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¿Tienes una boda en dos semanas y no te cae el vestido? Mejor cómprate otro. Bienvenidos a todos a este podcast. En el día de hoy hablaremos sobre el falso mito de las dietas milagrosas. Antes de nada, ¿sabrías reconocerlas? Las tan conocidas dietas milagrosas son combinaciones muy perjudiciales de alimentos y lo más destacable es que nunca tienen evidencias científicas. Un ejemplo que todos habremos escuchado alguna vez es la tan famosa Operación Bikini. Falsas promesas y peligrosas recomendaciones que ponen en un gran riesgo la salud sin obtener resultados duraderos. Según señalan las estadísticas, las personas que más se animan a seguir estas dietas suelen ser personas jóvenes y mujeres. Según la Asociación Española de Nutrición y Dietética, el cuerpo tiene tres mecanismos para bajar de peso y no todos son saludables ni duraderos. La pérdida de líquidos, dietas que provocan el riesgo de deshidratación, por lo que el cuerpo recupera los líquidos en cuanto puede. Pérdida de masa muscular, dietas tan severas que el cuerpo degrada masa muscular para sobrevivir. Pérdida de grasa, la más lenta y efectiva. De esta forma se activa el mecanismo basal y se construyen músculos y se quema grasa poco a poco. Una vez sabemos en qué se basan estas peligrosas dietas, ¿cómo las identificamos? ¿Cuáles son sus principales mentiras? Tan solo necesitan cumplir una de estas características. Prometen resultados rápidos, prohíben alimentos, aportan credibilidad a partir de historias o testimonios, no requieren de participación de profesionales de la salud y atribuyen proetas a algunos nutrientes o alimentos. Las dietas milagros no son mágicas y consiguen sus resultados dañando nuestro metabolismo y dejando efectos negativos para siempre. ¿Cuáles son sus principales mentiras? La severa restricción calórica y el descenso de peso rápido van de la mano de la tumba de nuestro metabolismo. En primer lugar encontraremos el efecto rebote. La gran despedida de peso a causa de una notable restricción calórica el cuerpo se vuelve más eficiente para almacenar grasas y menos eficiente para quemarlas, lo cual es sin duda un factor más para que las dietas milagros nos hagan engordar. Estas dietas bajas en calorías causan estrés en el metabolismo y nuestro cuerpo buscará alimentos más apetitosos ya que se acentuará el sistema de recompensa mediante preparaciones más calóricas. Por otro lado, ante el estrés que producen altera se producen alteraciones hormonales que nos empujan a comer más y saciarnos menos, así como también a almacenar grasas. Estas dietas promueven la pérdida de masa magra y conducen a un gasto calórico menor que nos hace engordar fácilmente. Además de esto, las dietas pueden provocar severas consecuencias en nuestro cuerpo como el daño de huesos y dientes o cambios metabólicos que no. Además de esto, las dietas pueden provocar severas consecuencias en nuestro cuerpo como el daño de huesos y dientes o cambios metabólicos que aumentan la dificultad de perder peso en un futuro. Estas prácticas también empeoran el riesgo cardiovascular, favoreciendo la aparición de hipertensión, trombosis y otras patologías. Además de esto, afectan negativamente al estado anímico y psicológico de la persona y favorecen el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia o la bulimia. Por todas estas razones, las dietas milagros pueden hacerte engordar y aunque en su primer momento parecen la solución a unos kilos de más, la realidad es que con el tiempo ocasionan todo lo contrario e incluso pueden dificultar el logro de un peso sano con estrategias y recursos que utilizaremos después. Si realmente quieres perder peso de una vez y para siempre, las dietas milagros no son tu solución, sino que por contrario, deben
