15-124-ES-S FELICITA E CORRIDOIO VQSARIANIO FINAL

The transcription discusses the Corridoio Vasariano, a private corridor commissioned by the Grand Duke Cosimo I de Medici in 1565. The purpose of the corridor was to provide a safe and private passage between the Palazzo Vecchio and the Palazzo Pitti. It extends for about a kilometer, passing through iconic buildings in Florence. The corridor also passes in front of the Church of Santa Felicita, where a balcony was designed to allow the Medici family to discreetly attend religious ceremonies. The church became known as the Capella Palatina. The Church of Santa Felicita still contains valuable artworks, including Pontormo's masterpiece, "La Deposizione." In recent years, the corridor has housed a collection of self-portraits, which have now been moved to the Uffizi Gallery. La pequeña plaza en la que nos encontramos ofrece algo extraordinario a la mirada del turista, que se puede descubrir observando la fachada de la iglesia de Santa Felicita. Fíjese en las tres ventanas rectangulares sobre los arcos. Forman parte del llamado Corridoio Basariano, Corredor Basariano? Llamado así por su constructor, Giorgio Vasari, el famoso arquitecto y pintor del Renacimiento Italiano. La obra fue encargada por el Gran Duque Cosimo I de Medici en 1565 para celebrar un acontecimiento muy importante. El matrimonio entre su hijo Francisco I y Juana de Austria, hermana del emperador Maximiliano II de Habsburgo. Giorgio Vasari lo terminó en el transcurso de ese mismo año, en tan solo cinco meses, excluyendo la instalación de los marcos, que se colocaron en diciembre de 1568. El propósito del corredor era proporcionar una vía de comunicación segura y privada, siendo un pasadizo privado. Entre los edificios del gobierno de la ciudad en el Palazzo Vecchio, la Residencia del Poder Político, y el Palazzo Pitti, el suntuoso hogar de la Corte de los Medici. Este camino elevado y cubierto permitía a los miembros de la familia Medicis y a los dignatarios del Estado moverse libremente y sin obstáculos entre las dos residencias, al abrigo de miradas indiscretas y amenazas potenciales. Esta extraordinaria estructura, casi única en Italia, se extiende a lo largo de aproximadamente un kilómetro, serpenteando por encima de las calles de la ciudad y atravesando algunos de los edificios más emblemáticos de Florencia. El corredor comienza en el Palazzo Vecchio, serpentea por la Galería de los Uffizi, a lo largo del río Arno, por encima de los talleres de los joyeros y, una vez pasado el Ponte Vecchio, se adentra directamente en las casas del Ultrarno hasta el Palazzo Pitti. Durante la construcción del Corredor Vasari, en el punto en el que se cruzaba con la Iglesia de Santa Felicita en la orilla izquierda del Arno, se hizo pasar por delante de la fachada del edificio religioso. En el interior se diseñó hábilmente un balcón que se abría desde la estructura hacia la nave de la Iglesia de Santa Felicita. Esta audaz solución arquitectónica permitió a los grandes duques asistir discretamente a las ceremonias religiosas, situándose detrás de un parapeto, también conocido como, coreto, directamente desde la propia Iglesia. Como resultado, la Iglesia adoptó a partir de entonces el título de, Capilla Palatina, un apelativo muy apreciado por las monjas que la regentaban. El coro sigue siendo visible hoy en día desde el interior de la Iglesia y es sin duda una de las razones para visitar Santa Felicita. Aunque ha sufrido algunas alteraciones a lo largo de los siglos, la Iglesia de Santa Felicita conserva obras de extraordinario valor, entre ellas el hermoso retablo de arte manierista con el tema de, La Deposición, pintado por Pontormo, que puede contemplarse en su marco dorado original en la Capilla Caponi. A la derecha, cerca de la entrada. En cuanto al acondicionamiento interior del, Corredor, según la definición utilizada por Vasari, su creador, cabe señalar que en los últimos cuarenta años la estructura ha albergado numerosos cuadros, entre ellos la mayor colección del mundo de autorretratos de pintores. Estas obras, tras los trabajos para asegurar la estructura, fueron trasladadas a ciertas salas de los Uffizi, y sustituidas in situ por esculturas antiguas que forman parte de la riquísima colección de la galería.