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prueba 2

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anthonella alarcon

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The speaker reflects on her experiences and lessons learned over the years in her athletic journey. She emphasizes the importance of self-healing and personal growth, highlighting the role of mindset. She encourages embracing exercise not just for physical appearance but for overall health and well-being. The speaker acknowledges that there will always be someone better than you, but no one is exactly like you, and sharing experiences can make you better. She discusses the significance of friendships, noting that some friendships may fade when others achieve success, but true friends will support and celebrate each other. The speaker advises being authentic and not comparing oneself to others. She also mentions the importance of being selfish and prioritizing oneself in certain situations, and how losing friendships due to competitiveness in sports can be sad, but it helps reveal genuine friendships. Muchas veces me pongo pequeños recordatorios para recordarme a mí misma que cuando uno elige sanar eso involucra muchas despedidas, que tienes que derrumbarte muchas veces para construirte y que muchas veces tienes que negar la entrada a todo lo que nos sume y no aceptar visitantes. Acuérdate que no eres tan especial, todo el mundo está trabajando por construir una mejor versión de ellos, que también están entrenando y buscando nuevos retos, pero lo que realmente va a marcar la diferencia entre el resto y tú es tu mente. Crea ese deporte que te dé una reconciliación que tanto buscabas con tu cuerpo y que nunca te quite esa paz infinita. El ejercicio no es una herramienta solo para lucir mejor, empieza a ser esa vía para cuidar tu salud, cultivar disciplina y sentirte increíble, pero sobre todo vivir más y vas a ver que de pronto no vas a poder vivir sin él. Recuerda que lo que un día fue tu ritmo de carrera, un día se volverá tu calentamiento, que las pesas no se están volviendo más livianas, ni que el kilómetro se está siendo más corto. Tú te estás haciendo más fuerte y que las cosas no llegan por suerte, es por las ganas, el corazón y el alma que le pones a cada cosa que haces. Es por seguir intentándolo una vez más a pesar de todas las caídas. Entiendo perfectamente cuando dices que tienes miedo porque no sabes si será suficiente ante los comentarios del resto, pero no necesitas ser suficiente para nadie más que para ti. El miedo no va a ser un freno, más bien es tu gasolina. Con que a ti te importe es más que suficiente, porque ponerle ganas es infinitamente mejor que dejar las cosas pasar. Quiero compartirles las 28 experiencias, aprendizajes que he tenido a lo largo de toda esta etapa deportiva, que ya son 7, 8 años, probablemente incluso más. Todo lo que he aprendido, todo lo que alguna vez me hubiera gustado saber. Me encanta porque creo que han sido los que más me han marcado en mi vida hasta hoy, que cumplo 28. Quise hacer este capítulo porque realmente no quería hacer algo más técnico, sino quería hacer algo mucho más mental, que ya saben que yo creo que tengo muy buena cabeza. Más bien, tengo buena cabeza. Y quise hacer este capítulo en honor a mi vuelta al sol. Yo no soy una persona que realmente celebra mucho mi cumpleaños hasta hace poco. Probablemente desde el año pasado dije, bueno, voy a celebrar porque es mi vida. No es un año menos, es un año más. Son más experiencias, más cosas para compartir y sin duda por eso escribí este capítulo. Más que largo, no sé qué tan largo se haga, pero va a ser todo de corrido. 28 cosas que he aprendido, me hubiera gustado saber y con lo que me quedo ahora. El orden no lo puse en algo específico, sino como se me venían a la mente. Se me hizo fácil escribirlas, sobre todo porque para mí son algo que ya están marcadas con mis valores como antonela, como deportista y obviamente me emociona mucho poder compartirlas. Entonces empecemos, que para mañana es tarde. La primera vez, siempre hay alguien mejor que tú, pero nadie como tú. Y el compartir sí te hace más grande. Y la puse así en la primera porque realmente hay veces que queremos guardarnos como que los secretos o es que yo hice esto y me fue bien por esto y no quiero guardarlo. Es como que estas cosas te hacen mejor porque cada uno tiene experiencias únicas y lo que te hace mejor es compartir esas experiencias independientemente a quién le estés compartiendo. Hay veces que creemos que solo podemos compartirles nuestras experiencias a gente, entre comillas, voy a poner inferior, en el sentido que pueden ser un poco más menos rápidos que nosotros, tienen menos experiencias, menos carreras. Y realmente yo me he sorprendido porque muchas veces yo he compartido experiencias a gente que es muchísimo mejor que yo, o sea, de largo. O sea, y mejor me refiero como que tienen ritmos más rápidos, tienen más experiencia en el deporte. Y me viene a la mente una persona en específico que tenía muchas carreras en su vida, Ironman. Bueno, Ironman, maratones, de todo creo. Y después de mi experiencia de Cozumel me dijo, como que quiero que me cuentes absolutamente todo porque quiero saber como que cómo lo viviste. Y es porque cada experiencia al final le va a aportar a alguien más. Y yo no, en eso no soy nada egoísta. Puse egoísta en otras cosas, pero en eso no. Y entender que siempre va a haber alguien como que mejor que tú, dependiendo en qué lo compares. Pero yo llegué a Europa y dije como que de verdad, o sea, yo puedo ser una persona bastante rápida para mi medio, pero aquí realmente hay gente mucho, mucho, mucho más rápida. Ese es un golpe de humildad que me encanta tenerlo aquí porque realmente me hace más grande. Y lo que yo me quedo es que el compartir mis experiencias de alguien que sea más rápido o menos rápido no me define, pero sí me engrandece como que el corazón porque sé que esa es la antonela. Que siempre va a haber alguien mejor que yo, pero no van a haber dos antonelas y yo soy muy auténtica en eso. Entonces sean auténticos con quienes son. Las personas se quedarán en su camino el que quiera quedarse por cómo ustedes son y no precisamente por lo que quieren ser. Y esas son situaciones en la vida que se te van enfrentando, vas a verte cruzado muchas veces. Y uno tiene que decir, bueno, sabes, yo soy así y no me importa el tener que quedarme sola, no tener amigos, entrenar sola. ¿Por qué? Porque para mí antes está mi valor, mi autenticidad como persona. Y cosas que no las voy a negociar. Entonces siempre van a haber mejores personas como ustedes. Pero por más cliché que suene es que no hay nadie como ustedes. No se pueden comparar con alguien que no sea exactamente igual. Que no tenga la situación del mismo trabajo, los mismos ingresos, del mismo tiempo, del mismo descanso, los mismos gadgets, la misma bicicleta, los mismos zapatos de correr, los mismos