movimiento por la paz, con justicia y dignidad

The transcription discusses the creation and characteristics of the Movement for Peace with Justice and Dignity in Mexico. It mentions the leaders of the movement, their demands for truth, justice, and an end to violence, as well as their efforts to engage with the government and create legislation to support victims. The transcription highlights the importance of peaceful protest and dialogue in achieving change. The movement achieved significant legislative advancements, including the establishment of a National Registry of Victims and a National Victim Support System. It is hoped that these laws will be effectively implemented to provide justice and support for victims. Título, Parcial 2, Comunidad 2, la conformación de la sociedad civil en México. Universidad y Edep, Instituto de Educación Digital del Estado de Puebla, segundo cuatrimestre. Materia, Problemas Actuales de México. Profesora, Ingeniera Tereza Jiménez Cantino. Nombre completo del estudiante, Mauricio Escamilla Flores. Matrícula 23-C-I-A-0-3-2-41. Licenciatura y Campus, Derecho a Texas. Título del cuadro, Redactar guión para podcast. Grabar el podcast, mínimo 5 minutos, mencionando la investigación. Fecha, 26 de febrero de 2004. Buenos días, iniciamos con la creación de un podcast. Gracias por la atención. Nombre del movimiento, Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Origen del movimiento, el objetivo fue dar voz a las víctimas y acompañarlas en sus exigencias de justicia y reparación del daño. Características principales del movimiento. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad nació el 28 de marzo de 2011, luego de que Juan Francisco, hijo del poeta Javier Sicilia, y sus amigos Gabriel, Julio y Luis, fueran asesinados en Tegnisco, Morelos, con dos adultos que los acompañaban. Líderes más destacados del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia y Emilio Álvarez de Plata. Este gesto del poeta se ha convertido en uno de los principales rangos y fortalezas del Movimiento, haber otorgado a la muerte de su hijo el mismo peso y el mismo significado que a todas las demás que han tenido lugar en circunstancias similares en su país. Sorprende la rapidez con la que el Movimiento convocó, poco más de un mes después de los hechos citados, a una marcha en el tronco en lo que tuvo lugar el 8 de mayo de 2011, en la que se anunció un pacto nacional. Ello pone de manifiesto que, más allá de los acontecimientos puntuales que desencadenaron la creación del Movimiento, las condiciones estaban dadas y había líderes que contaban con una idea clara de la situación del país y con propuestas de cómo debía enfrentarse lo que desde entonces no dudaron en calificar como una situación de emergencia nacional. Igualmente, lo cual trasera los ventajas que los ciudadanos portaban en mantas, cárceles y cartulinas el 8 de mayo. Bendimos a los poderes en esta marcha por la paz y en silencio que callen por respeto y vergüenza. No más balas, más cultura, más educación. Estamos cansados de engaños y mentiras. Calderón, los niños no queremos jugar entre guerrillas. Nuestros pasos son un camino de paz entre la masacre. Vivos se los llevaron, vivos los queremos. Más poesía, menos policía. Gracias Sicilia por sacar a mi espíritu del letalgo. Hoy el pueblo grita al unísono, no más sangre. Sonora, autoridades, ¿dónde están nuestros hijos? Que nuestro silencio hable por ellos. Ayúdanos a enviar 40 mil cartas de pésame. Calderón, todos somos blancos colaterales. Esta marcha es de hartazgo y de propuesta. Que se vayan todos, PRI, PAN, PRD, Partido Verde y NA. No están solos, tenemos hambre de justicia, de paz por la vida de todo México. Más que los actos de los malos, me horrorizan la indiferencia de los buenos. Farsa, fracaso, Felipe. La violencia es el último recurso del incohesente. Hasta la madre de la clase política. Juntos, codo con codo, somos mucho más que PRI, PAN y PRD. Ni narcos, ni militares. Nosotros podemos, ciudadanos. Yo no me acostumbro a la violencia. ¿Y tú? Para que la droga no llegue a tus hijos, te los estamos matando. En el discurso que Javier Mejía pronunció al llegar al Zócalo, acompañado de un grupo de víctimas provenientes de varios estados, señaló Estamos aquí para decirnos y decirles que este dolor del alma en los cuerpos no lo convertiremos en odio, ni en más violencia, sino en una palanca que nos ayude a restaurar el amor, la paz, la justicia, la dignidad y la valvociente democracia que estamos perdiendo. Convoco a un pacto al que caracterizo como un compromiso fundamental de paz, con justicia y dignidad, que le permita a la nación hacer su suelo. Un pacto en el que reconozcamos y asumamos nuestras diversas responsabilidades. Un pacto que le permita a nuestros muchachos y a nuestros niños recuperar su presente y su futuro. Para que dejen de ser las víctimas de esta guerra, o el ejército de reserva de la delincuencia. El pacto nacional que propuso el movimiento el 8 de mayo contenía seis puntos. Uno, verdad y justicia. Dos, poner fin a la estrategia de guerra y asumir un enfoque de seguridad ciudadana. Tres, combatir la corrupción y la impunidad. Cuatro, combatir la raíz económica y las ganancias del crimen. Cinco, atención de emergencia a la juventud y acciones efectivas de recuperación del tejido social. Y seis, democracia participativa y democratización de los medios de comunicación. Estas demandas fueron presentadas al entonces presidente Felipe Calderón en la primera reunión de diálogo con el Poder Ejecutivo que tuvo lugar un mes y medio después, el 23 de julio de 2011, en el castillo de Chajotepet. Luego de casi cuatro meses, se celebró una segunda reunión, el 14 de octubre de 2011. Antes de cada encuentro hubo dos caravanas, una hacia el norte en junio y otra hacia el sur en septiembre. El objetivo fue dar voz a las víctimas y acompañarlas en sus exigencias de justicia y reparación de daños. Cabe resaltar que se obtuvieron grandes trabajos, que creó un Registro Nacional de Víctimas y de un Sistema Nacional de Atención a Víctimas y detalla la competencia y las responsabilidades de cada sector y autoridad. Enumera los derechos y la justicia a la retal, a la reparación integral y estipula medidas de atención, de protección y de asesoría jurídica por medio de una Defensoría de Víctimas. Disponen, entre otras medidas, de educación económica y de desarrollo, de rehabilitación, de compensación, de satisfacción y de no repetición. Se trata de uno de los instrumentos legislativos más avanzados que existe hasta la fecha, tanto en la legislación nacional como en la internacional. Quienes encargan el movimiento han subrayado que, contra lo que los más escépticos vaticinaron, este logro ha sido resultado de dialogar con las instituciones y hacer propuestas concretas en diversos ámbitos gubernamentales, así como de manifestarse de manera pacífica. Si bien por sí misma la ley no es suficiente para garantizar su cumplimiento, confían en que, así como la presencia de las víctimas, del movimiento y de los especialistas determinantes para la aprobación de la ley, también lo podría ser para su implementación.