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Roberto Alejeira - Parte 01 [Bloque 03]

Roberto Alejeira - Parte 01 [Bloque 03]

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The speaker introduces Roberto Almejeyra, a long-time activist, and highlights his insightful political views. They discuss the need to listen to different opinions and acknowledge that Roberto has unique perspectives. Roberto then discusses the global threat humanity faces, such as climate change and the scarcity of resources. He argues that these challenges have caused a shift in ideologies and politics, with people gravitating towards leaders who represent their fears and desires for survival. He emphasizes the importance of understanding this etological response rather than relying on rationality in political discourse. Así que bueno, vamos a seguir con el programa, porque hay un invitado, Lisandro, a ver. Yo lo voy a presentar porque... Ah, bien, bien, bien, no sé. Está con nosotros un gran compañero, ¿cómo era el apellido? No, no, bueno. Almejeyra. Sí, vamos a empezar así. Roberto Almejeyra. Militante de hace 70 años, más o menos, ¿eh? Estamos en la resistencia. Estamos en la resistencia. Ahí arrancamos. Ahí arrancamos, muy bien. Hay que sacarte más el micrófono. No, no, no, déjalo, ya lo tengo acá. Sí, bueno. Sí, arrancamos en la resistencia. Bueno, ahora, Lisandro, ¿qué le querés preguntar a vos? Porque ahora te paso vos la posta. A ver, ¿qué le querés preguntar? Yo siempre le digo a él, él es un desperdicio. Realmente creo que es la persona con mayor lucidez en la política de Mendoza. Él me dejó estar mía afuera. Absolutamente a todo le dejó afuera. En la Biblia y acá le fue. Alguien puede decir, bueno, vos no me conocés a mí, ¿viste? Pero yo lo conozco a Roberto. Y Roberto te lee el diario de mañana, digamos. Con los ojos cerrados. Con los ojos cerrados. Así que, no, no, no, es que lo que pasa es que él tiene unas definiciones que son conceptos que nosotros no escuchamos habitualmente. Y todos los conceptos que le escuchamos habitualmente nos están dando errados. Entonces, alguien que opine distinto por lo menos debe ser escuchado, ¿no? Yo antes de que hable Roberto, porque le han tirado tantas flores, déjeme que le pare yo con el florero. El florero. La florera ya se la acabaron ustedes. Después le pasamos la factura, Roberto. No, no, no. Pásenme un poco de brillatina, así. No, no, no. Carísimo te va a salir este sábado. Pero no, lo que yo quería decir es que, bueno, he tenido la suerte de compartir algunas experiencias con Roberto. Y siempre, con él, hemos tenido, digamos, la particularidad de que justo han sido en situaciones adversas al peronismo, ¿no? En una derrota también estrepitosa que tuvimos en una época ahí en Guaymallén, una de las pantas de las últimas. Ahí nos conocimos, ahí profundizamos en algunas cuestiones. Y lo que acaba de decir vos, Lisandro, también me hago eco de eso, porque es una persona que ante justamente las adversidades hace las lecturas y hace, digamos, esas catarsis necesarias, pero con las palabras justas medidas y como para la reflexión exacta. Yo lo dejaría hablar solo. Espero que después de toda esta expectativa que hemos generado, no nos vayamos al pasto. Lo último que quería decir, es que yo se lo he dicho a él, que mucha gente piensa que, o que estoy ilustrado, o que soy inteligente, y empiezan a decir con él. Y en realidad lo que hago es repetir lo que me ha dicho Roberto. Así que bueno. Entonces sabemos que lo que vos pensaste lo dijo Roberto. Por supuesto. Roberto, micrófono tuyo abierto, y tené lo que quieras decir. Mira, hay varias reflexiones al unísono porque es un combo, no son cosas aisladas. Hemos sido derrotados de una manera estrepitosa. Entonces, frente a ese hecho, uno tiene que, o tiende, a buscar culpables. Alguien tiene la culpa. No necesariamente es así. Está pasando en el mundo una cosa muy singular, cuya reflexión no está bien abordada. Mira, por primera vez en la historia, la humanidad está globalmente amenazada. Hasta el, digamos, estamos amenazados por lo que llaman cambios climáticos, que en realidad no es un cambio, es un desastre, una catástrofe. Porque si no, van a decir, cuando yo me muera, que cambié. No es cierto, van a decir que me he muerto. Es decir, es un hecho catastrófico. Que la catástrofe climática, por ejemplo, nosotros estamos enfrentados, aunque no lo sepamos en términos individuales, estamos enfrentados en términos de la especie, amenaza ya concretamente a la escasez en el nicho ecológico. Entonces, no estamos teniendo una respuesta del Leopold, de superestructural, de ideas. Tenemos una respuesta etológica, una respuesta de cómo éramos cuando originariamente