Details
Nothing to say, yet
Nothing to say, yet
Listen to Una Fe Inteligente - Hno. Deivy Nolazco by Centro de Gloria MP3 song. Una Fe Inteligente - Hno. Deivy Nolazco song from Centro de Gloria is available on Audio.com. The duration of song is 45:23. This high-quality MP3 track has 750.369 kbps bitrate and was uploaded on 17 Nov 2023. Stream and download Una Fe Inteligente - Hno. Deivy Nolazco by Centro de Gloria for free on Audio.com – your ultimate destination for MP3 music.
Comment
Loading comments...
The speaker begins by expressing gratitude for the opportunity to listen to God's word and grow in faith. They refer to a teaching on intelligent faith and read Bible verses to support the idea that faith comes from God. They discuss how this faith is not based on human logic or emotions but is rooted in the spirit. The speaker emphasizes the security and stability of this faith, which grows and develops as believers continue to know God. They mention a prophecy in Isaiah that speaks of a firm foundation in Christ and how believers will be taught by God. The passage concludes by highlighting the peace and justification that comes through this new covenant. Espero que todos estĂ©n muy bien, damos gracias a Dios por este tiempo, que podemos escuchar su palabra, que podemos nutrirnos todos, porque absolutamente todos los que estamos aquĂ nos nutrimos, no solamente ustedes sino primeramente yo. Me gustarĂa que pudiĂ©semos empezar en primera de Juan, capĂtulo 5, versĂculo 4. Primera de Juan, capĂtulo 5, versĂculo 4. Hemos estado estudiando, no sĂ© si recuerdan el tĂtulo de la enseñanza que comenzĂł el pastor Albert el viernes pasado, si alguien me ayuda, una fe inteligente. Vamos a seguir desarrollando este tema. Antes de empezar a leer me gustarĂa hacer una oraciĂłn. Señor Dios te damos gracias Padre por tu palabra, Señor, tu palabra es viva, tu palabra nos transforma, Señor, como tĂş dijiste a tus discĂpulos, mis palabras que les hablo son espĂritu y son vida, por eso te damos gracias por este espacio en que podemos escuchar tu voz, hablar a nuestro corazĂłn. Nos rendimos a ti EspĂritu Santo, nos disponemos delante de ti para seguir aprendiendo, para seguir creciendo en el entendimiento de esta verdad gloriosa, que es un ancla firme para nuestra alma, Señor. Gracias EspĂritu Santo, háblanos esta noche, en el nombre de JesĂşs, AmĂ©n. Primera de Juan 5, 4, si lo pueden proyectar por favor, dice asĂ, porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe, AmĂ©n. Cuando el pastor leĂa este versĂculo la semana pasada, era como que Dios hablaba en mi corazĂłn por lo que Ă©l enseñaba y decĂa, la fe que nosotros tenemos no es algo que se genera de forma humana, AmĂ©n, es algo que viene de Ă©l, es una fe que nace de Dios, como dice este versĂculo, todo lo que es nacido de Dios vence al mundo y si nuestra fe es la que vence al mundo, entonces nuestra fe nace de Dios, ni siquiera nuestra fe es algo de nosotros, todo Ă©l nos lo ha concedido por su gracia y esto tambiĂ©n lo podemos respaldar en Filipenses 1.29, me gustarĂa que leyĂ©semos tambiĂ©n acá para respaldar esta idea, sabemos que Dios nos ha salvado por gracia, por medio de la fe y como dice Efecio, no es de nosotros, es don de Ă©l, aquĂ en Filipenses 1.29 dice, porque a vosotros, este es el apĂłstol Pablo hablándole a la iglesia de los Filipenses y Ă©l dice, porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en Ă©l, sino tambiĂ©n que padecáis por Ă©l, ahĂ les está confirmando, a vosotros os es concedido que creáis en Ă©l, entonces ahĂ respaldamos, creer en Ă©l es algo que Ă©l mismo nos concede y tambiĂ©n me gustarĂa para desarrollar más la idea de hoy, leer en Juan capĂtulo 6, versĂculos 44, Juan capĂtulo 6, versĂculo 44, hoy amada está sĂşper rápida, dice Juan 6.44, ninguno puede venir a mĂ, esto es Jesucristo hablando, ninguno puede venir a mĂ si el Padre que me enviĂł no le trajere y yo le resucitarĂ© en el dĂa postrero, aquĂ JesĂşs nos está diciendo, la Ăşnica forma de que alguien venga a mĂ, de que alguien crea en mĂ, es que el Padre mismo lo traiga a