Details
Nothing to say, yet
Big christmas sale
Premium Access 35% OFF
Nothing to say, yet
This transcription is a motivational message directed at immigrants who may be feeling discouraged or uncertain about their future. The speaker emphasizes the importance of knowing what you want and differentiating between short-term needs and long-term goals. They encourage immigrants to focus on personal fulfillment rather than just success, and to surround themselves with positive influences. The speaker advises against relying solely on external authorities or documents for happiness and urges immigrants to continue striving for their dreams despite challenges. The message emphasizes the need for self-belief, perseverance, and taking action, and reminds immigrants that they have already shown courage and determination by leaving their home country. The speaker encourages immigrants to seize opportunities, pursue their passions, and not settle for comfort over prosperity. They stress the importance of pushing past limits, ignoring doubters, and appreciating small achievements. The m sólo para inmigrantes que no se rinden. Te hablo a ti, a ti que te veo preocupado, consternado por tu futuro, a ti que has puesto toda tu esperanza en un documento, en una aprobación. ¿Y después qué? Tienes que saber lo que quieres y lo que buscas. Porque cuando buscas en el lugar equivocado terminas frustrado. Cuando pones toda tu energía en lo equivocado, débil para lo que verdaderamente importa. Aprende a diferenciar el medio, del fin, lo que necesitas a corto plazo con la meta. Para que luego no te preguntes por qué no me sacio. Si ya tengo el carro, la casa. ¿Por qué no me sacio? Y es que después que lo tienes vuelve esa insatisfacción, esa sensación de vacío. Sabes por qué, porque eran medios, no fines, le pusiste toda tu energía a los medios para sentirte mejor. Volviste a confundir la satisfacción con la felicidad. Tienes que buscar tu realización, no sólo tu éxito, el éxito te llena sólo de satisfacción temporal, la realización te llena el alma. ¿Qué estás alimentando? Estás alimentando el cuerpo, comes lo que te gusta y cuando te gusta. ¿Y tu alma, y tu fe? Ganar no es por suerte, la gente gana porque se esfuerza, porque se disciplina, porque tiene una meta y un propósito. ¿De quién te estás fiando, a quién estás siguiendo? Aprende de los mejores, aprende de los que ya lo hicieron bien. Uno de los temas de los que tienes que preocuparte cuando emigras es con quien te reúnes, a quien le sigues los pasos. Basta de excusas. Te van a decir que no puedes, te van a preguntar quién eres tú para lograrlo. Te van a decir que llevan 40 años aquí y que ellos son los que saben cómo hacerlo, pero tú, tú tienes el control de tu vida y de tu tiempo, tú tienes esa voz interior que te dice tienes que hacerlo diferente. Si quieres resultados diferentes, confía en ti. La gente va a decir que estás perdiendo el tiempo, que lo que hay es que hay que facturar. ¿Facturar para qué, para pagar? ¿Y la realización personal, y la felicidad? ¿Te has preguntado por qué no encuentras oportunidades en el país de las oportunidades? Revisa dónde estás buscando, a quién estás escuchando. Te estás aliando a los que no lo consiguieron. ¿Te acuerdas de cuando tomaste la decisión de irte, de saltar? Fue duro, muy duro, te jugaste el todo por la nada, pero no te detuviste, te pusiste en acción y ahora estás aquí, justo donde querías estar. No sabías lo que te esperaba, aun así, saltaste. Y ahora, ¿por qué te rindes, por qué pones tu felicidad en una autoridad, en un documento? Tienes que seguir adelante a pesar de la marea. Mira, no sé cómo te ha ido desde que llegaste, no sé si ya has alcanzado tu sueño o si renunciaste porque ya no tienes fuerzas para ir por él. ¿Cómo es que te rindes? No se trataba sólo de llegar. Llegar sólo era el punto de partida. Si de veras quieres tener resultados diferentes, no puedes hacer lo mismo. No estás aquí por casualidad. Tienes que encontrarte, encontrar lo que llevas dentro, aquella misma fuerza que te ayudó a saltar. Debes tener la voluntad suficiente para pararte. Una vez más. No te conformes, nadie caminará por ti. Si tienes grandes sueños, muévete, levántate cada vez que te derriben. Te estoy hablando a ti, que te veo en las redes con esos pesares y sí, con el