éramos puro animal y no habíamos desarrollado nuestro cerebro del raciocinio y del pensamiento predictivo, etcétera, etcétera, que es lo que nos caracteriza. El resto de los animales no tienen cerebro predictivo. Es decir, viven el día, el momento. Los estímulos que se les presentan son los que les motivan sus accidentes. Cuando tiene hambre, quiere comer, y cuando no tiene hambre, no importa que pase una presa para enfrente, no mata por placer, no mata por las dudas, salvo que tenga miedo. Esa es la respuesta. Cuando tiene miedo, uno tiene miedo, tal cual cualquier animal, uno tiene dos respuestas posibles. Frente al miedo, ataca o huye. No tiene otra forma de resolver el tema del miedo. Y como nosotros tenemos cerebro predictivo, tenemos miedos anticipados. Nos parece que va a temblar. Yo tengo la sensación, capaz que hay un terremoto. A ningún animal se le plantea ese problema a menos que esté ocurriendo un terremoto. Ha pasado una cosa. La humanidad está amenazada. Primero, porque ha sido informada al unísono con los medios contemporáneos, el celufro celular, el internet, hemos sido anunciados que va a escasear hábitat, ya no comida, solamente comida. Hay tierras las más fértiles, se van a inundar, hay lugares muy fértiles que van a entrar en sequías profundas, en la cual es obvio que nosotros sabemos, ya a nivel de la especie, que hay que dar una pelea por los recursos del nicho ecológico. Y la humanidad, como tal, se ha dividido en dos bandos. Está el bando depredador, que va por todo, incluso en la humanidad que intenta tener la totalidad de los recursos, y otra humanidad como el peronismo, que es empático, quiere ayudar, piensa en la felicidad del conjunto. Bueno, este enfrentamiento es etológico. Entonces, han caído las ideologías, han caído las luchas de clases, se han quemado todos los libros, porque los especialistas actuales de todo nivel, politólogos, filósofos, etc., dicen, no se entiende lo de Millet, no se entiende lo de Bolsonaro, no se entiende lo de Le Pen, no se entiende ni lo de Berlusconi en su momento. Y yo digo, sí se entiende. Si hay una respuesta etológica, es una respuesta de manada. Hay un líder, un alfa, que está conduciendo a un cuerpo gigantesco, que es la manada, a cruzar un río lleno de cocodrilos. Ahora, en condiciones normales, no, no cruzo el río, ¿por qué voy a cruzar un río lleno de cocodrilos? Me van a comer. No, pasa el líder, porque como, digamos, los cocodrilos no saben que van a pasar por ahí, en determinado momento empiezan a pasar, los cocodrilos se adivan, se comen a los del medio. Cuando llegan los últimos, no comen más porque ya están llenos. Es decir que pasa la manada por un lugar donde no se puede pasar, morir. Frente a la propuesta de los alfa... Los sistemas agregarios que decía Perón, más o menos, por ahí pasa esa teoría. Y los alfa tienen la obligación de conducir una manada, solo un cuerpo, ningún cerebro, ninguna cabeza. El ejército tiene estructura de manada. Es decir, se los llama soldados, a los miembros, soldados. Están soldados, le han pasado un electrólogo entre los brazos para que vean todo eso. Y la cabeza está en el comando. Entonces, en ese esquema de manada, se le dice a un cuerpo de ejército, digamos, ataque en esa colina. En la colina hay una cazamata con unos ametralladores. Y todos van y van cayendo como moscas hasta que consiguen el éxito de tomar la cazamata. ¿Por qué hacen eso los seres humanos si nosotros tuviéramos posibilidad de opinar en términos, no de la manada, sino del individuo racional? Dicen, no, ¿por qué voy a subir ahí? Me van a matar. Todos los soldados dirían, no, no queremos subir. Bueno, pena de muerte. Es decir, si vos no querés subir, en la manada te fusilan al toque. Así que tenés que subir. Tenés que responder al cuerpo, no a la cabeza. Y la cabeza es el comando. Como estamos en un escenario de uniformidad informativa, a todo el mundo le ocurre eso. ¿Qué nos ha pasado a nosotros? Ahora con Millet. Millet aparece como un individuo disruptivo, extremadamente intenso, como un verdadero alfa. Alfa en términos de que no se lo puede cuestionar. El tipo cuando lo cuestiona se enfurece. Es decir, se enfurece, no cuida la forma, sino que cuida su impronta. Nosotros tuvimos un candidato, Massa, que no conformaba a todos, con muchísimos cuestionamientos y dudas internos, que siguió haciendo lo que hacemos los racionales. Tirando mensajes, sacando conclusiones ciertas, haciendo promesas cumplibles. De otra vez, queremos que se rompa toda la metraladora, la sierra eléctrica, o en fin, la motosierra. Es decir, nos enfrentamos a una instancia cuya época debe ser definida de la siguiente manera. La pelea está planteada, y está planteada en