mĂ, entonces Dios es quien nos concede esa fe, seguimos leyendo, el 45, escrito está en los profetas y serán todos enseñados por Dios, asĂ que todo aquel que oyĂł al Padre y aprendiĂł de Ă©l viene a mĂ, mis hermanos, esta fe que proviene de Dios es un don de Ă©l que no está sustentado en nuestra humanidad, y eso para mĂ es una palabra de esperanza, porque nosotros humanamente muchas veces fluctuamos, nosotros sabemos que somos un espĂritu que tiene un alma y que vive en un cuerpo, pues si esta fe estuviese desarrollada o generada en nuestra alma, o sea por nuestra alma, imagĂnense lo inestable que serĂa la fe, porque un dĂa nos sentimos bien, otro dĂa no estamos tan bien anĂmicamente, o estamos llenos de ideas, entonces un dĂa pensamos de una forma más alineada, correcta, otro dĂa tenemos una mezcla de pensamientos, entonces esto nos da seguridad, saber que nuestra fe no está generada, o sea el gĂ©nesis de nuestra fe no es en nuestra alma, aunque si es verdad que nosotros comprendemos el mensaje del Evangelio por medio de nuestra mente, pero la fe trasciende por encima de nuestra alma, más allá de nuestras emociones, más allá de nuestra lĂłgica, es por eso que si yo te preguntara esta noche, por quĂ© tĂş crees en Dios, o cĂłmo tĂş me puedes demostrar cientĂficamente o racionalmente que Dios existe, de repente tĂş me dices, bueno, no tengo argumentos, puede haber alguna evidencia arqueolĂłgica, quĂ© sĂ© yo, etc., pero más allá de todo eso, que si no se encontrĂł la tumba de no sĂ© quiĂ©n, que descubrieron que existiĂł tal cosa que está en la Biblia, más allá de eso, nuestra fe no está sustentada por una lĂłgica o razonamiento mental, sino que va más allá, es más profundo, es algo que está en nuestro espĂritu, que nosotros sabemos que es real, porque como dice su palabra, el espĂritu mismo da testimonio a nuestro espĂritu, que somos hijos de Dios, y esto coincide con lo que estamos leyendo, JesĂşs dijo, nadie puede venir a mĂ si no fuere traĂdo por el Padre, y serán todos enseñados por Dios, o sea, en el momento en que tĂş y yo creĂmos en el Señor Jesucristo, fue porque el Padre mismo nos atrajo a Él y nos revelĂł a su Hijo, Él nos concediĂł creer en su Hijo, nos enseñó en alguna parte de nuestro ser interior, y nos sellĂł con su EspĂritu Santo, por eso tenemos esa verdad segura, que trasciende más allá de cĂłmo tĂş te sientas hoy o mañana, que trasciende más allá de tu lĂłgica, de tu razĂłn, por eso nos da seguridad, porque sabemos, no sĂ© si tĂş has pensado alguna vez, o te ha venido la idea de, tengo temor de que algĂşn dĂa yo escuche tantas ideas que al final termine creyendo otra cosa, no sĂ© si te ha pasado alguna vez ese pensamiento, pero eso, no, eso puede pasar en tu mente, en tu alma, cualquier cosa, altibajos, pero tu fe está en el EspĂritu, amĂ©n, el EspĂritu Santo está allĂ dando este testimonio, por eso podemos tener esa seguridad, y por eso no entramos en miedo de, no, y si algĂşn dĂa me pega la luna, entienden, no es asĂ, por eso es que cuando nosotros vemos, conocemos a mucha gente, que está en alguna religiĂłn, que es el budismo, lo que sea, un dĂa creen una cosa, bueno, yo conocĂ a una persona, un ser cercano a la familia, que Ă©l, dependiendo de la novia que tuviese en ese momento, tenĂa una creencia, entonces, si Ă©l tenĂa una novia que era budista, Ă©l entonces se metĂa al budismo, y compraba cosas relacionadas con eso, de la cultura, luego tenĂa otra novia que era, no sĂ©, testigo de Jehová, entonces iba y hacĂa las mismas costumbres, pues eso era una fe humana racional, no tenĂa ningĂşn sustento en el EspĂritu, no, no es como la nuestra, sĂ, en cambio, la nuestra, exacto, nosotros no somos asĂ, no es que un dĂa tenemos la certeza de que Cristo es real y al otro, ya no sabemos dĂłnde estamos, quĂ© hago aquĂ, si el EspĂritu Santo nos ha revelado al Hijo de Dios, estamos sellados con esa verdad, con esa realidad, amĂ©n, y eso va, exacto, eso va más allá de nuestra mentalidad humana. Vale, todo esto es una introducciĂłn, porque estamos hablando de la fe inteligente, entonces, esta fe de la que