músculos, la misma mente, el corazón. Todo, absolutamente todo. Y quise empezar por una tan obvia porque en realidad es por ahí donde empezamos a compararnos cuando realmente no puede existir eso porque no hay dos personas iguales. Segundo, las amistades. Esto me podría ir un capítulo largo pero voy a intentar hacerlo. Yo creo que todos en la vida hemos sido buenos amigos y hemos sido malos amigos también. Yo creo que he sido buena amiga y creo que también he sido mala amiga muchas de otras veces. Por ejemplo, yo siempre digo, yo soy una mala amiga a la distancia. Yo no sé ser una amiga a la distancia. Y estoy trabajando. De hecho, cada vez que riego mis plantas en mi departamento me acuerdo como que escribí a una amiga ¿Cómo estás? Cuéntame de ti. Puedo responder después de 10 días pero uno tiene que regar en las amistades. Como en todas las relaciones al final. Y tus amigos son tus hermanos. Yo sí lo defino así. Hay amigos que son tus hermanos y hay amigos que son amigos hasta que te ven mejor. Tristemente también en el deporte, en la vida profesional, te vas a encontrar muchísimas de estas cosas. Que cuando tú ves que tu amigo empezó a ganar más que tú y se graduaron igual juntos. Que tu amigo tiene este mejor trabajo. Que tu amigo tiene ya familia. Que tu amigo ya se va a casar. Todo el mundo va a distintos ritmos. Pero llega un punto que uno tiene que alegrarse o tener esa sana envidia por decirle. Que rico, que chévere que ellos puedan estar disfrutando esto. Yo tengo otra situación, yo tengo otra vida. Pero yo me alegro por mis amigos. Hay personas que realmente no se alegran por verle competir a alguien mejor que tú. En un momento me acuerdo que yo tenía una amiga que yo le dije ojalá algún día yo pueda ser la mitad de fuerte que tú eres en la bici. Y que tú también puedas ser, bueno, la mitad, entre comillas, no voy a hablar de mitades, pero que también puedas correr como yo corro. Porque a esa amiga no le gustaba para nada correr. Igual lo hacía, pero no le gustaba para nada correr. Y ese es otro punto, que si no disfrutas de qué sirve. Pero yo me alegro por saber que yo en algún punto fui un canal, no sé si de motivación, pero como que de ese drenaje de quiero ganarle. Y sin duda me han ganado, les he ganado, ha pasado de todo. Pero yo con una amiga no compito en ese sentido. Para mí una amistad va mucho más allá de simplemente una competencia. Pero no todo el mundo lo ve así. Me ha pasado en carreras, el último Ironman de manta que hice con una amiga que llevamos juntos para mí fue la cosa más linda del mundo. Llevo ella segundos antes que yo, eso que cruzamos la meta juntos. Pero para mí era como, no sé, era otra manera de vivirlo. Sin duda antes no pensaba así, antes yo era muy competitiva. Ahora sigo siendo competitiva, pero de otra manera, por decirlo de una manera más inteligente. Pero mi mamá nunca se equivoca cuando dice como que cuidado con esta amiga, cuidado con... Háganle caso a sus papás o a su mamá sobre todo, ellas nunca fallan en esto. Y yo he tenido que perder varias amistades, he tenido varios duelos de amistades por eso. Y hay veces es porque tus amigos pueden estar interesados en que tú seas de ese canal y esa fuente de motivación, de empuje y de apoyo. Ok, qué bueno, pero como dice mi entrenador siempre como que hay veces que tienes que ser egoísta y tienes que pensar en ti. Como que tú formar tu equipo, no tú ser parte de su equipo. Y ser egoísta por sí lo he aprendido a hacer y me ha tocado entrenar muchísimas veces sola. Pero tengo amigas que realmente es un privilegio poder competir contra ellas. Es un honor saber que ellas están más fuertes que yo y que ellas me ponen la vara más alta. O sea, para mí eso es una gozadera. Pero el perder una amistad solo por la competitividad en el deporte creo que es algo tan triste que pasa. Y he aprendido que simplemente gracias a eso también me he dado cuenta de realmente amistades sinceras. Y no me voy a alargar más en este capítulo con este tema, pero yo creo que uno a través del deporte también se puede dar cuenta de cuáles son tus amigos que de verdad se alegran cuando estás compitiendo, están pendientes de ti, realmente te desean lo mejor. Y terminas la carrera, independientemente que te vaya bien o mal, te escriben y te dicen como que qué bien, felicitaciones. Y eso es como que tú sabes que son amigos que se alegraron por ti. Entonces uno sí tiene que aprender a reconocer esas amistades y decir como que ok, sí es mi amigo, es mi hermano o no, no lo es. Y aprender a separar eso también es súper jodido. No es fácil, todavía no tengo tips para eso, porque yo he tenido una montaña rosa por eso, pero sí digo como realmente me quedo con pocos amigos que al final me han aportado y cuando he retirado gente de visitante de mi vida realmente las cosas han fluido muchísimo mejor. Tercero, la capacidad de sufrir es limitada. Yo creía muchísimo que la capacidad de sufrir es limitada y yo creo que las limitantes que nosotros nos ponemos precisamente están en nuestra cabeza. Pero también he aprendido, como se llama el podcast Correr para Amar, que correr a mí me enseñó muchísimo a amar. O sea, para mí salir a correr es algo que me hace amarme a mí, amar al resto, querer muchas cosas, pero me hace descubrir esa capacidad de experimentar como que el amor en relación al sufrimiento. Es la manera en la que yo la describo y en la que yo la defino y sobre todo porque yo antes era una persona muy, muy, muy, muy fría, cerrada, pero yo creo que en el fondo siempre fui un mosito peluche, yo soy un mosito peluche. Pero sí creo que en el momento en que yo empecé a desbloquear mis limitantes, mi corazón, mis sentimientos, mi capacidad de amar, me di cuenta que al final esta capacidad de sufrir, por decirlo en carreras, también se volvía ilimitada. Yo podía sufrir hasta donde yo quería y hasta el día de hoy como que no he colapsado con eso. Entonces yo creo que cuando realmente das del bien, por decir, el bien regresa, pero siempre cuando hagas las cosas desde el amor. Si a ti no te gusta correr, no esperes que te vaya bien corriendo. Si no te gusta la bici, no esperes que te vaya bien en la bici. Si no te gusta nadar, no esperes que te vaya bien nadando si realmente no te gusta hacerlo. Eso sí va muy alineado. Cuarta, conectar con el disfrute y olvidarte del mundo un rato. Yo siempre digo como que al final somos atletas amateurs donde hacemos esto porque realmente lo disfrutamos, pero tenemos que desconectarnos muchas veces y olvidarnos del mundo un rato. Como que es que el pace, es que el reloj. Hoy en la mañana salí a correr con un amigo y él es muchísimo más rápido que yo. De hecho yo lo molestaba, le decía, estás en tu zona cero. Y él me decía, no, no, vamos bien, vamos bien. Y yo que bueno, sí, está bien. Pero yo no iba a ir más rápido porque yo ya estaba, o sea, estaba en mi zona dos, pero estaba bien. No necesitaba acelerar. Y en la cuesta como que yo empecé a acelerar un poquito y él me