Details
En este Podcast recordaremos que es por su gracia y solo por su Gracia.
Big christmas sale
Premium Access 35% OFF
Details
En este Podcast recordaremos que es por su gracia y solo por su Gracia.
Comment
En este Podcast recordaremos que es por su gracia y solo por su Gracia.
This message from "Desayunando con Jesús" discusses the two perspectives that can arise from repentance. It emphasizes that while recognizing our mistakes is important, true repentance leads us to understand the salvation work of Christ. The speaker explores the struggle people have in understanding these concepts and explains that faith is fundamental in accepting God's grace. The message highlights that salvation is not achieved through works alone, but through faith in Christ. The speaker references biblical passages to support these ideas and emphasizes the importance of recognizing Christ as the only source of salvation. The message concludes by stating that our actions, once we have received God's grace, are significant because they reflect the work of the Holy Spirit in us. ¡Bendiciones familia! Muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús vamos a revisar las dos ópticas que se podrían presentar por medio de la aplicación de nuestro arrepentimiento hacia las cosas que hemos entendido que estuvieron mal, que ocasionaron desastres en nuestras vidas, en la vida de los que amamos y han traído consecuencias para que podamos aprender de estos errores. Pero esto es únicamente un principio fundamental que nos lleva a reconocer estos hechos que estuvieron mal. Pero Cristo Jesús nos lleva muchísimo más allá y es por esto que es importante mirar cómo es ese paso gigantesco que se da cuando el arrepentimiento en verdad nos conduce a mirar la obra de salvación de Cristo, su misericordia, su amor, su ternura al recogernos en nuestra condición y ni siquiera exigirnos pagar un precio sino dejarnos ahí y tomar nuestro lugar y pagar Él el precio de muerte que nosotros merecimos como pecadores que somos. Entonces, ¿por qué es tan complicado entender todas estas cosas? ¿Por qué es tan difícil llegar a darnos cuenta de que todo esto es únicamente posible por medio de Cristo Jesús? O sea, ¿por qué la gente no mira todo esto en verdad? Y hablo de los que en realidad tienen dudas y dudas sanas en este sentido. Y al decir sanas no digo que tengan la razón sino que son dudas valederas, es decir, ¿cómo me garantizan esto a mí? Bueno, en principio tendría que decir que es fundamental la fe. Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Entonces, si vamos a revisar esto tenemos que ponernos a ver los puntos de vista que son los que normalmente se tejen en una relación con Dios de acuerdo a nuestra forma de mirar. Entonces, por un lado se piensa que son por obras y por otros lados se piensa que es por fe. Pero Cristo Jesús y la Biblia nos enseñan que es por gracia, por gracia. La gracia es algo que nosotros no merecemos tener pero Dios quiere darnos. Así de sencillo, tú sabes que no mereces esto pero te lo voy a dar. Y esta es la gracia activa en Cristo Jesús porque pudiendo Dios terminar nuestra existencia, Él decide mandarnos en todo el proceso que hay en el texto bíblico, mostrarnos su poder, su autoridad, por medio de grandes prodigios y milagros, luego por medio de su ley, para que ese pueblo que no mereció ni siquiera ser escogido, que es un pueblo común y de acuerdo a lo que dice el texto bíblico, el peorcito de todos, no porque por ser los mejores los escogí, le dice Dios a Israel, sino porque es por mi gracia que yo los escojo, aunque ustedes no lo merezcan, para mostrar al mundo cómo es el modelo del plan perfecto de salvación que tengo para ustedes. Que en el tiempo X, años antes, una persona antes de Cristo Jesús no lo entendió, pues no era fundamental. Es decir, la fe, por la fe, por la fe es que nosotros somos salvos, porque por ella alcanzaron aprobación los antiguos, los que vivieron antes. Por la fe entendemos que los mundos fueron formados por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Miren estas, esta es esperanza en serio. Entonces, vamos a ver cómo es que Pablo explica a los romanos, hoy en este día vamos a verlo así, por el lado de los romanos, y