estamos hablando, que nos ha concedido el Padre, que viene del EspĂritu, esa es una fe inteligente, como nos enseñaba el pastor, que quiere decir, bueno, la idea principal que yo entendĂ, y espero expresarlo de manera correcta, es que esa fe no es una fe inactiva, sino que es una fe que naturalmente va desarrollando en nosotros la vida que nos ha sido impartida, o sea, nosotros estamos en esa vida, el EspĂritu Santo está en nosotros, Dios nos introdujo en Cristo, nos ha impartido su vida, y ahora esa vida en nosotros es una nueva naturaleza que se va desarrollando, amĂ©n, en nosotros, o sea, no se queda allĂ, sino que crece, se desarrolla, como todo lo que tiene vida crece y se desarrolla, sĂ, todo, absolutamente todo lo que está vivo crece y se desarrolla, si por ejemplo, dejamos un trozo de comida a la intemperie, y vemos como se empieza a descomponer, porque se descompone, que pasa allĂ, porque están desarrollándose una vida, microorganismos, bacterias, que la están descomponiendo, que se están alimentando de eso, entonces, todo lo que tu dejes, o sea, la vida empieza a crecer, no se queda allĂ, crece, y esa vida que Dios nos ha dado, crece tambiĂ©n, y esa es la fe inteligente, Dios nos ha dado una naturaleza en su Hijo, uno de los aspectos que me gustarĂa tocar hoy, es acerca de cĂłmo esa vida va creciendo en nosotros, y es que esta fe inteligente nos lleva a conocer cada vez más a Dios, a crecer en el conocimiento de Dios, es algo natural en nosotros, los hijos de Dios, que queramos conocerle más, fĂjense los versĂculos que estábamos leyendo ahora, JesĂşs dice, porfa, me pones el Ăşltimo, Juan 6, 45, exacto, y serán todos enseñados por Dios, asĂ que todo aquel que oyĂł al Padre y aprendiĂł de Él, viene a mĂ, cuando JesĂşs menciona esto, y serán todos enseñados por Dios, Él está haciendo referencia a una profecĂa de IsaĂas, que está en IsaĂas 54, vamos a leer IsaĂas 54, desde el versĂculo 10, IsaĂas 54, 10, ahĂ está, y fĂjense, IsaĂas está profetizando por medio del EspĂritu de Dios, y Él está hablando cientos de años antes de Cristo, pero ya está hablando del pacto que Dios traerĂa por medio de Él, dice, porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti, siguiente, pobrecita fatigada con tempestad, sin consuelo, es aquĂ que yo cimentarĂ© tus piedras sobre carbuncle, y sobre zafiros te fundarĂ©, está hablando de un cimiento firme y estable, sabemos que el fundamento firme y estable es Jesucristo, tus ventanas pondrĂ© de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbuncle, y toda tu muralla de piedras preciosas, y todos tus hijos serán enseñados por Jehová, es lo que decĂa JesĂşs, y se multiplicará la paz de tus hijos, y leemos el catorce, con justicia serás adornada, está hablando de la justificaciĂłn que recibirĂamos por medio de Cristo, amĂ©n. Entonces todo este pasaje hace referencia a ese nuevo pacto, y fĂjense que dice, serán todos enseñados por Dios, pues estudiando esto, el Señor me llevaba a entender que la esencia del nuevo pacto, o sea, la diferencia, una diferencia abismal que habĂa entre este nuevo pacto y el primero, el antiguo, es que en este nuevo pacto nosotros podemos, tenemos el privilegio de poder conocerle a Él, conocerle mediante una experiencia personal, o sea, una revelaciĂłn directa de Él en nuestro corazĂłn, asĂ es como Él nos enseña. El antiguo pacto no se basaba en este conocimiento de esta forma, lo iremos desarrollando esta idea. FĂjense, el antiguo pacto, la base era lo que dice Galatas 3.10, vamos a leerlo, yo sĂ© que estamos leyendo mucho, pero espero que se entienda la idea, Galatas 3.10 al 12, fĂjense, esto era como que la esencia del primer pacto, vamos a leerlo, dice, Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldiciĂłn, pues escrito está, maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley para hacerlas, y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, el justo por la fe vivirá, y aquĂ está el punto clave, y la ley no es de fe. Vamos a leer esa primera frase todos juntos, y la ley no es de fe, sino que dice, el que hiciere estas cosas