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Mary Wollstonecraft, a voice from the 18th century, reflects on the progress made in gender equality. She acknowledges the advancements in education and labor rights for women, but also highlights persistent challenges such as the gender pay gap and underrepresentation in leadership roles. Mary urges women of today to read her works and continue the fight for equality. She hopes her legacy will inspire action towards a future where justice and equality are the foundations of society. Querida actualidad, permíteme enterrazar nuestras realidades desde el siglo XVIII, donde mi pluma, como una mensajera del pasado, busca dialogar contigo. Soy Mary Wollstonecraft, una voz que resonó en una era de revolución y despertar intelectual. Y a través de estas palabras, pretendo construir un cuente que conecte nuestros tiempos, compartiendo expresiones que reasciendan en el espacio temporal. Contemplando el devenir de los años, desde mi perspectiva histórica, veo con admiración los progresos en la lucha por la igualdad de género que tu época ha experimentado. Las mujeres de hoy han conquistado territorios que en mi era eran apenas destellos generalizantes. La participación activa en la escuela pública, el acceso finalizado a la educación y la reducción de errores laborales son triunfos palpables, y a su motivo de celebración, también plantean interrogantes sobre los desafíos persistentes. No obstante, mi corazón se tremece ante las sombras continuas de la desigualdad. La brecha salarial, la interrepresentación en ruedas de liderazgo y la discriminación arriesgada son recordatorios agudos de que, a pesar de los logros, la lucha por la desigualdad no es una batalla que se puede dar por concluida. En este curso temporal, insto a las mujeres de tu era a sumergirse en las páginas de vindicación de los derechos de las mujeres. Que mis palabras forjadas en una época diferente, pero con aspiraciones universales relevantes, resonen en sus corazones con la misma urgencia que inspiraron a las mujeres de mi tiempo. Aspiro a que mi legado se convierta en un faro, guiando no solo la reflexión, sino también la acción. Estas palabras no sean solo un eco del pasado, sino un llamado a la acción en el presente y un faro que ilumine un futuro donde la equidad sea más que un ideal, donde la justicia y la igualdad sean los cimientos de una sociedad verdaderamente progresista. Con la esperanza de que estas líneas, como un susurro a través del tiempo, inspiren y guíen hacia un mundo donde la igualdad no sea solo un anhelo, sino una realidad viva y palpable. Con respeto y solidaridad, Mary Wilson Trump.