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CUENTOS CECILIA PALACIOS 4B GRUPO RAYO

CUENTOS CECILIA PALACIOS 4B GRUPO RAYO

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Con motivo del Día de La Paz, el CEIP las Gaunas celebra el Concurso Literario "CECILIA PALACIOS". Los alumnos y alumnas de cuarto B del "GRUPO RAYO" se han acercado a la radio escolar "ONDA PASARELA" para leer sus cuentos. ENHORABUENA!!!! MUY BIEN TRABAJO!!!!!

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Cecilia Palacios shares stories of friendship and the power it holds. Flora Star, a girl who loves wolves, witches, and fairies, finds friendship at her new school. Lucía, Marco, and Emma also find strength in their friendships and overcome challenges. The story emphasizes the importance of support and unity in facing difficult situations. Hola y bienvenidos a un nuevo programa de Gaunas Cuarto B, hoy os vamos a contar nuestras historias de Cecilia Palacios. Hola mi nombre es Alma y os voy a contar la historia de Florastar y la magia de la amistad y sintió como la fuerza de la amistad le acompañaba. Hola soy Florastar y este es Colmy, a mi me encantan los lobos, las brujas y las hadas, por eso Colmy es un lobo, luego tengo a Rosa mi hada y a luz de luna mi bruja, pero son peluches aunque me gusta hacer que están vivos porque son mis únicos amigos desde que me mudé a Logroño. Hoy empiezo el cole de las gaunas donde me van a poner en cuarto B y me han dicho que me van a poner al lado de una niña muy alegre llamada Salma y en mi grupo también están Daniela, Elsa, Lucas, Ernesto y Pablo Ramos. Mi mochila es de hada de color rosa, blanco y morado y verde, tiene llavelos de lobos y brujas preciosos, un estuche que pinté yo de lobos para una parte otra de hada y otra de bruja y un lápiz de bruja otro de lobo y otro de hada. Las demás cosas son lo mismo de mis compañeros. ¡Hola! ¿Tú eres Flora Stars? Sí, lo soy. ¿Y tú quién eres? Soy Salma. ¡Nos van a poner juntas! ¡Qué ilusión! ¿Te gustan los lobos, Flora? Sí, me encantan. ¿Y a ti? ¡Los adoro! ¿Y las hadas y las brujas? También. ¿Y a ti? ¡No me gustan! ¡Me encantan! ¿Y en el de creo? ¿Y tú quién eres? Soy Flora Stars. ¡Qué nombre más feo! ¡Déjala en paz! Es mi amiga y no voy a dejar que la intimide. Pues vale, pero el tuyo tampoco es muy bonito. Me da totalmente igual. ¡Adiós! Pues adiós. Gracias, Salma, de nada. No pasa absolutamente nada. No te asustes. Él es así y sus amigos le tienen miedo, entonces hacen lo que. Espíritu, ¿nos vamos a la biblioteca? O a jugar con mis otras amigas. ¡La segunda! ¿Pero quiénes son? Son Martina, Vega, Siena, Noa, Elsa, Daniela, Sandra, Alexia y más. ¿Pues vamos? ¡Vamos! La fuerza que nos une. Y sintió como la fuerza de la amistad siempre resuelve los problemas. Una chica llamada Lucía vino a Estados Unidos a Logroño y estaba muy sola. Su primer día casi llora porque extrañaba a sus amigos y amigas. Nunca se sintió así, pero le pasó algo. Dos chicas se acercaron y le dijeron, ¿Quieres jugar con nosotras? Vale, dijo Lucía. ¿Cómo os llamáis? Yo, Sofía. Y yo, Eva. ¿Y tú? Yo, Lucía. ¡Qué bonito! Dijo Eva. ¡Gracias! Primero tuvo vergüenza, después se puso a hablar más y después de unas semanas le dijeron, ¿Quieres conocer a nuestro grupo de amigas? Le dijo Sofía. ¡Vale! Se presentaron todas y fueron muy buenas amigas. Pasaron los meses, los años y después los parentes, Lucía, le dijeron, ¿Nos vamos a mudar otra vez? No, dijo Lucía. Estoy muy contenta con mis amigas. Pensaba que te iba mal. Al final, he hecho muy buenas amigas, en serio. ¿Podéis cancelarlo? Vale, dijo la madre. Muchas gracias. Al día siguiente, la chica le dijo a las otras, ¡Me mudo! ¡Vamos! exclamaron todas. Y así, con un poquito de apoyo de cada una de ellas, todos son felices. Hola, me llamo Ernesto y yo voy a presentar la historia de Marco. Y sintió como