vivirá por ellas. El antiguo pacto no requerĂa fe realmente, Âżpor quĂ©? Porque habĂa una ley establecida que decĂa, si ustedes guardan todas mis ordenanzas, tendrán bendiciĂłn, si no, pues maldiciĂłn. No hacĂa falta fe para cumplir todo lo que te dijeran, tĂş simplemente decĂas, yo no me quiero morir, entonces yo ya sĂ© que el dĂa de reposo no hago nada, no trabajo, no hago nada, y puede ser que tĂş ni siquiera tenĂas una fe genuina en Dios, pero como no querĂas morirte, pues cumplĂas, y podrĂa ser que alguien te preguntara, ay, y ese Dios que te ha dicho que no trabajes en el dĂa de reposo, ÂżcĂłmo es ese Dios? TĂş lo conoces, bueno, el que lo conoce es MoisĂ©s, Ă©l es el que ha subido allá, el que ha hablado con Ă©l, pero nosotros mantenemos distancia porque es que, Âżsabes?, nos da un poco de miedo, vemos los truenos, entonces nosotros nos limitamos a hacer lo que Dios nos dice, ÂżsĂ? La ley no es de fe, solamente si la cumples vivirás, si no, maldiciĂłn. Exactamente. FĂjense la diferencia abismal con este nuevo pacto que hoy en dĂa tenemos nosotros. Ahora, nosotros conocemos a Dios mediante una revelaciĂłn viva de su EspĂritu Santo, que por medio de la fe, por su gracia, Dios nos imparte su vida. Exacto, la ley no requerĂa fe, y hermanos, si nosotros leemos lo que es el nuevo pacto, nos daremos cuenta que todo está basado en la fe, vamos a leerlo, Hebreos capĂtulo 8, versĂculo 6. Hebreos capĂtulo 8, desde el versĂculo 6. Entonces, miremos esto. Dice, pero ahora, tanto mejor ministerio es el suyo, el de Cristo, cuanto es mediador de un mejor pacto establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero, el que no requerĂa fe, hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. O sea, si Dios hubiese dicho, bueno, a mĂ no me importa tanto la fe, yo lo que quiero es que ustedes hagan y ya está. Si Dios no hubiese establecido un mejor pacto, un nuevo pacto, nos hubiĂ©semos quedado con el primero. Pero al introducir un nuevo pacto, nos enseña que el primero no era perfecto. Porque reprendiĂ©ndolos dice, He aquĂ vienen dĂas, dice el Señor, en que establecerĂ© con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto. No como el pacto que hice con sus padres el dĂa que los tomĂ© de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto. ÂżPor quĂ© ellos no permanecieron en mi pacto y yo me desentendĂ de ellos? ÂżPor quĂ©? Porque no habĂa fe de por medio. Era simplemente, si haces, y como ellos no eran perfectos para hacerlo todo bien, pues al final terminaron violando. Porque por cuando todos han pecado, todos están destituidos en la gloria de Dios. Entonces Dios no le quedĂł de otra que desentenderse de ellos. Esa era la ineficacia del primer pacto. Entonces, siguiente, por lo cual, debido a eso, este es el pacto que harĂ© con la casa de Israel despuĂ©s de aquellos dĂas, dice el Señor, pondrĂ© mis leyes en la mente de ellos y sobre su corazĂłn las escribirĂ©, y serĂ© a ellos por Dios, y ellos me serán a mĂ por pueblo. AmĂ©n. Vamos a ir poco a poco. Empezamos por aquĂ. Entonces, en el primer pacto, Âżla ley dĂłnde estaba escrita? En tablas de piedra. O sea, Dios se las dio a MoisĂ©s y Ă©l le dijo, esto es lo que Dios quiere de ustedes. Y la gente pues veĂa y interpretaba a su manera, pero no estaba en sus corazones. Pero aĂşn más allá de los diez mandamientos que estaban en esas tablas de piedra, no conocĂan el corazĂłn de Dios. Porque, mis hermanos, conocer la ley de Dios no es conocer todos los estatutos que estaban escritos. Porque JesĂşs le decĂa a los discĂpulos, vosotros no sabĂ©is de quĂ© espĂritu sois. Misericordia quiero, no sacrificio. O sea, hay muchas cosas que estaban escritas, pero no es sĂłlo lo que está escrito, la letra escrita. Es la esencia, la intenciĂłn, el espĂritu con que fue escrita. AmĂ©n. Porque JesĂşs lo dijo, la letra mata, pero el espĂritu vivifica. Entonces, conocer el corazĂłn de Dios va más allá de entender la ley escrita. Es entender la intenciĂłn, el espĂritu de Dios, la mente del Señor. ÂżY cĂłmo podemos nosotros entender la mente del Señor? Por el EspĂritu Santo. AmĂ©n. Porque