dijo, hey, hey, ¿a dónde te atrasas? Y yo dije, a ningún lado, pero estamos corriendo, ¿no? Y me dice, ya, pero es que la potencia, no tenías que subir porque él entraba mucho por potencia. Y le dije como que, ay, tú deberías olvidarte del reloj muchas veces. Y me dijo, bueno, sí. Y yo creo que sí, hay veces que estamos marcados en el reloj, en el reloj, en el reloj. Y nos desconectamos con el disfrutar. Y creo que siempre hay que volver a las raíces de volver a disfrutar, a conectar con nuestro cuerpo, con nuestras señales. Siempre digo, vayan una carrera sin reloj. El día en que vayan una carrera sin reloj, hagan alguna carrera sin reloj, sin ver el reloj. Créanme que han llegado a la etapa de conocerse. Para mí ese es mi mantra. En atletas míos también yo lo fomento muchísimo como que le aprendan a conocerse. Escriban, definanme cómo se sintieron ese día. Porque una cosa puede decir el reloj, pero cómo ustedes se sintieron detrás de eso va mucho más allá. Así que disfrútenlo. Quinta, respirar donde te faltó el aire. Es un aprendizaje que yo tengo. Muchas veces creemos que ya no podemos más, que estamos asfixiados como cuando estás llorando y dices ya no puedo más. O te rompen el corazón y tú dices, es que nunca he sentido esto. Porque de verdad cuando uno lo rompe en el corazón es como que se me acabó el mundo, ¿qué voy a hacer? Me han roto el corazón, he roto el corazón, sé lo que se siente. Pero es lo mismo cuando estás en el deporte. Al final vas a volver a respirar en el mismo lugar que lloraste, en el mismo lugar que te caíste, en el mismo lugar donde fracasaste, entre comillas, que al final no es un fracaso, es un aprendizaje en tal caso. Pero siempre vuelves a respirar en donde te faltó el aire. Siempre, siempre. Justo se dio ahorita en Alcatraz el, no el 73, pero el PTO, tipo el T100 de triatlón. Y la llegada de los hombres fue increíble. Fueron tres hombres llegando hasta el final. Taylor Nepsey me parece un monstruo, o sea, que mujerón, que dura. Pero los hombres llegaron como que los tres juntos. Y Smith como que llegó literalmente al segundo, sino que tocó la banda Van Riel. Y en mi cabeza fue como que Smith se tiró al piso y vomitó enseguida y quedó segundo. Pero él hasta en el momento en que ya le faltaba el aire, igual podía respirar. Entonces yo siempre digo, en lugares donde crees que ya te falta el aire y ya no puedes más, siempre puedes un poquito más. Pero todo eso es por la mente. Y eso lo he aprendido como que con la vida. Que eso, les digo, cuando trastorna el corazón, cuando estás triste, cuando te pasa todo ese tipo de cosas y tú crees que en verdad ya no puedes más y estás súper adolorido con todo este tipo de cosas, siempre puedes un poquito más. Pero parte de eso también es el conocerse. Seis, la paciencia se trabaja. Yo era una persona súper impaciente, súper impaciente, hasta que un amigo el otro día me dijo como, estamos hablando de una situación en mi vida, y me dijo como que, guau, ¿cómo tuviste tanta paciencia? Le dije, que va, yo soy cero paciente. Y me dijo, es que yo no hubiera podido, yo hubiera hecho esto, esto, esto. Y yo como que, guau, creo que sí soy súper paciente. Quizá en ese momento no debí hacerlo, pero en verdad sí soy súper paciente. Y la paciencia también depende, para algunas personas puede ser muy paciente, no paciente. O sea, eso también es cuestión de perspectivas. Pero la paciencia se trabaja. Y me acordé, porque ahora estoy corriendo en caminadora, un poquito más para trabajar mi mente. Y parte de trabajar la mente es trabajar la paciencia. Entonces, uno mientras sigue trabajando en, este día no pude correr, este día sí pude correr, este día no me pude levantar, este día me tocó descansar. Todo ese tipo de cosas variables que le va sumando a tu entrenamiento son la paciencia. La paciencia de confiar en que los ritmos lentos te van a hacer tener ritmos rápidos. De hecho, me pasó con un entrenador el otro día, que yo le decía, por favor, corre, corre, corre, suave, suave, suave, suave. Les pongo un ejemplo, corría 17, 18 kilómetros de un pace de 8.30, que es un pace, si lo comparo conmigo, si es un pace como que de un trotecito caminando, básicamente. Y habíamos puesto un entrenamiento para antes de su carrera, que era tipo de tempos de 15 minutos. Y yo dije, vas a tener que agarrarte el corazón y darle duro, porque esto nos define a ver si puedes correr. Y corrió a 6.30 en esos race paces, y dije como que, bueno, no eran race paces, pero eran tempos. Y él me dijo, wow, no pensé que podía correr a eso. Le dije, porque hay veces que tienes que ir muy, muy, muy lento, porque el tiempo que tenemos para esta carrera es muy corto, y lo que tenemos que enfocarnos es que tú tengas esta resistencia, la velocidad vendrá después. Y me dijo, wow, de verdad, qué paciencia tienes que tener para esto. Y le dije, qué paciencia tuviste para esto, porque ahora ves esos resultados. Entonces, la paciencia sí se trabaja. Si siempre quieres estar corriendo rápido, rápido, rápido, rápido, la paciencia nunca va a venir a ti, y los tiempos rápidos nunca van a llegar. Y por eso les digo, la paciencia se trabaja. 7. ¿Qué la familia, qué rol tiene la familia aquí? De eso quería hablar. Sin duda, yo soy una persona muy afortunada con mi familia. Mi familia no es perfecta. Todas las familias tienen sus issues, y yo tengo issues como hija, como hermana. Y realmente, yo siempre digo, uno tiene que rescatar el rol que tienen los papás, los hermanos en las carreras. Y más que darles consejos de aquí, es como que entender cada persona que está en tu familia, cada miembro de tu familia, si quiere estar ahí o no quiere estar ahí y por qué. Les pongo un ejemplo. Mi hermano es una persona que, yo soy trilliza, somos dos mujeres y un hombre. Mi hermano es una persona que él solo te quiere ver ganar, y si no ganas, como que para él no representa, y te molesta, pero al final él siempre está traqueándote. Mi hermano dice que me suba en un avión y está traqueándome el avión. Él es como que esa es su manera de correr, una manera pastusa de querer, pero bueno, él tiene una manera rara de querer. Pero yo me acuerdo que cuando yo gané aéreo, mi mamá me dijo, ¡ay, por fin ganaste, yo pendejo! Y se mató de la risa, pero yo entiendo que, por ejemplo, el rol de mi hermano es no ocupar ningún rol. Es como, haga una carrera o no haga una carrera, no le voy a pedir que esté, no le voy a pedir que me traquee, él hace lo que quiera, y es una persona que está completamente desconectada de mí. Y está bien, y eso que yo soy trillista. Mi hermana, mi hermana es una persona que siempre me traquea, no entiende nada, social media, además no puedo leer, muy orgullosa de mi hermana, pero de pronto nos mandamos a la mierda en muchas broncas que tenemos, y lo digo francamente, o sea, mi hermana podría ser como mi llise, y nos llevamos excelente muchas veces, pero la mayoría de veces no nos llevamos tan excelente, y también está bien, o sea, lo hablo