la fuerza de sus amigos lo ayudó para entender que siempre hay alguien que te ayuda en los momentos difíciles. Marco, cuando entró a su nuevo cole, no se sentía integrado. Pero a medida que pasaban los meses, empezó a relacionarse con niños. Le hizo algunos amigos. Cuando todo le empezaba a ir bien, algunos niños comenzaron a tenerle envidia. Entonces, esos niños le decían a los amigos de Marco que él decía cosas malas de ellos. Y entonces, le pidieron explicaciones a Marco. Él les dijo que era mentira, pero no le creyeron. Entonces, Marco se llevó un gran disgusto, al ver que sus amigos no le creían. Pasaron los días y los amigos de Marco seguían enfadados con él. Un día, sus amigos enteraron de que los niños que le tenían envidia a Marco, se habían inventado todo. Ellos se sintieron muy mal y fueron a pedirle perdón. Fueron y se lo encontraron solo llorando. Y sus amigos le pidieron perdón. Hola, soy Martina y estoy a contar el cuento de la fuerza de la amistad. Y sintió cómo la fuerza de la amistad le ayudaba a solucionar su problema. Una niña llamada Lucía era nueva en la ciudad. En el colegio, le daba vergüenza hacer amigos. Por eso, no tenía amigos. Un día, una niña se acercó a ella y le dijo que se llamaba Marta. Se hicieron súper amigas, como si fuesen dos imanes. Lucía se veía un poco triste, porque aún no tenía muchos amigos. Marta también estaba preocupada por ella, por Lucía. Entonces, le intentaba ayudar. Primero, hicieron como si Marta era otra persona, pero Lucía sentía que era Marta, porque notaba lo generosa que era. Entonces, Marta sintió que ya no iba a haber más. Por eso, otras u otros iguales no eran tan amigos o amigas. Al día siguiente, un niño se acercó a Lucía y le dijo que se llamaba Nacho y se quisiera ser su amiga. Lucía le dejó que sí. Nacho sintió que Lucía estaba un poco triste y le preguntó si estaba bien. Lucía le contestó que no, porque no tenía tantos amigos. Nacho le presentó a algunos amigos y amigas suyos. Presentó a dos gemelas llamadas Lola y Nora, a dos negritas llamadas Claudia y Mateo y a mucha gente más. Lucía ya estaba mejor y sintió cómo gracias a la ayuda de sus amigos, empezaba a tener más confianza. Al acabar el curso, se tenían que separar, porque la profesora quería que hicieran más amigos o amigas. Y así, es como Lucía acabó bien el curso. Hola, me llamo Pablo y hoy voy a presentar la historia no al bullying a los niños o niñas del mundo. Y sintió cómo la fuerza de la amistad le ayudaba con la confianza y le hacía la amistad de la paz, que hizo despertar a Pepito. Pepito era un niño feliz y hoy tenía muchos nervios, porque era su primer día de colegio. Pero lo estaba pasando un poco mal. Era porque le estaban insultando, tirándole la mochila al suelo, burlándose de él y muchas cosas más malas. Al llegar a casa, se le veía muy triste y le preguntaban ¿qué te pasa? Pero él no respondía y se fue a la habitación suya. Al día siguiente, le hicieron lo mismo, pero le castigaron a él, en vez de a los que le molestaban. Estuvo todo el rato castigado. Al salir, todos se reían y Pepito esa noche no quiso cenar. Al día siguiente, le pasó lo mismo y encima tuvo que limpiar la clase. Se fue a la cama muy triste y Pepito se lo contó y el niño huía, pero al correr se escondió y se partió una pierna. Pepito le encontró y le ayudó. El niño le pidió perdón a Pepito y se hicieron muy amigos. La fuerza de la familia devuelve la felicidad y sintió como la fuerza de la familia le ayudó a consolarse. María era una niña que había perdido a sus padres por un accidente de tráfico. María se fue a un centro de acogida y la verdad no estaban en las mejores condiciones. Pasaron unos cuantos meses y mira, la acogieron. Una familia de un padre, una madre y un hermano. Se llevaron bastante bien. En fin, que aunque no sean tus padres de verdad, puedes estar cómodo y