lo dice la palabra. ÂżQuiĂ©n conociĂł la mente del Señor? Sino el espĂritu que está en Ă©l. Y, mis hermanos, cuando aquĂ está diciendo, pondrĂ© mis leyes en la mente de ellos y sobre su corazĂłn le escribirĂ© lo que está diciendo. Yo les voy a impartir mi espĂritu para que ellos puedan conocerme, para que ellos puedan entender lo que hay en mi mente, lo que hay en mi corazĂłn. ÂżSĂ? AmĂ©n. Entonces, ven, es más allá que decir, bueno, Dios quiere que sepamos los diez mandamientos. No, o sea, es lo que está diciendo. ÂżSĂ, pastora? AmĂ©n, amĂ©n. Guau. SĂ. Guau. SĂ. SĂ. AmĂ©n, amĂ©n. Guau. AmĂ©n. SĂ. Guau. AmĂ©n. AsĂ es. AmĂ©n. Guau. AsĂ es. SĂ. AsĂ es. AmĂ©n, amĂ©n. AsĂ es totalmente. Es que, fĂjense, cuando JesĂşs vino y enseñaba, Él les decĂa, ustedes oyeron, ojo por ojo, diente por diente. ÂżSĂ? ÂżQuiĂ©n habĂa dicho ojo por ojo, diente por diente? Dios. Dios, exacto. Y JesĂşs luego dice, más Dios digo, que si alguien te da una mejilla, pon la otra. Entonces tĂş dices, pero, pero ya va. Si Dios habĂa dicho eso, JesĂşs, Âżpor quĂ© tĂş cambias? No es que Él estaba cambiando, es que JesĂşs conocĂa el corazĂłn de Dios. AmĂ©n. Y eso es lo que ahora Dios nos ha impartido por medio de su EspĂritu Santo, el poder conocerle. AmĂ©n. Poder conocer su corazĂłn. Por eso es que JesĂşs decĂa, ustedes, Âżverdad?, saben, está escrito, no adulterarás, más Dios digo, que si ustedes den, ÂżsĂ? Entonces, es más allá, claro, es más allá de lo que está escrito. Él decĂa, ustedes han oĂdo, no matarás, Âżverdad? Está escrito, no matarás, más Dios digo, que todo aquel que aborrece a su hermano, exacto. Entonces el corazĂłn de Dios va, es mucho más profundo, ÂżsĂ? Y eso es lo que Dios por medio de este nuevo pacto nos ha impartido, lo cual no estaba en el antiguo pacto, que no requerĂa fe, Âżvale? Entonces ahĂ vamos entendiendo la diferencia, ÂżsĂ? Vamos a seguir leyendo el siguiente versĂculo, por favor. Y ninguno enseñará a su prĂłjimo, lo que estamos hablando, ninguno enseñará a su prĂłjimo, ni ninguno a su hermano diciendo, conoce al Señor, porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. AmĂ©n. Porque serĂ© propicio a sus injusticias y nunca más me acordarĂ© de sus pecados y de sus iniquidades. ÂżPor quĂ© dice todos me conocerán? Porque el conocimiento de Dios ya no es algo externo, ya no es algo exterior, ÂżsĂ? Que tengamos que ir a buscarlo, que el pastor de aquella congregaciĂłn lo tiene, sino que el EspĂritu mismo que nos habita, Él, nos enseña todas las cosas, ÂżsĂ? Por eso dice todos me conocerán. Ahora, esto no quiere decir que no podamos aprender de otros, porque el Señor usa a personas para que podamos crecer en la Palabra, para que podamos ser edificados, ese es otro tema. Pero ahora, lo que nos está diciendo es que nosotros contamos con este privilegio de que somos partĂcipes del EspĂritu Santo, que nos revela al Padre y al Hijo, ÂżamĂ©n? Y podemos conocer su corazĂłn. Mis hermanos, la palabra conocer, vamos a leer Juan 17, versĂculo 3. Juan 17, versĂculo 3. Seguimos con conocer a Dios. Juan 17, versĂculo 3. JesĂşs está orando por sus discĂpulos, y mientras ora dice, y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, al Ăşnico Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado, ÂżamĂ©n? La palabra conocer que utiliza en este versĂculo viene del griego gynosco, que más de una vez el pastor nos ha hablado de esto. Gynosco significa propiamente conocer, especialmente a travĂ©s de una experiencia personal, conocimiento de primera mano. AsĂ es como nosotros conocemos a Dios, ÂżamĂ©n? Es una experiencia de primera mano. Ya no es por medio de un tercero que nos diga, mira, Dios es asĂ, tienes que hacer esto que le agrada, esto. El mismo EspĂritu Santo de primera mano nos da esa experiencia personal con Él. Mis hermanos, y eso es maravilloso porque JesĂşs lo está diciendo, esa es la vida eterna, conocer a Dios. Y nosotros tenemos ese privilegio de que podemos, o sea, la vida eterna no es algo que algĂşn dĂa, Âżentienden? Nosotros ahora mismo tenemos, exacto, tenemos esa vida impartida en nosotros. Conocemos