francamente. Chocamos muchísimo porque somos muy distintas. Mi hermana siempre ha querido estar como que en mis carreras, y yo soy alguien que más bien evito que mi hermana esté en mis carreras, porque ella se pone súper nerviosa, ella se pone súper tensa, es un poco como mi mamá en ese sentido. En Cozumel, ella a pesar de que vivía en México y estaba embarazada, me dijo yo quiero ir a la carrera, y le dije ya, te quiero, te amo, te adoro, con todo mi ser, pero no quiero que vengas a la carrera, porque es mi carrera, mía y de mi papá, y no quiero que nadie más le esté ahí, incluso ni siquiera mi mamá, aunque mi mamá en un momento quiso ir, pero yo dije, mami, no creo que es la mejor idea. Y entender que ese rol, hay veces que tú le das el rol a tu familia. ¿Por qué? Porque tú haces ese rol conforme a cómo son. Entonces yo le dije a mi hermana como que el hecho de que tú estés presente a la distancia y quieres tomar ese rol bien, pero no quiero que estés aquí. Y ella entendió perfectamente ese rol, lo respetó, e igual estuvo ahí para mí a su manera. Mi papá, sobra decirlo, mi papá es una persona que es de tiempo, me va a dar risa decir esto, pero en verdad como que mi mamá es como que la ley en la casa, aprueba los presupuestos de todo. Quiero comprarme algo de cinco euros, como de doscientos de euros, mil euros, lo que sea, y mi mamá es la que aprueba. O solo le dice a mi mamá, a mi papá, que bueno, cómprale, cosas así. Y mi mamá aprueba, o sea, ella es muy mujeralza en ese sentido. Mi mamá es una manera de como que económicamente te apoya, pero en tiempo y como que en estar presente en carreras. Ella nunca va a estar ahí, si ha estado, y la última carrera que estuvo fue el año anterior y me dijo, mi amor, te quiero, te amo, pídeme una bicicleta, pídeme todo lo que tú quieras. Y yo, bueno, dame dos. Y dije, voy a aprovechar lo que estás diciendo, pero no me pidas que yo esté aquí porque de verdad, no sé, me sufro de verte sufrir. Y yo dije, mami, no estoy sufriendo, me la estoy pasando de puta madre. Y mi mamá, dije, no sé cómo te estás disfrutando de esto, yo solo te veo sufrir. Y es como que me encanta, estoy sufriendo, mamá. Y ella no lo entiende, y sé que su love language también. Entonces, ese rol de mamá, mi mamá quiere apoyarme de otra manera, perfecto. Y si mi mamá no quisiera apoyarme de ninguna otra manera, tengo que aceptarlo. O sea, no tiene ninguna responsabilidad sobre mí tampoco. De mi papá, ustedes saben la historia de mi papá. Es como que una persona muy, muy, muy presente en las carreras. De pronto, a distancia, yo ni siquiera hablo todos los días con mi papá, ni con mis papás, ni con mis hermanos. Yo puedo pasar una semana sin hablar. De hecho, mi papá y que vives, cosas así. O porque ve un Uber, cosas así. Pero realmente yo no soy una persona que no... O sea, no sé estar a distancia. O sea, yo para relaciones a distancia no sirvo. La estoy trabajando, sí, pero no sirvo. Entonces, entender el rol de la familia es que tú les das ese rol a la familia, pero dependiendo de cómo son ellos también. Y si tu papá no quiere estar ahí, tú tienes que respetar que no quiere estar ahí. No es un mal padre porque no quiere estar ahí. No es una mala madre porque no quiere estar ahí. No es un mal padre, o mala madre, o hermano, lo que sea, porque no te quieran apoyar económicamente. O sea, si tienes la bendición, qué bueno. Sin embargo, no es una responsabilidad de ellos tampoco. Y a veces creemos que nuestra familia es mala por no estar ahí. Y es como que no sabes cuántos sacrificios tienen que hacer para estar ahí. O sea, para mí, el sacarle de la casa a mi mamá y viajar parece algo que a ella en los años le pesan. Mi papá, no. Mi papá sigue creyendo en un cachorro de 15 años. Pero no son. Mis papás tienen 75. Son personas adultas. Entonces, yo también tengo que analizar ese tipo de cosas. Entonces, yo decía a mi mamá, mamá, si vienes de Cozumel, vas a estar bajo el sol 10 horas o no sé, las horas que sean. Y yo sé que tú vas a decir, ay, no me quiero ir al hotel. Ay, no me quiero ir. Y no lo vas a disfrutar. En cambio, mi papá se iba a comer postres con mis amigas mientras yo corría, súper pendiente, súper tranquilo a la vez. Mi mamá no sería así. Entonces, también no le den a su familia una responsabilidad que ellos no quieren y que tampoco deben. Eso es algo que lo aprendió mucho con el tiempo. Yo siempre me culpaba de que por qué mi mamá no, mi mamá, qué mala que es mi mamá porque no va a mis carreras. Y es como que, wow, espérate, mira todo lo que ha hecho también detrás. Y mamá, si estás escuchando esto, o sea, yo siempre digo, mi papá es mi persona que le cuento todo. Mi papá es todo. Pero mi persona favorita es mi mamá. O sea, a pesar de que yo comparto muchas cosas más con mi papá, mi persona favorita es mi mamá. Y siempre va a ser mi persona favorita desde la admiración que yo la tengo a ella. O sea, qué mujer tan berraca, qué mujer tan, como dicen en Colombia, tesa, qué mujer tan arrecha. O sea, es la persona que más admiro y es mi persona favorita. Es mi persona favorita. Pero no le voy a poner una responsabilidad de un rol que ella no tiene por qué tener y que tampoco quiere tenerlo. Siguiente. La emoción de hacer algo por primera vez y ser principiante. Siempre les digo que para mí ser principiante es algo tan mágico y tan increíble y hay veces que nosotros creemos que no. Pero realmente, como una primera maratón, no van a haber dos primeras maratones. Todo lo que hagas por primera vez, vívelo, aprovechalo, aprende. Porque la segunda vez nunca va a poder ser igual. Vas a querer ser mejor. Entonces, hazlo. Tengo un video, tengo un reel en Instagram. Es una carta a los queridos principiantes. En lo que sea que estés empezando en la vida, escúchalo, léelo, porque It hits in the heart. Realmente, es un video muy bonito. Y hay veces que creemos que el ser principiante no es emocionante, pero realmente ser principiante es emocionante. Porque no tienes nada con qué compararte. Nueve. El proceso. Recibimos lo que necesitamos. Yo lo defino así. Como que hay veces que yo creo que los resultados, me hicieron esa pregunta la otra día, como que sí, los resultados te definen en tu progreso y no creo. Yo creo que el proceso realmente es lo que te define. Sin duda, los resultados también te ayudan a definir esto. Pero en el proceso es lo que realmente te hace ese ser humano, ese deportista, lo que sea que te estés construyendo. Pero el proceso es lo importante. Y en el proceso no siempre vamos a tener lo que queremos, pero vamos a recibir lo que necesitamos. Y cuando empezamos a verlo desde ese lado, wow. Créanme que todo cambia. Diez. Tu voz es tu poder y es de donde viene la admiración. A veces que yo digo como que, ¿quién me creó? Ni siquiera tantos seguidores. ¿Quién me creó? Tener un podcast. Muchas veces también me vienen estos demonios a la mente. No se crean. Y yo agradezco cuando cada uno de ustedes, porque han sido muchos de