The fight over coffee packaging led to a legal battle for unfair competition. Colombian Coffee Industry sued Gonzalo for using a blue label similar to their red one, causing confusion. The supervisory authority found clear unfair competition acts: confusion, imitation, and loss of customers. They ruled in favor of the Colombian company, ordering Gonzalo to stop using the confusing label and pay legal fees. The case highlights the importance of fair competition in commercial law.
Hay peleas que uno entiende y otras que simplemente huelen a cafĂ©. Esta, por ejemplo, comenzĂł con algo tan colombiano como eso. Una taza, un empaque rojo y otro azul. Y detrás de esos colores, una historia de competencia desleal, de reputaciĂłn y confusiĂłn. El sello rojo propiedad de industria colombiana de cafĂ©, S.A., no se quedĂł quieto. Le mandĂł a Gonzalo por competencia desleal alegando que el sello azul confundĂa al pĂşblico y se aprovechaba de la reputaciĂłn que ellos habĂan construido durante años.
Entonces la superintendencia de Industria y Comercio, la famosa CIG, tuvo que entrar a revisar si esa señalanza era solo coincidencia o si efectivamente estábamos ante un caso de confusiĂłn indirecta. Dicho en simple, es cuando el consumidor cree que los productos no son idĂ©nticos pero sĂ vienen del mismo fabricante o del mismo grupo. Y Gonzalo, con su sello azul, se pasĂł de listo. Tras tras lo demostraron todo. Los dos cafĂ©s se vendĂan en los mismos supermercados, se promocionaban en las mismas emisoras, usaban canales idĂ©nticos y apuntaban al mismo tipo de cliente.
El consumidor promedio que no se fija demasiado. La CIG dijo algo asĂ como, si tĂş ves los dos empaques y la estanterĂa, probablemente pienses que son de la misma empresa. Por eso la superintendencia determinĂł que hubo tres actos claros de competencia desleal. ConfusiĂłn, porque el pĂşblico no sabĂa de dĂłnde venĂa cada producto. ImitaciĂłn, porque se copiĂł la presentaciĂłn casi completamente. Y deslecciĂłn de clientela, porque esa confusiĂłn le quitaba compradores a la marca original. Y además, aunque el sello azul fuera un nombre existente, el problema no era el nombre en sĂ, sino el efecto que causaba.
Porque la ley protege al consumidor, no a la empresa del que copia lo suficiente como para parecer original. Asà que la CIG falló a favor de Industria Colombiana de Café. Le ordenó a Gonlo dejar de comercializar el sello azul con esa presentación o cualquier otra que generara confusión y la condenó en costas. La parte económica, o sea la indemnización, quedó para otro trámite aparte. Por eso, el derecho comercial es suficiente para romper la lealtad del mercado.
Porque el juego a la competencia sólo funciona cuando todos juegan limpio. Si su estrategia depende de la confusión, entonces usted está compitiendo. Usted está engañando. Si el sello azul intentó parecerse tanto al sello rojo, se terminó pintándose sólo de lealtad.