a Dios y crecemos en el conocimiento de Él, eso es experimentar su vida eterna aquĂ en la tierra. O sea, no tenemos que esperar hasta morir, ÂżsĂ? Tenemos la vida, Cristo es la vida y podemos conocerle. Y mis hermanos, yo les digo una cosa, que bueno, todavĂa estoy aprendiĂ©ndolo, Âżno? Porque el Señor nos va enseñando, pero a medida que nosotros transcurrimos por esta carrera que es la vida, nos vamos dando cuenta, por la gracia de Dios, de que no hay ninguna cosa en este mundo que se pueda comparar con el conocerle a Él, ÂżamĂ©n? O sea, nada, todo lo que nosotros vemos, todo lo que ven nuestros ojos, nuestros sentidos, todo es temporal, todo es pasajero. Pero el conocer a Dios es la vida eterna, es la eternidad. Por eso, Dios nos impulsa, esta fe inteligente nos impulsa a crecer en el conocimiento de Él cada dĂa. Nos lleva naturalmente, porque ahĂ está la vida. Entonces, es como tu cuerpo te pide lo que es necesario para la vida, Âżno? Si no has bebido agua por mucho tiempo, ÂżquĂ© sientes? Set. Si no has comido por muchas horas, ÂżquĂ© sientes? Hambre. Y si no has descansado, ÂżquĂ© sientes? Sueño. El cuerpo te va a llevar a buscar lo que es necesario para la vida. Si necesitas lĂquido, hidratarte, lo vas a sentir como los labios se te van a resecar, el rostro se te reseca y dices, oye, me hace falta agua, me hace falta lĂquido. Si no has descansado, pues te salen ojeras, te sientes que no puedes más con tu vida y dices, necesito recostarme, necesito descansar. Si tienes los ojos resecos, sientes que tienes que echarte agua, Âżme entiendes? El cuerpo siempre te va a pedir lo que es necesario para el desarrollo, el crecimiento de la vida. Pues lo mismo pasa en nuestro espĂritu. Esta fe, esta fe inteligente que está en nosotros, nos lleva, nos pide por naturaleza, aquello que hace crecer la vida en nosotros. ÂżY quĂ© es eso? Pues crecer en el conocimiento de Dios. Por eso es que cada dĂa los verdaderos hijos de Dios, que tenemos el EspĂritu Santo en nosotros, tenemos que sentir esa necesidad. Necesito crecer en conocerte a Dios, en entenderte, en entender tu corazĂłn, porque la vida está en nosotros, pero nosotros ahora tenemos que permitir que esa vida absorba todo, nuestra mente, nuestra alma. Porque a veces nuestra mente, aunque la vida está en nosotros, en nuestro espĂritu, nuestra mente ha aprendido muchas cosas, tiene muchos hábitos, muchos estorbos y necesitamos que esa vida que nos ha sido impartida de adentro hacia afuera vaya absorbiendo todo, tomando lugar, tomando terreno en nuestra mente, poco a poco. Y te darás cuenta que en la tierra eso es lo que nosotros vamos a hacer. Cada dĂa ir creciendo para que cada vez esa vida nos absorba y nos consuma más a nosotros y tome más terreno para que se exprese más. Eso va a ser la consecuencia. El fruto visible va a ser que a medida que esa vida vaya creciendo y te vaya consumiendo a ti, esa vida cada vez más va a ser visible a los que están a tu alrededor. Realmente nosotros no tenemos que pensar tengo que expresar la vida, tengo que expresar la vida, tengo que expresar la vida, porque lo que es natural, Âżverdad?, se producirá cuando tĂş alimentes esa vida en ti. O sea, la vida no necesita tu esfuerzo humano para mostrarse, espero que se me entienda la idea. Lo que necesita la vida es crecer y ya está. Es como, imagĂnense una mujer que está encinta, que está embarazada y ella tiene su bebĂ© dentro y ella sabe que está embarazada porque se hizo las pruebas pero todavĂa no se le nota nada. Pero ella dice yo quiero que los demás vean que estoy embarazada ya, o sea ya. No se me nota nada pero yo necesito, o sea, ÂżquĂ© hago?, ÂżquĂ© hago? Necesito mostrarlo ya. O sea, tráeme la máquina del ecosonograma, hagamos un live en directo que todos vean lo que hay dentro. Dice tranquila, simplemente deja que la vida crezca, alimenta la vida. Ella va a crecer y se notará, se notará y llegará a un punto en que incluso se manifestará afuera, ÂżsĂ?, será visible. Entonces eso, nuestro pensamiento no debe ser tengo que hacer esto. TĂş disfruta del Señor, o sea, crece en