno, pues yo considero que antiguamente se hacĂa con el maguey, entonces ya lleva un proceso más trabajado para la recepciĂłn de las mochilas. Pues pienso que la elaboran de acuerdo a sus tradiciones y es la forma en cĂłmo plasman el pensamiento. Es necesario entonces hacer las aclaraciones desde sus inicios, la elaboraciĂłn de la mochila conjuga el trabajo de cultivo, extracciĂłn y limpieza de la materia prima, algodĂłn, el tinturado natural o quĂmico, el empatar, hilar y corchar la materia prima, el tejido del chipirito, chipire, crecido, dibujo, boca, gaza y uniĂłn gaza-cuerpo de la mochila.
Cada uno de estos representa la integridad de ella. Todo inicia para la mochila en la semilla de la planta del algodón o fique. El mambo narciso nos cuenta que se requieren conocimientos astrológicos para saber leer las estrellas, luna y sol a la hora de cosechar. En el caso de la planta de maguey, los cultivos se deben realizar en los meses de mayo y octubre porque la luna tiene la fase más baja y el cielo tiene ciertas estrellas especiales en esta época, permitiendo asà el crecimiento de la planta.
Esta madura aproximadamente a cuatro o cinco años. Incluso varios conocedores cancuamos de fique referencian a la planta como fácil de cultivar gracias a su capacidad de regeneración natural, es decir, autocultiva porque expulsa semillas que van germinando y creciendo, además de tener un cuidado fácil solo requiriendo la limpieza de la maleza. Existen diferentes clases de planta de fique como ayalero, maguey de agua, maguey de punta y punta redonda o áspera, panchito o zancón. Para el tejido de la mochila se usa ayalero porque es un fique que según usamos es relativamente suave para el uso.
De acuerdo a la clase de planta del fique se deriva su uso artesanal, bebida alcohĂłlica, medicinal, entre otros. Se pueden presentar visualmente fique con puntas, fique sin puntas, fique picillo. Cortadas se procede con palo largo y redondo de metro y medio con punta en forma de U para poder peinar la penca y obtener asĂ su fibra. Terminada la extracciĂłn de la fibra de fique se hace una cuenca con las fibras para que no se enreden y poder lavarlas.
Con un palo grueso y corto llamado manduco, más o menos de unos 50 centĂmetros de largo, con este se limpian las fibras. Luego se sumergen las fibras al agua y al sacarlas se golpean con el manduco, la mano o alguna piedra. DespuĂ©s de limpiar la fibra se cuelgan las cuencas del fique al sol. DespuĂ©s de dejarlo unos dĂas al sol las fibras tomarán su color natural beige. Para tinturar utilizan plantas naturales como el dividivi, la cayena, el coco, el eucalipto, el morito y la flor violeta de la batatilla.
Este proceso consiste en moler las plantas y ponerlas a hervir en un caldero toda la noche. Debe hacerse bajo el dominio de la luna creciente, solo asà exhiben el color que se adhiere al material. Con la materia primalista empieza la fase de empate, hirado y corchado. Para ello se utiliza un instrumento llamado carrumba, que es una herramienta fundamental. La carrumba tradicional es la de madera, pero con el paso del tiempo ha tenido cambios en su fabricación como el uso de tubos de acero o plástico.
Esta se compone de un palo central de 40 centĂmetros aproximadamente, el cual es el eje del cuerpo de la carrumba ya que es donde se ejerce el movimiento giratorio para hilar, es decir enrollar toda la materia prima, o corchar, que trata de mezclar dos hilos de la materia prima. Además, el palo externo varĂa su uso dependiendo de la direcciĂłn del movimiento, porque si es hacia la derecha la carrumba hila, enrolla la materia prima, y si es hacia la izquierda la carrumba corcha, o sea mezcla la materia prima.
Normalmente se requieren dos o tres personas para realizar la tarea de empatar, hilar y corchar cuando la materia prima aĂşn está en monto, es decir sigue en su estado primario. Con el fique preparado pasamos al tejido. La aguja capotera y el cálculo preciso de puntadas son cruciales. Cada mochila es una obra geomĂ©trica sagrada, como nos revela la precisiĂłn matemática de los tejedores. Las cancuamas deben tejer sintiendo el significado del sĂmbolo para impregnar con sus pensamientos cada mochila.
Ya habiendo pasado por estas fases, inicia lo que es el cuerpo de la mochila, el cual puede contener o no dibujos, esto dependerá de la función, el gusto y la finalidad que los tejedores tengan para la misma, pero el dibujo en sà depende del tejido de la mochila, porque exigirá usos de nuevos colores, puntadas, técnicas y demás. Los cancuamos usualmente usan puntadas en las mochilas de fique, boca sencilla, hipas y uso, corriente, dos puntos o entrepuntos, encaje o granito de arroz, medio uso y tejido de leche.
Los dibujos que usan los cancuamos comúnmente en sus mochilas son caracol, caracol costilla, chinusatu, gusano cien pies, cambiru, canzachu, pensamiento del hombre, pensamiento de la mujer, cerámica. Según el mayor Antonio Villazón, estos diseños se encuentran en las sierras, árboles y en la naturaleza en general, son resultado de las costumbres y creencias que el pueblo cancuamo tiene sobre la madre sierra. Estos dibujos son únicos y propios del cancuamo y no pueden ser atribuidos a los arhuacos o los cogues, sino que son producto de la conexión especial que tienen con su entorno natural.
La mochila para el pueblo cancuamo representa el mundo, el vientre fĂ©rtil de la madre tierra. En su gran mayorĂa las mochilas son tejidas por las mujeres, tejidas en forma de espiral, simbolizando el inicio y el fin de todo cuanto la madre tierra nos tiene. A travĂ©s de Ă©sta, las mujeres tejen sus pensamientos y asĂ elaboran a la gran compañera del hombre, ya que Ă©sta los acompaña donde quiera van, llevando dentro a la otra mujer del hombre cancuamo, el popor.
Para los cancuamos, la estructura cilĂndrica de la mochila es sĂmbolo de la feminidad y la fertilidad, representa a la gran madre cĂłsmica. Sus mujeres hilan, tejen el pique y la lana, y además diseñan. Este Ăşltimo paso es el más complejo, ya que pone a prueba la destreza de la tejedora y su entendimiento de una sabidurĂa ancestral. Les agradecemos por habernos acompañado hasta el final de todo el proceso de la mochila cancuama. Esperamos que haya sido de su completo agrado.
Hasta la prĂłxima.