verdad, me mandan un mensaje solo con un gracias. Realmente puedo decir que, si no es todos, la gran mayoría, yo siempre respondo porque para mí es un… el tiempo de que estén escuchando, el tiempo de que les esté aportando, que ustedes me aporten también a mí, porque yo sé que al final el hecho de que estén escuchando me aporta a seguir creando este contenido para ustedes. A cambio de nada, al final de mi paz y mi alegría, porque es de lo que más disfruto hacer. Pero la admiración no viene desde los resultados que tú tienes. La admiración viene desde todo lo que tú tienes para compartir. No de lo que tú compites, sino desde lo que tú compartes. Entonces, tu voz siempre va a ser tu poder. Y no hablo de yo como Antonella, hablo de tú, la persona que me estás escuchando en este momento, tu voz, tu manera de compartir, algo que le puedas aportar a alguien, no necesariamente en el deporte, pero en la vida. Es tu poder. O sea, es tu poder. No te quites de ese poder, porque alguien te va a admirar por lo bueno que haces. ¿Que alguien lo va a hacer mejor? Sí, pero todos tenemos algo bueno que hacemos. Y desde ahí nace la admiración. Porque cada uno tiene esa bondad. Para mí, mi admiración no está en mis tiempos ni en lo que corro, sino en lo que yo comparto y lo decreto, y yo sé que es así. Once, los gadgets. Lo que he aprendido de los gadgets. El gadget más caro no necesariamente es el más bueno. Yo soy una compradora compulsiva, ya no tanto, pero sí he sido una compradora compulsiva, a más no poder. O sea, realmente el otro día estaba haciendo FaceTime con unos amigos y ellos me decían, es que yo no puedo creer cuando entré a tu closet y vi todo lo que tienes. Y realmente me siento irresponsable de todo lo que tengo, porque realmente es la palabra en la que me defino, irresponsable. Mi mamá siempre me lo dice. Hay muchas cosas que vendía antes de venirme a Madrid. Ese desapego para mí fue genial. Pero hay muchas veces que tenemos los mejores gadgets y es como que los gadgets no te van a hacer el deportista que quieres ser. Te ayudan a mejorar, sí, sin duda, pero al final ni tu mejor bicicleta te va a hacer mejor deportista, sino la calidad de ser humano que eres a través del deporte. Entonces, ¿cómo expresarlo para no ser tan explícita? No voy a ahorrar este comentario. Otro día les digo. Pero realmente uno tiene que saber que independientemente de los zapatos, la bicicleta, la marca de ropa en la que vistas, eso no te define. Y en el deporte sí es súper tóxico ver eso, de mirarse a la persona que no tiene esto. Y les voy a contar como un pequeño paréntesis. Pero en algún momento en mi vida a mí me gustaba una persona, o me gusta, quién sabe, que yo lo que más admiraba de él es toda su sencilleza. O sea, sí, tiene buenas bicicletas, todo lo que tú quieras, pero hablo de su sencilleza y me decía, tú eres demasiado comprobado compulsivo. Y yo, es que sí. Y él es como que podía lavar la ropa cinco veces a la semana y ponerse tres veces la misma camiseta. Era la persona más feliz. Y les hablo de que corre a tres algo. O sea, realmente muy buen deportista. Nada, súper bien. Rueda súper bien también. Pero admiro como que de lo que le llegué a conocer, es como, ojalá yo pueda ser así, un poco así. Me pegó y he dejado de ser un poco no tan comprobada compulsiva. Y es algo que yo admiro eso, porque no necesariamente lo más caro es lo mejor y que tenemos que tener tantas cosas. No. O sea, puedes tener dos pares de gafas. No, seis, siete, ocho, diez pares de gafas. ¿Para qué quieres los diez pares de gafas? Si puedes, si quieres, adelante. Pero eso tampoco te hace mejor. Me costó entenderlo. O sea, más que costó entenderlo, sabía. Yo siempre lo entendí. Pero razoné y dije, como que, ¿qué quiero mostrar? ¿Qué quiero...? Como que lo que nosotros mostramos es básicamente lo que carecemos muchas veces. Créanme, créanme, créanme, créanme, créanme. Entonces, terapia psicológica de diez años, todo esto que les estoy diciendo. Pero realmente, o sea, cómprate los zapatos que te dé la gana. O sea, si puedes correr a tres con zapatos que no tienen placa de carbón, no necesariamente vas a decirle a esta persona, te estás desperdiciando porque no tienes esos zapatos de carbón cuando corres a tres. Como que, cada quien corre con lo que quiere, con lo que tenga disponible, y déjale a esas personas ser felices con eso. Dejemos de juzgar. Yo una vez lo dije. Yo en un momento dije, como que, ¡qué feo, Trizut! ¿Cómo pueden...? Y es como, no sabes la persona que estuvo diseñando todo lo que se esfuerzó con ese Trizut, y tú aquí... Bueno, dije, bueno, no es de mi agrado, pero no necesariamente quiero decir, ¡ay, es que qué horrible, qué horrendo, es que cómo se viste, es que cómo...! O sea, yo he sido de las personas que admito que me he expresado así, y ahora realmente pienso tanto antes de decir estas cosas porque no es tan bien. O sea, de lo que uno dice carece, tal cual. La boca tiene poder, créanme. Entonces, los gadgets. ¿No crees que siempre tienes que tener lo mejor para ser mejor deportista? No, no y no. Y eso quiero hablarlo en un capítulo también. Uf, 12. El amor en tiempos de deporte. Quiero dejárselos también para un capítulo completo de eso, pero yo creo que es súper complicado conseguir una persona o que tu pareja entienda el deporte que estás haciendo. Siento que sí tienen que complementarse, siento que tienen que también compartir un poco este deporte. Y no es el caso, no digo que no funcione, yo estoy hablando desde mi experiencia que he aprendido. Yo, Antonella, sí elijo, y elijo como una elección, y prefiero también porque prefiero, una persona que haga deporte, no tiene que ser triatleta, no tiene que ser nadador, no tiene que ser corredor, no tiene que ser... puede jugar fútbol. Que haga deporte para mí es súper importante, porque al final el deporte crea una disciplina. Y la boca tiene poder porque yo decía, nunca voy a salir con un nadador, nunca me gustan los nadadores, no me gustan los triatletas, créanme, para mí solo era como que corredores, no me gustan los corredores y ya. Y por decir tantas veces eso, me cayó un triatleta, créanme que la boca tiene poder. Pero quise hablar en eso del amor en tiempos de deporte, porque realmente es súper bonito compartir con alguien un deporte, creo que lo hace magnífico, lo hace mágico, pero también tienes que respetar que la otra persona tiene otros tiempos y que tú tienes otros tiempos. En mi caso, yo soy más lenta que esta persona, y me encanta disfrutar de que esta persona se vaya a correr solo, sin mí, que yo me vaya a correr sola, que él vaya a hacer sus entrenamientos, y que esta persona no me tiene que jalar a mí, ni yo a él, que cada uno hace su entrenamiento, y esa es parte de respetar, que lo que se pueda unir, se pueda unir, y lo que no, no, es que queremos, es que mi novio me tiene que esperar, no, no le des una responsabilidad a tu novio que no la tiene, tú ve a entrenar y que él entrene, que él salga