conocer al Señor, en conocerle a Él y la vida misma crecerá y se expresará a los que están afuera. Ese debe ser nuestro disfrute, conocerle a Él. Eso debe ser nuestro enfoque, nuestra prioridad diaria. Y crĂ©anme, hermanos, que no hay nada mejor. O sea, yo busquĂ© una cita que me gustarĂa que hablásemos tambiĂ©n hoy, para mostrarse un momento. Mateo capĂtulo 13, versĂculo 45. Mateo capĂtulo 13, versĂculo 45. Mateo 13, versĂculo 45. Y dice asĂ, JesĂşs está enseñando una parábola y dice, tambiĂ©n el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas. Que habiendo hallado una perla preciosa, fĂjense esto, fue, Âży quĂ© hizo? VendiĂł todo lo que tenĂa y la comprĂł. AmĂ©n. Esa perla es eso, es esa vida que nos ha sido dado. El mercader vendiĂł todo lo que tenĂa. Todo lo que Ă©l tenĂa representa lo temporal. Y Ă©l lo cambiĂł todo por esa vida, o sea, por esa perla preciosa. Lo que nos está enseñando es, mis hermanos, que nuestra prioridad sea esa vida. O sea, que cada dĂa nosotros nos despertemos y que nuestro deseo sea, Señor, mi propĂłsito hoy es crecer en el conocimiento de Ti, que Tu vida crezca en mĂ. Anhelo conocerte, tengo esa necesidad en mĂ. Quiero que esta vida Tuya crezca en mĂ, que se exprese a los demás. Quiero conocer Tu corazĂłn, quiero disfrutarte, conocer Tu paternidad, quiero poder disfrutar lo que es saber que soy abrazado por Ti, amado por Ti. Mis hermanos, si nosotros no tenemos ese conocimiento, no disfrutamos de la vida de Él, porque se nos pasa la vida y sĂ, podemos ser portadores de Su vida, de Su gloria, somos salvos, todo lo demás, pero imagĂnense pasar por esta tierra, tener toda esa riqueza, y en ningĂşn momento habernos sentado siquiera a pensar y a entender, wow, Dios es mi Padre, Él me ama, es mi Padre, me abraza. Crecer en ese entendimiento de Su paternidad. Eso es tan importante, mis hermanos, porque nosotros somos seres que hemos sido creados para depender de Él, o sea, nuestra dependencia está en Él. Y hay una necesidad natural en nosotros de poder estar apegados a nuestro Padre, depender de Él, o sea, arrojarnos en Sus brazos y saber que somos amados. Es una necesidad vital. Y es importante que nosotros podamos, en esta vida que tenemos, en esta vida terrenal, pues, cada dĂa crecer en eso, porque esa es la perla preciosa que nosotros tenemos. Si en algĂşn momento nosotros sentimos, wow, que los afanes de la vida me absorben, pueden más que yo, la ansiedad me está destruyendo, el estrĂ©s, de repente deberĂamos preguntarnos, Âżcuánto yo estoy invirtiendo en conocer esa paternidad de Dios, a mi Padre? SĂ, porque mientras más yo lo conozca, más yo sĂ© que Él cuida de mĂ, más yo sĂ© que Él me abraza, más yo sĂ© que Él me ama. Y eso, pues, el perfecto amor echa fuera el temor. Cuando sabemos que tenemos un Padre celestial que nos arropa, que cuida de nosotros, aun en los peores momentos, mis hermanos, todos hemos pasado por momentos difĂciles, no solamente circunstancias difĂciles, todos hemos pasado por momentos en que nos sentimos, wow, hoy, o sea, no llego a la altura, no di la talla, o sea, Señor, hoy te fallĂ© horrible. En esos momentos, en esos momentos, mi hermano, has tĂş tenido la disposiciĂłn de decir, Padre, sĂ, fallĂ©, pero aquĂ estoy, me rindo a tu abrazo. Quiero poder experimentar tu abrazo incluso en mi peor momento. ÂżPor quĂ©? Porque Dios, imagĂnate, conocer la paternidad de Dios, incluso los dĂas que no eres tan bueno como quisieras ser. Pero Dios es ese Padre que nos abraza, que nos ama, que quiere que experimentemos su amor. Por ejemplo, se me viene a la mente la mujer adĂşltera, que fue sorprendida en adulterio. No dice una mujer que supuestamente estaba en adulterio o que fue acusada, no, fue sorprendida en el acto mismo. Y cuando ella fue arrojada a los pies de la cruz, bueno, por la gracia de Dios, fue arrojada a los pies de JesĂşs y no a los pies de otra persona. Porque ahĂ, estando a los pies de JesĂşs, ella pudo encontrar el amor, el amor incondicional que le dijo, yo no te condeno. Y la corrigiĂł, le dijo, ven y no peques más, porque el amor te corrige. Un