Día 19 - Carta de despedida_Adiós, Buenos Aires

Día 19. Adiós, Buenos Aires. Comienzo esta carta a 11.284 metros de altura mientras atravieso el Atlántico rumbo a Madrid. ¿Debería aprovechar para dormir un poco y estar descansado para trabajar cuando llegue? Probablemente. ¿Lo voy a hacer? Probablemente no. Y es que lo que siento en este momento es la necesidad de volcar sobre el papel este torrente de emociones y recuerdos que inundan mi mente. Este viaje ha sido único, majestuoso, legendario. No sé cómo describirlo para hacerle justicia. Creo que jamás podré. No os voy a engañar. Ahora mismo ardo en deseos de besar a mi mujer y a mi hijo, de abrazar a mi familia. Ha sido para mí un punto de inflexión. He descubierto que tenemos muchos intereses en común. El viaje de vuelta está siendo un poco agitado. Acabamos de pasar unas cuantas turbulencias así que perdonad la letra. Espero que se veáis capaces de descifrarla. Y ahora una ronda de agradecimientos que necesito volcar esto y no quiero mojar la carta. Tío, gracias por acogerme en tu casa, enseñarme la chacra y contarme tantas historias sobre tus comienzos en Argentina. Disfruté mucho de aquel paseo que dimos por Neuquén juntos mientras que el resto de la familia pensaba que nos habíamos perdido. Aquellas conversaciones quedarán entre nosotros y siempre recordaré los sabios consejos que me diste. Rosy, ha sido una verdadera sorpresa para mí, y de las buenas. Gracias por acompañarme aquel fin de semana en Buenos Aires. Ver aquí el espectáculo de tango juntos con mis primos, los tres con la boca abierta, es algo que me llevo para siempre para España. Pero, por cierto, recuerda que al final no me llevaste a bailar a un boliche. Así que cuando vengas a Madrid no te me escapas. Marianela, gracias por acoger a este pachacho en tu hogar y permitirme pasar momentos únicos con Fernando y los niños. Mi primo tiene mucha suerte por tenerte a tu lado. Formáis una familia encantadora, y me habéis hecho sentir muy cómodo en vuestra casa. Transmíteles también mi agradecimiento de corazón a tu familia por la calurosa bienvenida que nos hicieron pasar en la quinta. Gracias Jorge, Mercedes, Víctor y Adrián. Habéis sido unos anfitriones de primera. Sobre todo Víctor, no me imagino un guía mejor para este viaje. Has dejado el listón bien alto, jodío. A ver cómo te devuelvo yo el favor cuando vengáis a España a visitarnos. Chicos, gracias por jugar conmigo y pasar tan buenos ratos juntos. Haced caso a vuestros papás y seguid así. Cuando vengáis en España, os presentaré a mi hijo Sergio, que tiene muchas ganas de conoceros. Y esta vez le tocará a él actuar de hermano mayor y jugar con vosotros. Seguro que lo pasaréis en grande juntos. Nanu, sigue cultivando esa sensibilidad artística y esa pasión por los cuentos y la lectura. Siempre recordaré el detalle que tuviste al regalarme tu burbujero de Spiderman para mi hijo. Tienes un corazón que no te cabe en el pecho. Gio, cuando seas mayor, te recordaré que conmigo pasaste por boxes y que gracias a ti me hiciste recordar aquellos momentos de los primeros años con mi hijo. Y por último, gracias a ti, Fernando. En este viaje hemos compartido carreras en batallas, de nieve, billares, muchas risas, confidencias y grandes momentos. Pero siento que aún nos quedan muchos otros que están por llegar y compartir juntos. Han sido unos días muy intensos y juntos siento que hemos creado un vínculo que permanecerá para siempre. Hoy nuestros caminos se separan pero estoy seguro que volveremos a vernos pronto en España o en Argentina y podrás tener la revancha de la partida que te gané al billar. Ahora ya sabes, es cuando te cae una lagrimita y simulas como que se te ha metido algo en el ojo. Te quiere tu hermano menor, Javi. Pues nada, os envío unas fotos de algunos momentos vividos en este viaje para que las guardéis en un álbum y así cuando tengamos viejitos poderlas volver a ver juntos de nuevo. Muchas gracias de corazón. Un abrazo.