con sus amigos, que él se haga fuerte con los otros, cuando tú puedas salir con él, sales, cuando no, no. Porque si no, a veces creo que como mujeres, a veces le damos la responsabilidad al hombre de que es que ellos tienen que cuidarnos, es que ellos tienen que inflarnos las ruedas, es que ellos tienen que hacer todo este tipo de cosas, y es como que no, ellos nos tienen que esperar y correr más lento, pero nosotros no. O sea, ¿por qué no entrenas tú mejor para luego poder correr como él? Ese es mi vántaro. O sea, yo ahorita estoy entrenando más para algún día poder correr como él. Bueno, ya les hice como que un paréntesis, pero quise hablar de este punto de el amor en tiempos de deporte, no sé cómo definirlo. Pero no les demos esa responsabilidad a la persona con la que estemos saliendo, independientemente si es mujer o hombre, viceversa, chique o chica, pero no les das la responsabilidad a alguien de entrenarte, de jalarte. Bueno, cuando yo voy en la bici y salgo con este niño, le digo que si tienes easy, voy easy y voy a tu rueda todo el tiempo, porque yo sé que su easy no es tan... O sea, que su easy para mí es como zona 3 alta, probablemente. Y le digo, si tienes que parar tu entrenamiento, anda, porque no quiero sentirme yo en responsabilidad de que él esté parando su entrenamiento por mí. Y eso también es ser empáticos. Pero también está bien dejarse consentir y decir como, a ver, voy a correr contigo porque el hijo corre contigo y tú también no discutirlo. Me pasó hoy en la mañana. Él tenía su entrenamiento, yo tenía mi entrenamiento. Y claro, me dijo, mira, como que en verdad me duelen las pantorrillas, creo que voy a correr contigo. Y yo empecé, o sea, como mujer alfa. No, haz tú tu entrenamiento, como que yo no quiero que corras lento por mi culpa. Me dijo, no, yo quiero correr contigo y no estamos corriendo lento, estamos corriendo como que a 5, 5.05. Que claro, para mí era como que mi zona 2, de pronto si era cuestita se me subía a zona 3, pero bueno, estaba haciendo mi entrenamiento. Y de hecho, cuando yo me aceleraba, él me decía como que bájale todo bien. Entonces uno también tiene que dejar, o sea, ceder ante esas cosas, pero no meterles un rol también a tu pareja, un rol que no debe, porque no es tu entrenador tampoco. Y dejarles que ellos también disfruten del deporte. Trece. Dharma. Uno siempre da lo que recibe. Lección de vida, lo he aprendido. Créame que uno siempre da lo que recibe. Y a veces que digo, ay, ¿por qué tuve este accidente? ¿Por qué me pasó esto? Y no, es porque simplemente me hizo más fuerte, o sea, cada quien piense en su cabeza lo que quiere, pero créanme que uno siempre da lo que recibe. A lo largo del tiempo, corto o largo plazo, uno siempre da lo que recibe. Entonces den amor, sean amor, den bondad, compartan sus experiencias, compartan felicidad, no sean egoístas cuando tengan que serlo, cuando tengan que serlo, sí, o sea, no sean egoístas, me refiero en la manera negativa. Pero uno siempre da lo que recibe, créanme. Catorce, wow, está largo este capítulo, va a estar candente, catorce. Hay personas que llegan simplemente para admirar tu grandeza y acompañarte en el vuelo. Experiencias de vida que también que he tenido. Hay personas que han llegado a mi vida para acompañarme en los procesos, y los procesos significa que yo he tenido que invertir más dinero en esto, invertir más tiempo en esto. Ya han sido como amistades o relaciones que son como un árbol, siempre digo que hay hojas, hay ramas y hay raíces, y hay personas que son hojas, llegan, cumplen su ciclo, se caen y se van, y otras que son ramas, que te sostienen, se sostienen un poco más, y hay veces que también se caen las ramas. Y hay personas que son tus raíces, y son raíces que siempre van a estar ahí, y créanme que las raíces son personas que ni siquiera probablemente están involucrados en su mundo deportivo. Puede ser tu familia, puede ser tu mejor amiga que no hace nada de deporte, pero que siempre al final está ahí. Entonces, no creamos que nuestras personas raíces son personas que necesariamente comparten todo lo que nosotros hacemos, porque tampoco es así. Entonces, entender que hay personas que sí llegan a admirar tu grandeza, y te acompañan el tiempo que te tengan que acompañar. Una de las lecciones que he aprendido hasta el día de hoy, cumpliendo 28 años, y lo digo con una sonrisa en la cara, hablaba con una amiga, y me decía, bueno, tal persona que conociste, que es lo que les he contado un poco, le dije, si esta persona mañana se va por la puerta de mi casa, o sea, refiéndose que se va de mi vida, yo voy a estar tan agradecida porque aprendí cosas que nunca aprendí, nunca seguí, nunca entendí, y realmente me hicieron entender la vida, el deporte, de otra manera. O sea, se los juro que para mí ha sido un shake-out. Que... Hicimos como que un pacto, él tenía que poner una cosa en la empresa, y él me dijo, bueno, yo hago eso, que yo se lo recomendé, y me dijo, yo hago eso, pero tú empiezas a buscar patrocinios. Y mi amiga decía, qué cool que esta persona sea la que te diga, vas a mandar un correo, vas a hacer esto, vas a hacer el otro, te motiva y te empuja a ser alguien mejor. Y es como que me llevo todas las lecciones de que cualquier persona que salga de mi vida el día de mañana, me voy a quedar con todo lo positivo, y no con lo negativo. Y parte de saber que las personas llegan simplemente para admirar tu grandeza y acompañarte en el vuelo, es que tú tienes que aceptar eso como un cumplido, porque yo no soy de aceptar cumplidos, no me gusta aceptar cumplidos, como que soy penosa para eso. Y agradecer por lo que llegaron a enseñarte. 15. Las mejores carreras no son necesariamente las del mejor resultado. Menos aún para los ojos del resto. Los aprendizajes que te llegan a cada línea de partida son los que te definen tus mejores carreras de vida. Eso va un poco alineado a los procesos, pero créanme que los mejores resultados no necesariamente son los podios. No tengo mucho más que decir en esta, pero sí quería como que tenerla. Al final hay carreras que te destrozan mentalmente, en el corazón, lloras. O sea, a mí, el año anterior yo tuve una de las carreras que más me destrozaron, fue la carrera que más enseñanzas tuve, porque me alejé de todo lo negativo y al final fue creo que la peor carrera de mi vida, pero lo tomo como la mejor carrera de mi vida por todo lo que llevó a ese día. 16. Tienes que abrir tantas ventanas en el camino por cada puerta que se cierra. Y eso es muy cierto. Suena un poco cliché, pero como entro en este tema es que muchas veces vas a tener que decir no, no, no, no para que un sí se te abra y muchas veces vas a tener que ceder para que las cosas funcionen. Entonces, no tengas miedo a probar cosas nuevas, no tengas miedo al cambio, no tengas miedo a salir un poco de esa zona de confort de decir, bueno, ¿sabes qué? Si no encuentro una ventana y si no encuentro una puerta, bueno, de pronto me pongo a taladrar la pared y abro un hueco. Esa es la manera de verlo. Y eso es un descubrimiento que me ha tomado años porque hay veces que vamos por todos los caminos que llevan a Roma así, pero ¿qué pasa si no quiero llegar a Roma y quiero llegar a otro lugar? Me río porque se me vino algo a la mente aquí solita, pero bueno. Me quedé en la... Bueno, 17. Queremos de inmediatez, pero se olvida de la constancia. Queremos del éxito, pero no sabemos definir el fracaso. Queremos todo inmediato. Es impresionante, pero queremos todo inmediato. Y realmente, los frutos de las cosas se dan con el tiempo siempre y cuando seas más constante. 