Padre corrige, pero tambiĂ©n un Padre, o sea, le demostrĂł, en mĂ no hay condenaciĂłn. Entonces, que podamos ser abrazados por ese Padre, crecer en ese conocimiento de Dios. La fe inteligente nos lleva a crecer en el conocimiento de nuestro Padre, de esa paternidad que tenemos en Él. Y esa es la esencia del nuevo pacto, la diferencia con el primer pacto, ÂżsĂ? AhĂ vemos cuan grande diferencia, Âżno? HabĂa. Es un pacto que está basado en eso, en mejores promesas. Para ir concluyendo, me gustarĂa que pudiĂ©semos leer un par de versĂculos. Primera de Corintios, capĂtulo 3, versĂculo 11. Primera de Corintios, capĂtulo 3, versĂculo 11. Nuestra fe tiene un fundamento sĂłlido y firme, ÂżamĂ©n? Y ese fundamento es Cristo, lo dice este versĂculo, porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Fundamento es como la base, lo que sostiene todo. O sea, nuestra vida está cimentada sobre ese fundamento, edificada sobre ese fundamento, que es Jesucristo mismo. ImagĂnense la estabilidad que tenemos en Él. No es algo que fluctĂşa, no es algo que, como la voz de un hombre que está en la bolsa, Âżno? Que hoy está aquĂ y mañana está allá, como la bitcoin, que un dĂa está aquĂ y tiene, wow, crecĂ al mil por ciento y al dĂa siguiente lo pierdes todo. Es un fundamento firme, un fundamento sĂłlido. Y cuando yo leĂa esto se me venĂa a la mente el hombre que edificĂł su casa sobre la roca. Dice que venĂan rĂos, soplaron vientos y su casa no cayĂł porque estaba cimentada sobre la roca, sobre el terreno sĂłlido, cual es Cristo. Y por Ăşltimo, me gustarĂa leer Hebreos 6, Hebreos 6, ya les voy a decir el versĂculo, Hebreos 6, 17. Hebreos 6, 17. FĂjense, Dios nos dio la vida, Dios nos dio la vida, y Dios nos ha dado esta fe, nos la ha concedido, y nos ha dado promesas que son sĂłlidas. Nuestra esperanza es sĂłlida, nuestra esperanza no es fluctuante. O sea, todo lo que hemos hablado hoy del nuevo pacto, de esta fe que Dios nos ha concedido, de esta fe inteligente, no sĂ© por quĂ© pero tenĂa ese deseo de transmitirles eso. Es algo sĂłlido, no es algo, sĂ, ni tampoco es algo, ÂżcĂłmo se dirĂa la palabra? Inestable, exacto, exactamente. Entonces dice, por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento para que por dos cosas inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, es imposible que Dios mienta, tengamos quĂ© cosa? Un fortĂsimo consuelo. Mi hermano, esto es nuestro consuelo, las buenas nuevas del Evangelio, amĂ©n. Y cuando nosotros leemos esto nos damos cuenta, guau, o sea, Âża quĂ© me aferro yo cuando me siento desesperado o cuando quiere venir el miedo, el temor? Nuestro mayor consuelo es este Evangelio, estas buenas nuevas, estas promesas que tenemos en Ă©l, es lo Ăşnico suficientemente sĂłlido y firme de lo que nosotros podemos aferrarnos con seguridad, amĂ©n. Y seguimos leyendo, que tengamos un fortĂsimo, perdĂłn, el anterior porfa, que me hice spoiler ya, que tengamos un fortĂsimo consuelo los que hemos acudido para asirnos, aferrarnos de la esperanza puesta delante de nosotros, ahora sĂ el 19, la cual tenemos como segura y firme ancla del alma y que penetra hasta dentro del velo, amĂ©n. Mis hermanos, el ancla es un elemento que se usa para que el bote o el barco quede aferrado, asido a un lugar estable y no sea arrastrado por las olas y las corrientes, pues esta esperanza, estas promesas que tenemos en Ă©l, de las cuales nos aferramos por la fe, la fe que Ă©l mismo nos ha concedido y que nos preserva Ă©l, o sea, es Ă©l, pues esta esperanza es nuestra firme ancla para nuestra alma, para nuestra alma. Y con esto concluimos, Âżpor quĂ© dicen nuestra alma? Porque nuestra alma es esa parte de nosotros, que muchas veces vemos las circunstancias, vemos los problemas, nos sentimos mal, tal cosa, y como que muchas veces queremos ser arrastrados por las tormentas, tormentas exteriores y tormentas interiores en nuestra alma, en nuestra mente, pero este Evangelio, esta esperanza es esa ancla sĂłlida que mantiene nuestra alma ahĂ, anclada. AmĂ©n, amĂ©n. Gracias.
There are no comments yet.
Be the first! Share your thoughts.