feliz. La fuerza de la unión y sintió como la fuerza de la unión le ayudó como nunca antes. Hacía una vez una pequeña cerillera que se llamaba Emma. Emma era una niña de seis años que tenía un padre muy estricto. Ellos no tenían nada para comer y por eso Emma vendía cerillos. Era una noche nevada y ella casi no podía moverse del frío. Veía a todos los niños muy abrigados corriendo y jugando de un lado a otro y ella apenas tenía nada para taparse. Mientras andaba por las nevadas calles se le cayeron sus sandalias y un niño se las llevó y se las tiró muy lejos mientras se reía. La pequeña Emma trató de perseguir al niño pero casi le atropella un coche. Entonces se fue muy triste a una esquina y por el frío encendió un cerillo y cerró los ojos. Se imaginó que estaba en su casa con ropa cálida junto al fuego, con la mesa llena de comida y justo cuando iba a pegar un bocado a la comida el cerillo se acabó y otra vez volvió a tener frío y entonces volvió a encender otro cerillo. Ahora estaba en una montaña en una noche de luna llena y tenía puesto un largo vestido blanco que brillaba. Justo entonces pasó una estrella fugaz y recordó cuando su madre le decía siempre que veas una estrella fugaz es un familiar fallecido que te quiere saludar y justo entonces pide un deseo. La niña pidió ver a su abuela y vio como una luz le iluminaba. ¡Era su abuela! Emma dijo abuela te echo mucho de menos, me haces mucha falta y su abuela le respondió yo también te echo mucho de menos pero se quemó con el cerillo y despertó. Después encendió otro y soñó que su abuela la cogía de las manos y la llevaba con ella. Al día siguiente la gente hizo un círculo alrededor de ella y vieron que tenía una ligera sonrisa en su rostro. Un niño la despertó y le regaló mil euros, una señora le regaló medicina y comida, un señor le regaló mantas y ropa abrigada y sintió como la fuerza de unión le ayudó nunca antes. Desde ese momento siempre se reunieron y le ayudaron como nunca antes. Y sintió como la fuerza de Rómulo le ayudaba a decirle al pesado de Remo que se callase. Hace dos años en el colegio de las gaunas estudiaban dos alumnos Rómulo y Delta. Eran dos hermanos que iban a quinto C pero Delta no estaba tranquila porque Remo no le dejaba en paz. Al acabar el cole Delta siempre le decía a su madre que Remo no le dejaba en paz. Un día saliendo del cole la madre de Delta se encontró con Javi, el padre de Remo. Estuvieron hablando tanto que Delta empezó a llorar porque Remo no le dejaba otra vez. Después Silvia se acordó de las historias que le contó Delta y se dio cuenta de lo mal que estaba pasando. Entonces se fueron a casa para cenar. Después de unos días sufriendo Delta no podía más. Le pidió a su madre que pidiese cita con la profesora de Rómulo y Delta. Entonces le dio cita para la semana que viene y se lo dijo a Delta. Delta no se lo podía creer. Iban a hablar con su profesora esa misma tarde. Al volver su madre le dijo a Delta que hasta que no informe con la madre de Remo no podía hacer nada. Al día siguiente Remo le fue a insultar pero en el momento apareció Rómulo y Delta sintió su mano en el hombro y sintió como la fuerza de Rómulo le ayudaba a decir al pesado de Remo que se callase. La amistad hace la fuerza y sintió como la fuerza de la amistad resolvió su grave problema. Era hace un día una persona muy sola y triste. No le gustaba contactar con la gente y era muy solitario. Luego había otra persona que era todo lo contrario. Era muy alegre y le encantaba contactar con la gente. Al ir a almorzar le dio un poco de pena ver al chico solo y triste así que se fue a saludarle. Hola, ¿por qué estás solo y triste? Por una cosa que no se puede solucionar. Mentira, todo se puede solucionar cuando estamos juntos. No, no es verdad. Sí que es verdad y te lo voy a demostrar. Primero dime tu problema. Bueno, es que a veces me