términos de prevalecemos o perecemos. Es un grave eso, gravísimo, porque se trata de matar o morir. Eso es tremendo. Hemos evolucionado como especie para eludir esas cosas tan dramáticas. Pero hemos evolucionado porque, por ejemplo, si va a haber escasez en el nicho ecológico, ¿qué hacen las especies en general? Las especies combaten a muerte al competidor, al que requiere los mismos recursos. Entonces, se explica que el único por ciento de la población que tiene posibilidades de hacer acumulación tiene el 90% de los recursos. No tiene sentido en términos racionales, en términos de propuestas políticas. ¿A quién querés convencer vos que hay alguien que tenga preeminencia sobre el 90% de los recursos? Es absurdo, porque no los necesita tanto. Pero estamos en el escenario de la lucha por el escasez del nicho ecológico. Entonces, la lucha es sin racionalidad ninguna. Entonces, es difícil ganar una elección proponiéndose racionalidades, reflexiones. Cayó la lucha de clases, los obreros están votando a Bolsonaro, los negros votan a Bolsonaro, Bolsonaro dice que no sirve ni para reproducirse, van y lo votan, están en las marchas apoyando a Bolsonaro. Entonces, no es un problema racional, no han pensado el asunto, no está en términos del pensamiento, está en términos de la expulsión. Es etológico, es decir, es una categoría de la etología, es una ciencia que estudia el comportamiento de los animales. Y se lo estudia porque no hay posibilidad de dialogar con los animales, no tienen la racionalidad que requeriría el idioma, tener un idioma, etc. Entonces, se estudia lo que se ve, las conductas que se ven. Cuando vos ves a un grupo de individuos que está votando, que se rompa todo, que está diciendo que no, que todo lo que hay no sirve, lo que te está diciendo es nos quedamos en la nada. Entonces, conclusión. Primera conclusión. La primera conclusión. La gente de mi ley, los que han votado el cincuenta y pico por ciento de la población argentina, están motivados por el miedo. Tienen miedo a perder básicamente los privilegios que nosotros llamamos derechos. Es decir, nosotros le decimos a nuestra gente, no vayan a votar a aquella gente porque tienen que cuidar sus derechos. Los que impulsan la propuesta de mi ley son los dueños de las cosas y tienen miedo de perderlas porque nosotros le amenazamos la propiedad porque queremos distribuirla. Queremos justicia social. Él dice, es una estafa, están robándole a los que tienen, dice mi ley. Es decir, él tiene una respuesta no racional, porque eso no se puede decir racionalmente. Eso no resiste a ninguna análisis racional. Pero él dice, es una estafa porque es mío, es mío y yo con lo que es mío hago lo que me da la gana. Eso no es cierto porque hay compromisos de la red social que te obligan a morigerar tus apetencias. Estamos en manos de dinerópatas. Es una categoría psiquiátrica. Es decir, tienen... ¿Cómo es la definición? Dinerópatas. La patología del dinero. No tienen límite para acumularlo. Eso es inviable en términos de la vida. Y el peronismo lo que hizo siempre fue generar mecanismos de reparto. Ahora, perdóname que te haga un pequeño paréntesis. No, está bien. Mientras te escuchaba, estaba buscando porque, bueno, en el libro de conducción política habla mucho cuando yo te dije de los sistemas gregarios, de por qué pasan este tipo de cosas, que lo explica excelente, en un agua de manantial lo que está diciendo Roberto con respecto a cómo digamos el pensamiento o las decisiones quienes tuercen, en definitiva, una elección o la otra en masa a determinadas cuestiones, siempre buscan algo que los represente ante sus necesidades. En este caso, por ejemplo, en salvaguardarse del miedo, del temor, de perderlo todo o también, como muchos han hecho alguna reflexión con respecto al tema del enojo, sentir que han perdido todo. Pero yo digo esto, por ejemplo, para decir, nosotros estamos analizando lo de mi ley. Y a mí también creo que merece, y me quiero tomar esa libertad de pedirte la reflexión de analizar al peronismo, o por lo menos, digamos, a esta conducción del peronismo que de alguna forma llegó hasta la cornisa a todo un movimiento. Digo, más o menos, hacer un paréntesis. Tampoco es que creo que hagas un desarrollo completo de esto, pero sí digo, terminar una idea también con respecto a cuál es la consecuencia. Porque ante una determinada reacción es que hubo una acción previa. Eso sería más o menos. ¿Vamos al corte un minutito? Dejamos la palabra a esta pregunta. Dejame la pregunta esta hecha entonces nada más, para que después, bueno, Roberto, vamos a continuar en la mañana. Vamos a continuar porque tenemos... Dale, vamos al corte.

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