carro, la casa, pero infeliz. ¿En verdad viniste a esto? ¿Ya te has olvidado de quién eres, de todo lo que tuviste que hacer cuando decidiste venir? Todo no acabó cuando cruzaste esa frontera, más bien, todo comenzó cuando la cruzaste. Aún tienes que cruzar la frontera de los triunfadores. Esto es contigo, no puedes quedarte ahí, donde el otro se quedó, que, porque llegó veinte años antes y no lo logró, ahí vas a quedarte. No puedes quedarte ahí. Ese no puede ser tu punto referencia. Elige a quién quieres seguir. Toma acción, déjate de querer dar pasos seguros, certeros, los que triunfaron no lo tenían todo seguro. Puedes fracasar cuantas veces sea necesario, cada fracaso es un paso hacia adelante. El triunfo depende de la constancia. Hay tanta gente que muere sin cumplir sus sueños. No seas uno de esos. Si crees que puedes, puedes. No pierdas las oportunidades que hoy te esperan. Vive de lo que amas, haz lo que quieras, no permitas que ese sueño americano mate tu propio sueño. Usa ese talento que nunca usaste. No le digas a nadie lo que vas a hacer, solo hazlo. Cree en ti. No te detengas, mantente siempre en movimiento, aun si no puedes hacerlo a la velocidad de los demás, el secreto es mantenerse en movimiento. Esos triunfadores han tenido problemas, esos triunfadores no son gente de suerte, esos triunfadores son gente de constancia, de pasión y de disciplina. Tú quieres ganarte la lotería, tú quieres encontrarte un botín, tú quieres que te dejen una herencia. ¿En serio? ¿Piensas que esos triunfadores lo obtuvieron todo así? No te apagues. Tienes que abrirte a las oportunidades. Cruzaste la frontera, si, saliste de un país donde te sentías preso y ahora eres un preso de tu mentalidad. Hazlo por ti, por tu familia, cuenta una historia diferente. Comodidad no es prosperidad. Jamás dudes de ti, porque cuando dudas de ti, no puedes lograr nada. Escribe cuán bueno eres. No esperes más. Vuelve a conectar, este es tu año para triunfar. Es ahora. Sé un guerrero, deja tu huella. Ya has mostrado tu valor en la pista cuando llegaste hasta aquí. Quieres éxito, pero el éxito lleva tiempo, tienes que labrar. Sabes lo que me duele, que cuando llegues a los setenta me digas «Hubiera querido haber hecho». Si hubiera podido. Pero ya serán setenta. Te lo advierto desde ahora, eso no te dejará dormir, no te dejará vivir. Tienes que ir más allá de tus límites ahora. ¿Alguna vez hace unos diez años creíste que tendrías el valor de cruzar una frontera, de arriesgar tu vida cada minuto? ¿Creíste que tendrías el valor de soltar todo lo que habías vivido, lo que conoces, de dejar atrás gente que forma parte de ti, creíste que podías hacer ese trabajo que hiciste cuando llegaste? Si pudiste entonces, tú puedes ahora. Tienes que empezar ahora mismo. Cuando venga la debilidad a tocar tu puerta, lánzala en su cara. Incluso si esa debilidad son amigos que dicen que eres un loco, que no podrás, no les sabrás, incluso, si es tu mamá o tu esposo que dices que no puedes, no le escuches. El único que puedes hacerlo eres tú. Este es tu momento de brillar y si no, alguien lo hará por ti. Ve por tu sueño. Todo ha sucedido por algo, ese camino no fue en vano. Si no estás donde quieres estar, lo entiendo, pero tienes que saber que vas a llegar, tienes que estar convencido de que podrás. No des lo que no has querido ver, observa esos pequeños logros, agradecelos. No eres el mismo de cuando llegaste. Vas un paso adelante por una sola razón, no te detuviste. Retoma ese sueño. Todos los triunfadores comenzaron con un sueño. Vas a conseguirlo, ese restaurante, esa peluquería, esa empresa de servicios, todas esas ideas que no te dejaron dormir, persíguelas, no te quedes con el deseo, tú puedes. Sabes que eres bueno. No confundas la parada con el destino, este no es tu destino. Ve por lo que te mereces. Se trata de dar el primer paso, no mires al final de la escalera, ese que ya llegó a la cima, estuvo abajo, pero qué tal si no hubiera dado ese primer paso? Deja las excusas y avanza, paso a paso. Cada día es una nueva oportunidad. Céntrate en ti. Te están robando el tiempo, o mejor dicho estás regalando tu tiempo a los sueños de los otros, porque ese para quien trabajas, tuvo un sueño y tú estás trabajando para él. Estás tan concentrado en cumplir el sueño de otro que no ves las oportunidades.