Potcas- Analuisa, Corre, Haro, Guano y Prado

cuentos, principios de oro y artesanía autor original, Rodolfo Caracalotor José Jiménez Había una vez una comidinha alta que le dio una comunicación a un viejito ellos eran muchitos y jugaban un juego con algunos juguetes mamá osca ponía la mesa y papá osca componía un aparato que salía muy raro mi mamá osca había comprado dos huevos de azúcar de los plazos en mi casa un plazo pequeño para el chiste, uno para ella y uno para mi papá ¿Qué estás preparando? huele muy bien una deliciosa leche con avellanes que está hirviendo favorita vamos a dar un paseo mientras enfrían salen de frente a la casa la comidinha osca salió de su casa mientras tanto una comidinha de cabello dorado y demás reciclos de oro salieron a juego y fue consumida por los juguetes y por todo el mundo un niño llegó a la casa de los juguetes ¿Qué hay en esta casa? saltó a la puerta con una llave y se asumió por la ventana ¿Quién vivirá en esta casa? ¿Voy a entrar? No hay nadie entra y dile a mi hija que me tres plato feliz ¡Qué rico! ¡Con el hambre que tengo! ¡Arena con leche! probó la arena de papá osca pero estaba bien luego le dieron a mamá osca y estaba muy caliente y al final la besito esta arena está sabrosísima no es ni caliente ni fría ¡Deliciosa! Dice que llora, se siente cansada y decide empezar ¿Es que se le hace en la mesilla? intenta sentarse no alcanzo y esta también es muy grande miren la silla gruesita ¡Ah! ¡Esta es de mi tamaño! se sienta y le rompe ¡Se rompió! ¡Qué pena! ¿Pero qué hay ahí? recife de oro, van para todos los juguetes ¡Qué cama tan grande! ¡Merece el cómodo! ¿De acuerdo? ¡Ah! ¡Ah no! ¡Es muy duro! probaré la del mediano De acuerdo ¡Qué raro! ¡Está enclimada sin lado! ¡Ah! ¡La de la pequeña! De acuerdo ¡Esta sí! ¡Parece que la hicieron para mí! ¡Qué cómoda es! recife de oro, se cae de una en la próxima y los restantes juguetes regresaron conmigo ¡Se acabó! ¡Se rompió mi arena! ¡Alguien robó mi arena! ¡Alguien también robó mi arena! ¡Alguien se acabó mi arena! ¡Se acabó! ¡Mirad lo que sigue! ¡Alguien se sentó en mi silla! ¡Alguien también se sentó en mi silla! ¡Alguien rompió mi silla! ¿Y seguí en mis huecos, doña Cucuario? ¿La pagas tú? ¡Alguien se metió en mi cama! ¡Miren! ¡Está deshecho! ¡Alguien se metió en mi cama! ¡Está rogada! ¡Alguien duerme en mi camita! ¡Alguien duerme en mi camita! Y yo te lo deciré por culpa de su poder En el procedimiento de la semilla un oso se levantó de prisa salió del cuarto y corrió, y corrió, y corrió hasta llegar a su casa El jugador hizo un parado y los juguetes se acabaron Cuentos de la ratita presumir Érase una vez una ratita que era muy presumir Un día estaba barriendo su casita cuando de repente encontró en el suelo algo que brillaba ¡Era una moneda de oro! La ratita la recogió del suelo y dichosa se puso a pensar ¿Qué se compraría con la moneda? ¡Ya sé! ¡Me compraré caramelo! ¡Oh no! ¡Se me caerán los dientes! ¡Pues me compraré pastel! ¡Oh no! ¡Me dolerá la barbillita! ¡Ya sé! ¡Me compraré un ojito de color rojo para mi novito! La ratita guardó la moneda en su bolsillo y se fue al mercado En el mercado le pidió al vendedor un trozo de su mejor cinta roja la compró y volvió a su casa Al día siguiente la ratita se puso la cinta en su colita y salió al balcón de su casa para que todos pudieran la mirar En eso aparece un gallo y le dice ¡Qué lindo! ¡Ratita, ratita! ¡Tú que eres tan bonita! ¿Quieres casarte conmigo? Y la ratita le dijo ¡Ay no! ¡Contigo no me casaré! ¡Me asusto! ¡Me asusto! ¿Pero por qué ratita? Porque cacarea muy feo ¡Y me asusto! ¡Me asusto! Se fue el gallo y apareció el perro ¡Ratita, ratita! ¡Tú que eres tan bonita! ¿Quieres casarte conmigo? Y la ratita le dijo ¡No sé! ¡No sé! ¡Tú que eres tan chistina! ¿Y lo haces? ¡Yo lo hago yo! ¡Yo! ¡Yo! Respondió el perro ¡Ay no! ¡Contigo no me casaré! ¡Me asusto! ¡Me asusto! Replicó la ratita sin ni siquiera mirarla Se fue el perro y apareció el cerdo ¡Ratita, ratita! ¡Tú que eres tan bonita! ¿Quieres casarte conmigo? Y la ratita le dijo ¡No sé! ¡No sé! ¡Tú que eres tan chistina! ¿Y lo haces? ¡Yo lo hago yo! ¡Yo! ¡Yo! Respondió el cerdo ¡Ay no! ¡Contigo no me casaré! ¡Me asusto! ¡Me asusto! Replicó la ratita con mucho desagrado El cerdo desapareció por donde vino Llegó un gato blanco y le dice a la ratita ¡Ratita, ratita! ¡Tú que eres tan bonita! ¿Quieres casarte conmigo? Y la ratita le dijo ¡No sé! ¡No sé! ¡Tú que eres tan chistina! ¿Y lo haces? ¡Yo lo hago yo! ¡Yo! ¡Yo! ¡Ay no! Respondió el gato ¡Me asusto! ¡Me asusto! El gato con un ojito muy dulce respondió ¡Ay sí! ¡Contigo me casaré! ¡Yo me asusto! ¡Me asusto! La ratita muy emocionada se acercó al gato Para darle un abrazo Y él sin perder la oportunidad de hacerse a un buen bocado Se abrazó sobre ella y casi la atrapó de un solo zapato ¡No! La ratita tegó un brinco y corrió lo más rápido que pudo De no ser porque la ratita era no solo presumida Sino también muy suerteda Esta hubiera sido una historia triste Y colorín colorado este cuento se ha terminado