5 minutos al día, 10 minutos al día, 15 minutos al día, 20 minutos al día. Es ir sembrando cada cosa cada día para que esa inmediatez que tanto buscas se dé a través de la constancia. Y parte de eso es que no sabemos definir el fracaso. Queremos que el fracaso... Para mí el fracaso, entre comillas, no existe. Entre comillas, ¿no? De que existe, existe. Pero yo creo que los fracasos son simplemente nuevos aprendizajes. Y hay veces que te vas a dar tan duro. O sea, yo llamaría fracaso a relaciones pasadas que he tenido, carreras que he tenido, pero si lo veo del otro lado, es como que qué bueno que estas personas llegaron a mi vida para enseñarme lo que me tenían que enseñar. Qué bueno que estas carreras llegaron a mi vida para aportarme todo ese aprendizaje que ahora puedo contarles a las personas a través de este podcast. Es la manera en la que yo la veo. Entonces, dejemos de ser tan inmediato, de querer todo de una. Yo soy una persona muy querer todo de una y por eso he trabajado en mi paciencia. Pero lo bueno siempre se hace esperar. Créanme que lo bueno se hace esperar. Manifiestenlo. Creo tanto en la manifestación. Manifiestenlo. Decrétenlo. Digan, yo quiero esto, esto, esto, esto, esto. Escríbanlo. Y se los juro, se los juro que un día la vida se los va a poner de frente. Es que se los juro. Esa carrera que tanto sueñan, ese pace que tanto sueñan, escríbanlo todos los días. Trabájenlo todos los días y van a ver que después de 5 años, 6 años, 7 años, después de 10 carreras, 20 carreras, después de 10 maratones, van a llegar a ese sub 4, sub 3. Después de 10 veces que te partan el corazón, va a llegar la vez que digas, wow, nunca me he sentido tan valorada y querida. Todo ese tipo de cosas, al final, llevan su tiempo. ¿Y por qué? Es como trabajar en la constancia y no tomar las cosas como un fracaso, sino como un aprendizaje. 18. Los sueños se posponen, pero nunca se pierden de vista. Créanme que eso yo lo he aprendido y voy a rescatar un comentario que alguien que me escribió el otro día que me contó que tuvo un accidente jugando fútbol y que también corre y que bueno, creo que le tenía que operar y tenía que pausar y tenía una carrera, etc, etc. Y sin duda, no tenía las palabras adecuadas. Pero lo único que podía decirle es como que ahorita no entiende por qué le pasó esto pero después lo va a entender. Y que al final, si ella tenía esa meta o ese sueño de hacer tal carrera, simplemente que no lo pierda de vista. Lo pospone para un nuevo año. Lo pospone para unos nuevos días, nuevos meses. Pero posponlo. No pienses en que es que ahorita hubiera llegado a un mejor estado. ¿Cómo sabes? Porque no te has parado en la siguiente línea de partida de nuevo. Entonces, sus sueños siempre van a estar ahí. No los pierdan de vista. Simplemente pospóngalos, pero no los pierdan de vista. 19. A go without a plan is just a dream. Ya extrañaron algo en inglés, ¿verdad? Es verdad. Si tú tienes una meta, si tú tienes un objetivo, si no tienes un plan, simplemente es un sueño. Y aunque los sueños se pospongan y no se pierdan de vista, estos sueños tienen que tener un plan. Estas metas tienen que tener un plan. Los sueños se transforman en metas, y estas metas son planeadas. Si no lo planeas, no va a suceder. Todo tiene que tener un plan. A un año, mejor. A dos años, mucho mejor. No los pierdas de vista, pero ten en mente que esa es tu meta. Esa es tu meta. Como yo con mi Sub-3. Yo sé que algún día quiero hacer un Sub-3. ¿Cuándo? No lo sé. Espero que mi Pacer esté escuchando esto y algún día voy a hacer Pacer, una maratón. Porque tengo un Pacer. Voy a conseguir un Pacer. Que todavía no he hecho maratones, por si acaso. Pero sí, no tienes que quitarte ese objetivo en mente. Y yo sé que yo quiero un Sub-3. Si es este año, bien. Y si es el siguiente, o en cinco años, bueno, ¿cuándo será? Pero yo quiero llegar saludable. Quiero llegar fuerte y sin lesiones, sobre todo. Sin lesiones a mi Sub-3. Veinte. Un entrenador te guía y es una fuente de apoyo para conseguir nuevos objetivos y nuevas metas. Te ahorra un gran trabajo cuidando de ti y de tu salud. Pero, yo les he hablado, un coach te enseña a representarte a ti misma, a responderte a ti misma, y sobre todo responder todas esas dudas que tengas tú en el camino. Te comparte todo su conocimiento sin ser egoísta. Eso es tan, tan, tan importante. Y te ayuda a entender el deporte como una vida holística. Para mí es un mantra, me encanta, y es mi manera de ver el coaching. Y ya. Veintiuno. Redes sociales. Saben que está en deuda este capítulo de redes sociales. Aquí saqué como diez capítulos para hablar. Pero de estos puntos quiero que me manden un mensaje y me digan de cuál quisieran que me alarguen un capítulo hablando. Pero bueno, veintiuno redes sociales. Si algo prendido en las redes sociales es que me hubiera encantado subir más mis tiempos lentos que mis tiempos rápidos. Y ahorita estoy subiendo, en verdad, mis tiempos lentos muchísimo. Y mi proceso cuando estoy mal. ¿Por qué? Porque yo sé que eso les ayuda también. Pero de pronto, si tú estás corriendo un kilómetro a ocho, habrán personas que se burlan porque corres a ocho. Pero habrán personas que digan, wow, yo nunca he corrido diez metros de mi vida. O sea, o sea, habrá otra persona que te admira por eso también. Entonces, utilicemos las redes sociales como canal de inspiración y no como canal de destrucción. Eso implica no solo Instagram, implica Strava también. Yo antes era adicta a Strava, se los juro. Adicta. Bueno, a Instagram puede ser que también. Pero al final, para mí, Instagram es como que no solo mi fuente de trabajo, pero al final sí. O sea, sé que yo trabajo mediante ese medio y es mi trabajo. Y sé que les sirve muchísimo. Sé todo lo que yo les he ayudado a través de Instagram. Strava, la verdad, antes yo era obsesionada con Strava. Con comparar con esto, ahorita me vale madre. Si se me sube o no se me sube, veo que realmente ya me vale. Pero si hay algo que digo es, yo tengo que predicar con el ejemplo. Y parte de ese ejemplo es, yo no oculto nada, yo no miento en nada. No me importa que se ve, que no se ve. Yo hago mi trabajo. Fin. Cumplo con mi tarea. Fin. Lo que ven, lo que no ven. Pero a mí, mi canal, de mostrarles a ustedes el lado bueno y el lado malo, es sin duda Instagram. Y yo creo que las redes sociales tienen que servir