de algún rato lo vamos a ver por el lado de los hebreos. Cómo es que Pablo explica estas dos directrices que se quieren tomar, o es por obras, o es por fe, o es por gracia. Cómo es esto? O sea, alguien explíqueme, porque yo quiero estar seguro del paso que voy a dar, podría decir alguien que todavía no conoce a Cristo. Bueno, entonces miremos, Romanos 10. Amados hermanos, el profundo deseo de mi corazón y mi oración a Dios es que los hiraelitas lleguen a ser salvos. Yo sé que ellos tienen un gran entusiasmo por Dios, pero es un fervor mal encausado, habla Pablo en el tiempo en que fue escrita esta carta. Pero, estos hechos se desarrollaron en el mismísimo tiempo de Cristo. Entonces, pues no entienden la forma en que Dios hace justas a las personas ante Él. Se niegan a aceptar el modo de Dios y, en cambio, se aferran a su propio modo de hacerse justos ante Él, tratando de cumplir la ley. Sin embargo, Pablo, Cristo ya cumplió el propósito por el cual se entregó la ley. ¿Cuál es el propósito por el cual se entregó la ley? Estos son palabras que parecerían que no tendrían el peso que tienen, pero ya cumplió el propósito por el cual se entregó la ley. Por eso Cristo vino y dijo, si no me equivoco, en Mateo 26, dice, yo no he venido a transgredir la ley, sino a cumplirla. Esto no significa que Él estaba avalando todo lo que estaban haciendo en ese tiempo los fariseos, los auduceos y todos los que tenían la religiosidad de muchos ritos y de muchas cosas que para su entendimiento eran necesarias cumplir para poder estar a cuentas con Dios. Y tampoco estaba validando lo que ahora muchos piensan, que debemos volver a buscar, a tener ritos y mandatos y cosas que se podrían llegar a hacer, pero que no son fundamentales para la salvación del pueblo. Esto es a lo que se refiere Pablo. Como resultado, dice de esto, de que Cristo cumplió el propósito de la ley, todos los que creen en Él, en Cristo Jesús, son hechos justos a los ojos de Dios. Ahora, veamos cómo sigue diciendo Pablo y sigamos en la lectura. Dice, pues Moisés escribe que la ley exige obediencia a todos sus mandatos. Esto dice la ley. ¿Dónde dice la ley? Levítico 18.5. Si alguien quiere revisarlo, miren que está ahí, está puesto. Para que una persona llegue a ser justa ante Dios. Dice esto la ley de Moisés. Pero el modo de la fe para hacernos justos ante Dios dice, no digas en tu corazón, ¿quién subirá al cielo? Hace esa pregunta y se introduce esta respuesta, para hacer bajar a Cristo a la tierra. Ni tampoco digas, ¿quién descenderá al lugar de los muertos para volver a Cristo de nuevo a la vida? En realidad dice, el mensaje está muy al alcance de la mano, está en tus labios y en tu corazón. Pablo les está citando partes del Antiguo Testamento, porque son partes donde en Deuteronomio 30.12.14 dice, no está en el cielo como para que digas, ¿quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá a Cristo? Para que lo escuchemos y lo cumplamos. Tampoco está al otro lado del mar como para que digas, ¿quién cruzará el mar por nosotros y nos lo traerá? Para que lo escuchemos y lo cumplamos. A decir verdad, la palabra está muy cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la cumplas. Palabras exactas que repite aquí Pablo para decirles, miren, el mensaje ya está y este es el mensaje, dice Pablo. Es el mismo mensaje que nosotros te dedicamos acerca de la fe. Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres hecho justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo. Como nos dicen las escrituras, todo el que confíe en él jamás será avergonzado. ¿Dónde dice las escrituras esta parte? En Isaías 28.16. ¿Qué dice en Isaías 28.16? Por tanto, Jehová el Señor dice así, he aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, una piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable, el que creyere no se apresure, es decir, no será avergonzado. Ahí están las palabras del texto bíblico, pero todavía insistimos en hacer como dijo Pablo en principio, dice, simplemente ellos lo que buscan es seguir haciendo sus cosas a su modo, se niegan a aceptar el modo de Dios y se aferran a su propio modo de hacerse justos ante él tratando de cumplir su ley. Esto es algo que Pablo lo pone y lo deja