siento un poco solo. Uf, eso es super fácil. Solo sí, tienes que hacer amigos. Bueno, pero yo nunca he hablado con alguien y me da un poco de miedo. No tengas miedo. Igual yo puedo ser tu amiga. Me da igual. En serio. Sí, no pasa nada. Lo único es que como no hablas, no saben que quieres ser sus amigos. Vale, muchísimas gracias. Espero conseguir más amigos. Nos vemos mañana, ¿vale? Hola, hola, ¿qué tal? Bien, ahora tengo más amigos que antes. ¿Sabes que somos majos? Sí, somos bastante majos. Tenía razón. Todos juntos podemos solucionar cualquier problema porque todos juntos somos invencibles. Y sintió como la fuerza del amor le ayudaba. Corazón, les sentía mejor. Juntos somos más fuertes e invencibles. Seremos todos juntos siempre amigos. Hay que ser amables, sinceros, empáticos y amigables. Todos juntos hay que estar siempre contentos y alegres. Hay que divertirnos, disfrutar con la familia y jugar todos a un juego. Y nunca nos rendiremos jamás porque somos muy fuertes y siempre los seremos. Nos lo pasamos muy bien todos y todas jugando juntos. El niño sin amigos y sintió como la fuerza de la amistad le dio fuerzas para superar las malas emociones. Era hace una vez un niño que no tenía amigos porque él tenía mala actitud. En el colegio los niños no querían jugar con él porque siempre terminaban discutiendo. El niño cada vez se sentía más triste y solo y los padres decidieron preguntarle si algo le pasaba. El niño les comentó que nadie jugaba con él en el colegio. Sus padres decidieron hablar con la profesora y la profesora les comentó que al niño solo le gustaba mandar él y los demás niños no querían jugar por ese motivo. Los padres hablaron con el niño y el niño les dijo que no quería seguir en ese colegio. Los padres decidieron cambiarlo de colegio cuando acabase el curso. El siguiente curso comenzó en otro colegio. Al principio todo iba igual. Nadie jugaba con él pero un día un niño de su clase decidió hablar con él y le preguntó por qué le gustaba mandar a él. El niño le dijo que no sabía y él le dijo te voy a ayudar y así podrás tener más amigos y podemos jugar todos juntos en el patio. Pasaron los días y cada día hicieron más amigos. Poco a poco le fue enseñando que no siempre hay que mandar. Cada día hacía más amigos y hicieron un grupo imparable. Gracias a su amigo logró conseguir tratar bien a los demás. La amistad de Sol y sintió como la fuerza de la amistad la ayudó a volver a ser alegre. Hace unos seis meses una niña llamada Sol se sentía como un poco rara. Se sentía miedo, insegura, siempre estaba triste. Sol había sido una niña muy alegre. Siempre estaba feliz pero un día sus amigos se enfadaron con ella pero su mejor amiga no porque estaba de vacaciones. Ella quería que volviese pero aún faltaba un mes. Se sentía triste por eso le hablaban por videollamada pero nada le ayudaba y pasaron los días sólo faltaba medio mes. Sol aún se veía triste aunque algunas llamadas le llenaban de alegría. En el fondo se sentía un poco más triste y en las llamadas sentía un poco la sonrisa. Estaba muy triste aunque quedara poco para que viniese su mejor amiga. Su mejor amiga en una llamada sintió que Sol estaba triste pero Sol la mintió y le dijo que no estaba triste porque quería que su mejor amiga, que no se preocupara su mejor amiga, que viniese por ella y que se perdiera sus vacaciones. Pasaron los días y los días hasta que sólo faltaba uno. Sol estaba triste y a la vez contenta. Al día siguiente Sol se fue al colegio pero resulta todos sus amigos le perdonaron y admitieron que se habían enfadado con ella por una tontería y su mejor amiga cuando llegó se llenó de alegría y sintió como la fuerza de la amistad la ayudó a volver a ser alegre. Y hasta aquí el programa de hoy. Les despedimos los alumnos de cuarto B y que pasen un buen día.

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