para eso. Para inspirar, para motivar, para que una persona te diga, wow, no puedo creer que hiciste tu primer kilómetro. Y sobre todo, dejarnos de comparar tanto con la vida de la otra persona. Porque al final nadie tiene estas vidas iguales. O sea, nadie tiene las vidas iguales ni similares, tan lejos de y aprendamos a ser un poco más, no sé si empático es la palabra, pero seamos un poco más inteligentes al utilizar este poder de las redes sociales que me parece magnífico, pero utilicémoslo como que para bien y no para mal. 22. Los números son números ya. Me hubiera encantado saberlo eso antes. Ahora si les digo, los números son los números ya, no te definen y puedo decir que salir con alguien que corre más rápido que yo que realmente casi nunca pasaba para mí ha sido un golpe de humildad en el sentido de que me encanta cuando esta persona me dice y que no me importa que vayamos lento, podemos ir más lento. No, está bien. Y me enseñó que los números son números cuando los números no importan, pero al final el que tú hagas tu trabajo honesto y que hagas bien tu trabajo ya da igual que número te salga. Y él creo que me enseñaba mucho eso. Que cuando es fácil, es fácil. Cuando es difícil, es difícil. Y hay veces que solo tienes que sentirlo a tu cuerpo y no forzarle como una máquina porque tu cuerpo no es una máquina. Tu cuerpo siente absolutamente todo. Y los números, desde pesarte en una balanza, desde cuánto cuesta tu bicicleta, cuánto cuesta ese gadget, a qué pace corriste, los números son números. Háblame de tu número y que tu número importa con la historia que tienes detrás. Si no, no me cuentes a qué número corriste. O sea, a qué pace corriste. Háblame de, bueno, que tu bicicleta te costó tanto, sí, ok, pero háblame todo lo que trabajaste para poder tener la bicicleta de tus sueños. Háblame de eso sin decirme un número. Eso es lo que realmente representa. Los números. 23. Tu entorno sí te define. Siempre digo, las cinco personas con las que más te veas o hables en tu día a día, es tu entorno, es quien te define cómo quieres rodearte de gente hipócrita, de gente sincera, de gente dura, de gente llena de amor. Yo sí puedo decir que en Madrid estoy rodeada de gente llena de amor. O sea, para mí, celebrar mi cumpleaños y decirles a mis amigos que celebré mi cumpleaños es algo que una amiga me dijo como que, wow, me sorprende porque tú eres alguien que cero, como que hasta con boca me explico. Es como que alguien te lo dice y ok, pero dije porque qué privilegio y qué honor estar cumpliendo otro año de mi vida con las personas que más quiero en mi vida. Madrid, en Madrid yo tengo a las personas que más quiero. Realmente, a ver, en Ecuador tengo personas que quiero muchísimo también, pero Madrid tiene mi corazón. O sea, Madrid tiene mi corazón y las personas que tengo aquí me han enseñado a llorar, me han enseñado a abrazar, me han enseñado a amar, como Corre Para Amar, por eso el podcast cuando les conté la historia fue porque yo empecé a correr en Madrid. Las personas que tengo aquí me han enseñado a ser vulnerable. Tengo amigos realmente que sus novias son tan privilegiadas de tener unos seres humanos tan increíbles como estos amigos que tengo. Hombres, no todos los hombres son malos, los hombres son maravillosos, dejemos de satanizar. Creo que las mujeres somos más hijas de nuestra madre que los hombres muchas veces. Pero ya satanizamos y decretamos que los hombres son lo peor, las mujeres son lo peor, las mujeres, sí, ok, sí, generalizamos. Está mal generalizado y yo también a veces generalizo, mil disculpas por eso. Pero, wow, o sea, mi entorno aquí me define porque las personas con las que paso aquí, como que realmente si algunas de mis amigos que están aquí en Madrid están escuchando este podcast, que yo sé que algunas veces escuchan, una de mis mejores amigas ya se acabó todos los capítulos, probablemente algún rato llegue a este capítulo, les quiero, les admiro, les adoro, son mi familia, pero gracias por ser ese entorno de enseñarme a ser vulnerable, de enseñarme a estar tranquila, de creer en mí, de siempre estar, a pesar de que yo a veces no sé estar porque sé que es un defecto mío, que lo estoy trabajando, pero gracias por ser ese entorno que es como un paracaídas, eso, gracias por ser ese entorno que es un colchoncito donde arrimarse, así que tu entorno sí te define, rodéate de personas que sean como, cuando te vayas a caer del décimo piso, que ese colchón esté bien cushioned y o que te suelten un paracaídas, como, que rico es tener ese entorno, créanme, 24, sectas de intoxicidad, lo puse así, si algo me hubiera gustado aprender es que no todos los running clubs, no todos los clubs de entrenamiento son los mejores, realmente hay veces que es mejor entrenar por tu cuenta, tener un entrenador solo para ti, hay muchos que te impulsan, hay otros que te hunden, elige bien, use wisely, y no el más caro también siempre es el mejor, lo dejo ahí, no entro mucho en detalle de eso, en un día de mi cumpleaños no voy a faltarme en eso, 25, aprender tarde, ya estoy terminando, son 28, aprender tarde y enseñar, si tú mañana quieres hacer una nueva carrera, si tú mañana quieres cambiarte de carrera, quieres cambiarte de trabajo, quieres empezar desde cero, quieres cambiarte de deporte, hazlo, nunca es tarde, para mí, a mis 27, 28 años, estudiar después de administración de empresas, el BBA que lo hice aquí, estudiar cocina y luego estudiar ciencias del deporte, para mí es como que, Antonella, ¿en qué momento le hiciste 3 carreras? Nunca es tarde, obviamente, necesito tener este tipo de cosas, pero puedes ver la manera de cambiar muchas cosas, puedes pedir becas, puedes hacer, nunca es tarde para aprender, y saben qué es lo que a mí me ha irritado un poco, y bueno, ahora lo hablo, es como, si mañana una persona viene y me dice como que quiero ser coach, quiero ser psicólogo, quiero ser chef, y si es amigo mío, es como que, qué hermoso, te recomiendo esto de chef, te recomiendo esto, o sea, qué hermoso que puedas recomendar y dejar que tu entorno crezca incluso aún pudiendo ser tu competencia, creo que, qué bonito es eso, siempre cuando estés en el entorno adecuado, pero qué lindo es aprender de eso, qué lindo es aprender tarde también, vamos a enseñar tarde, porque nunca es tarde, cada uno va al tiempo que tiene que ir, 26, la envidia, esto lo defino como mi mamá, mi mamá siempre me decía, tal persona tenía envidia, tal persona tenía envidia, oigan, yo he sentido envidia muchas veces por muchas personas, no lo voy a negar, pero una cosa es sentir envidia y otra cosa es desearle el mal a través de la envidia, si sentimos envidia por algo cada vez que hay que envidia que corra este pace, hay que envidia que esto, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, hay que envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia, envidia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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