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T27.6 EL EJEMPLO DE LA CURACIÓN No tengas miedo de bendecir, pues Aquel que te bendice ama al mundo entero y no deja nada en él que pueda ser motivo de miedo. Pero si no te atreves a dar tu bendición, el mundo te parecerá ciertamente temible, pues le habrás negado su paz y su consuelo, abandonándolo a su muerte. ¿Acaso un mundo al que se le ha despojado de forma tan amarga no sería visto como una condenación por aquel que, pudiéndolo haber salvado, se echó atrás por miedo a ser curado?