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Filipenses 2: 12-13 - M. Emanuel Ceniceros

Filipenses 2: 12-13 - M. Emanuel Ceniceros

M. Emanuel CenicerosM. Emanuel Ceniceros

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Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2: 12-13

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Transcription

The speaker discusses a passage from the book of Philippians in the Bible, specifically chapter 2 verse 13. They explain that although it may seem like God has complete control over our lives, we also have a part to play in our own development. The passage emphasizes the importance of salvation and the fear and trembling that comes with it. The speaker also mentions the context of the letter, which was written by the Apostle Paul while he was in prison. They highlight the persecution faced by the early church and the need to prioritize spiritual life over physical safety. The speaker suggests that as Pentecostals, they have a concern for the spiritual life of others and the responsibility to help them grow in faith. They encourage listeners to reflect on their own salvation and not doubt it, but also to continue growing and trusting in God. Hola Dios los bendiga, muy buenos días. El día de hoy, hoy es 24, corresponde a la lectura en los pasajes de Segunda de Reyes 17, Proverbios 19, Filipenses 2 y Hechos 4. Y yo me voy a situar en Filipenses capítulo 2, la carta de Filipenses, bueno del apóstol Pablo a los Filipenses capítulo 2, en el versículo 13, que dice de la siguiente manera. Porque Dios es el que en vosotros nos produce así el querer como el hacer por su buena voluntad. Es un pasaje muy bonito, muy leído, muy citado y también un pasaje que lo hemos hasta memorizado y aplicado en diferentes momentos de nuestra vida. Aquí hay algo muy interesante que valdría la pena hablar, porque ciertamente podríamos quizá considerar al leer este pasaje, este versículo 13, algo así como si Dios tuviese una injerencia total en nuestra vida, tuviese una injerencia en nuestra toma de decisiones, por lo tanto pues hay poca voluntad humana. Sin embargo, en este pasaje lo que habla es ciertamente que es su buena voluntad, pero es natural y es evidente que todos nosotros también tenemos que formar parte de ese desarrollo, es decir, de aquello que produce así el querer como el hacer. Ahora bien, este pasaje se ha aplicado en muchos aspectos, en muchos momentos, perdón, de la vida y para hablar muchas cosas, sin embargo yo quisiera que leyésemos el contexto de este pasaje. Primero que nada hay que comprender en qué momento de la historia se encontraba la iglesia en ese tiempo. El apóstol Pablo se encontraba preso y enviaba cartas, envió esta carta a los filipenses, creo que fue una de sus últimas cartas. Y nótese que el apóstol Pablo hablaba mucho, ya en las últimas cartas, mucho del amor de Cristo y mucho de la salvación y el versículo 12 dice lo siguiente, dice, por tanto amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque así, perdón, porque Dios es el que en vosotros produce si el querer como el hacer por su buena voluntad. Aquí podemos notar que el versículo 13 no tiene una, no es un versículo aislado a la salvación, es decir, a veces nosotros podemos creer que quizá en algún momento quisimos o queremos aplicar este pasaje a cualquier cosa no relacionada a Dios y cuando sea así es incorrecto, no podemos nosotros aplicar un pasaje bíblico relacionado con el servicio y con la salvación y con el servicio al Señor a cosas que no tienen que ver con el servicio a nuestro Dios. Entonces este pasaje dice, produce el querer como el hacer por su buena voluntad, pero también hay otras dos cosas que me llamaron mucho la atención y quiero compartir con ustedes, son dos palabras, temor y temblor en el versículo 12. La palabra temor en este pasaje no está, digamos, no es la misma o no podríamos darle el mismo sentido a aquella palabra cuando leemos el temor a Jehová, el temor a Dios, porque el temor a Dios o el temor a Jehová es un temor muy diferente, es un nivel de respeto, un nivel de respeto por la autoridad que representa Dios, que no es cualquier autoridad, es una autoridad que supera nuestra comprensión. Este temor que el apóstol Pablo habla a los filipenses es un temor de miedo, es un temor de preocupación y el temblor es el efecto que pueda producir. Ahora, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué el apóstol Pablo dice cuiden con temor y temblor? Porque había una necesidad de salvaguardar no tanto la vida humana, la carne, sino el Espíritu. La palabra Dios también dice ahí, ahorita no tengo el pasaje, pero temer, no temas al que mata la carne, sino aquel que puede echar tu alma al infierno, dando alusión de que hay una necesidad mucho más importante, mucho más grande, el preservar la vida espiritual, la vida eterna. Y en este caso también suscribe las palabras el apóstol Pablo, pero refiriéndose ya ahora a la salvación en Cristo. Y dice, ocupaos en vuestra salvación, con temor y temblor. Y nótese que el versículo 12 no está aislado al versículo 13, ni viceversa, sino que es una continuidad. Dice, ocupaos en vuestra salvación, con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer por su buena voluntad. En ese sentido, había una necesidad muy importante, hermano y hermana que me escuchen. En ese tiempo, la iglesia de Nuestro Señor, la iglesia primitiva, estaba siendo perseguida. Era una persecución muy brutal que culminó en muchas catástrofes, muchas situaciones muy complejas, muy difíciles. Mataron a los apóstoles y la iglesia del Señor permaneció, hasta el día de hoy ha permanecido. Sin embargo, en ese tiempo fue muy tremendo. Y era natural para el ser humano preocuparse por su vida, por su carne, por su seguridad, porque uno no sabía si de repente, mientras estaban en el servicio, podían