como firme, como fundamento para darnos una luz y hacernos entender que Cristo Jesús es el propósito por el cual la ley fue creada, para hacernos mirar. La ley nos declara toda la cantidad de pecados que nosotros no podemos, no podemos dejar de hacer, en serio, porque dice no matarás y nosotros matamos. ¿Cómo matamos? Matamos con la lengua más que con las manos. Dice no adulterarás, sí adulteramos, adulteramos más con el corazón como lo dijo Cristo Jesús. No robarás, sí robamos, robamos tiempo, robamos un montón de situaciones. Es decir, nuestra estatura para analizar nuestros errores no está ni siquiera a la millonésima expresión de lo que es el verdadero juicio que podría Dios emitir ante nosotros. Entender esto nos hace mirar el amor y la misericordia de Dios cuán grande y maravillosa son. Y esto sería un motivo de estar en alegría total, no dejar de sentirnos pero rebosantes de amor a Dios, porque limitados como somos nos permite entender este plan de salvación. Ahora, ¿qué pasa con los pensamientos del arrepentimiento? Si yo me arrepiento de todo lo que estoy haciendo, y lo hago por mi propia voluntad y por mí mismo, es decir, no busco la guía del Espíritu Santo, no busco entender ni tomar el sacrificio de Cristo Jesús en mi vida. Y como dice aquí en Romanos, si por fe, por fe eres salvo. Es decir, el todo aquel que en él cree, no muere, vive para siempre. Esto está en Juan, en el capítulo 3, el famosísimo versículo, que todos lo sabemos, tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no muera, mas tenga vida eterna. Entonces esto, esto debe provocar en nosotros una alegría inmensa, como niños deberíamos estar, como los niños cuando somos pequeñitos, el niño se levanta, no le preocupa si va a haber o no va a haber de comer, si va a haber o no va a haber de beber, lo único que va a expresar es su alegría de vivir y estar en el medio en que está, no le importa si es rico o pobre, o sea, si tiene o no tiene riqueza. Si bien es cierto, esto es muy limitado, pero la analogía está basada en que nosotros al reconocer que tenemos un Dios de poder, de autoridad, omnisciente, omnipresente, omnipotente, creo que aterrizar esas ideas, primero nos debe estremecer, porque a la verdad, esto es lo que a mí me hace pensar, que Él siendo tan fuerte y poderoso, decidió darme una oportunidad, decidió decirme, mira, no quiero que dejemos de estar juntos por la eternidad, conozco todas tus inmundicias, sé que no puedes pagar, pero aquí está, Cristo Jesús está ahí, y Él me devuelve la condición que yo tengo de hijo de Dios, de saber que por Él, por la gracia de Dios, he llegado a tener esta condición, y que no está en mí hacer más allá que mirar a Cristo, no como todo lo que tengo, sino como lo único que tengo. Este es un pensamiento que quisiera que les quede grabado, y si hay algo que van a aprender de estos audios, es lo único que me gustaría que les quede grabado. Cristo no es todo lo que tenemos, Cristo es lo único que tenemos, lo único, todo lo que tenemos podría ser reemplazado fácilmente porque ya tengo algo más, entonces este todo ya no es todo, es todo y más uno, lo único es que no hay nada ni nadie que se le compare, el único Hijo de Dios, unigénito. Esto es, en verdad, pensar que Cristo es el dueño de mi vida, es el dueño de todo lo que tengo, literal, hasta del aire que respiro. Entonces, volviendo al tema, ¿por gracia? Sí, por fe, por supuesto, por obras, cuando tienes la fe, cuando has recibido la gracia de Dios, tus obras son importantes delante de Dios, por supuesto, porque no son tuyas, son obras que fueron ya hechas antes para que el Espíritu Santo de Dios se gloríe en ti. Nació alguien ciego, cuando caminaba por ahí Cristo, y le preguntaron, ¿quién pecó éste o sus padres? Y él dijo, eso no es el tema, éste nació ciego para la gloria de Dios, ahora mira y le devuelve la vista. Así somos todos, así debemos actuar, totalmente incapaces. Dios nos sana, nos cura, nos levanta, nos expía, nos purifica, nos devuelve la condición de hijos. Entonces, ahora el cojo salta, el ciego ve, el mudo habla, ¿por qué? ¿porque lo aprendieron? No, por obra y gracia de Dios, y el Espíritu Santo de Dios actúa en ellos por siempre y para siempre. Bendito sea Dios.