llegar los soldados romanos y acabar con todos los que se encontraban allí. Sin embargo, el apóstol Pablo les decía, preocupense por su salvación. Dice, ocupaos de vuestra salvación, con temor y temblor. Hay algo muy interesante que yo hace poco estaba leyendo, y quiero también comentarles. Y que tiene algo, mucha relación con esto. Tal vez, no sé si usted lo sepa, y si no lo sabe, se lo voy a comentar. Nosotros somos cristianos, por supuesto, pero también pertenecemos a una denominación que se llama Pentecostal. El Pentecostalismo, pues es un movimiento cristiano que surge luego de un avivamiento en Estados Unidos, muy grande, pero no es que nazca en Estados Unidos, sino que simplemente allá surge ese movimiento de avivamiento espiritual y de sanidades muy impresionantes. Entonces de ahí surgen iglesias que se denominan Pentecostales. Hay dos vertientes del Pentecostalismo. Hay unos Pentecostales que son trinitarios, que creen en el Padre, Hijo y Espíritu Santo, que somos nosotros. Y hay otros Pentecostales que son unicitarios, que solamente creen en Cristo, y no creen en una trinidad, sino creen en uno. Nosotros creemos en el Padre, Hijo y Espíritu Santo porque nosotros suscribimos a la ortodoxia de la cosmovisión cristiana de todas las iglesias. Es decir, nuestro Pentecostalismo no está aislado, no es una idea que a alguien se le ocurrió, sino que simplemente fue un movimiento que surgió, pero nosotros estamos relacionados con, por ejemplo, el pensamiento de los metodistas, los trabajos que algunos padres de la iglesia también realizaron. No estamos aislados en ese sentido, y tenemos relación en ese aspecto, tanto intelectual como espiritual. Y uno de los puntos importantes que yo estaba leyendo en la teología sistemática con una perspectiva pentecostal de Stanley Horton, es un libro que me ha ayudado mucho a comprender algunas cosas. Es un punto muy interesante que lo denominan como la preocupación por la otra vida. El pentecostalismo tiene un acercamiento mucho al lado espiritual. Por ejemplo, ahí están nuestros hermanos bautistas y también nuestros hermanos presbiterianos, que tienen un acercamiento mucho más a la intelectualidad que a las manifestaciones espirituales. El pentecostal toma de las dos. Hay pentecostales muy académicos y también pentecostales que se acercan a lo espiritual, aunque es parte del pentecostalismo el acercarse al lado espiritual. Y uno de los puntos importantes es la preocupación por la otra vida, algo que el apóstol Pablo ha dicho en muchas ocasiones, y esta ocasión en Filipenses 2, versículo 12, no es la excepción. Él dice, ocupados en vuestra salvación con temor y temblor. Eso, mis hermanos, es preocuparse por la otra vida de una persona que es tu hermano en la fe. Cuando usted, mi hermano, mi hermana, que me está escuchando, le dice a su hermano en Cristo, oye, pues vamos a orar para que Dios te ayude, para que Dios te saque del error o algo así, digamos que lo invita a estar en comunión con el Señor a través del Espíritu Santo, usted se está preocupando por la otra vida de la persona. Para que esa persona no perezca en el pecado, sino que continúe y avance constantemente, eso es preocuparse por la otra vida. Pero aquí hay una segunda responsabilidad en el punto que les mencionaba del libro que estaba leyendo, y es que hay una responsabilidad de la otra vida individual y hay una responsabilidad por la otra vida que es hacia las demás personas, digamos. Y el apóstol Pablo a esa suscribe, porque el apóstol Pablo dirige esta carta a los filipenses que se encontraban en conflicto y con una posibilidad muy grande de acercarse a las cosas humanas, terrenales, espirituales, salvaguardar su vida, quizás decir en algún momento vamos a cerrar la iglesia y vamos a irnos mejor a nuestras casas porque nos están persiguiendo, ese tipo de cosas. Y el apóstol Pablo dice, oiga, tranquilos, ocúpense de vuestra salvación con temor y temblor. Este día, mi hermano o mi hermana que me escucha esta mañana, es un tiempo muy bueno, creo yo, para poder reflexionar sobre esto, reflexionar sobre la salvación que hemos recibido a través de Cristo. Hace poco escuchaba a una persona que decía, no sé si soy verdaderamente salvo, no sé si realmente estoy salvo completamente. Cuando yo escuchaba eso yo decía, definitivamente esa persona nos salva. Porque nosotros no podemos dudar ni un momento en que somos salvos. Porque Jesucristo pagó el precio, Él ya murió en la cruz, resucitó al tercer día, ascendió al cielo y nos dio la salvación. Nosotros no podemos dudar, pero también nosotros no podemos quedarnos simplemente y decir, soy salvo y listo. Tenemos que hacer algo, tenemos que avanzar, tenemos que confiar. Y el apóstol Pablo a eso se refiere, porque la iglesia que se encontraba, la iglesia de los filipenses, ellos eran salvos. Posiblemente ellos decían, yo soy salvo, yo ya recibí la salvación, Cristo ya está en mi corazón. Pero aún y todo eso, el apóstol Pablo les dice que ocupense de su salvación. Cuiden su salvación con temor y temblor. Es decir, cuídense su salvación con mucha seguridad, con mucho temblor y con mucho temor. Porque las situaciones y las circunstancias que estaban suscitando en su entorno, nos podrían ocasionar, que por supuesto podrían alejarse de Dios y perder la vida eterna. Por eso mi hermano, es un momento muy importante para reflexionar. Reflexionar sobre nuestra salvación, nuestra comunión con Dios. ¿Cómo estoy viviendo yo, mi vida cristiana, mi vida espiritual, mi espiritualidad con Dios? Y bueno, pues espero que haya sido de bendición este pequeño comentario, que de hecho ya había grabado previamente, pero algo sucedió aquí con el micrófono y tuve que volver a grabarlo. Dios les bendiga grandemente que tengan un excelente y bendecido inicio de semana y bueno, Dios les bendiga.

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