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The speaker gives thanks for listening to the message of God's Word and emphasizes the importance of studying the Bible. They discuss the concept of the omnipresence of Christ, explaining that it is an inherent attribute of God's divine nature. They provide examples from various biblical passages that demonstrate God's omnipresence. They argue that even though God can manifest Himself in specific places, this does not diminish His omnipresence. They also highlight that Jesus, as God in the flesh, exhibited the attribute of omnipresence during His earthly ministry. The speaker concludes by urging listeners to remain faithful to the doctrine of Christ's divinity and to trust in His omnipresence. Saludos amigos, gracias por escuchar este mensaje de la Palabra de Dios. El Señor bendiga nuestro esfuerzo de estudiar la Biblia. La Biblia es Su santa y bendita Palabra, la cual tenemos gracias al Espíritu Santo para guiarnos a toda la verdad. En esta oportunidad estaremos estudiando acerca de la omnipresencia de Cristo. Cristo es omnipresente. Uno de los atributos inherentes de la esencia de la naturaleza divina es la omnipresencia. La Biblia nos enseña de la omnipresencia de Dios en pasajes tales como el Salmo 139, 7 al 12, donde dice, Adonde me iré de tu espíritu, o adonde huiré de tu presencia. Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú. Si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú. Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, aún allí me llera tu mano y me has ido a tu diestra. Si digo, ciertamente las tinieblas me envolverán, y la luz en torno mío será noche, ni aun las tinieblas son oscuras para ti, y la noche brilla como el día, y las tinieblas y la luz son iguales para ti. En Amós 9, 2 al 3, es otro texto que nos da un ejemplo de la omnipresencia de Dios. Aunque caben hasta el Seol, de allí los tomará mi mano, y aunque suban al cielo, de allí los haré bajar. Aunque se escondan en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré, aunque se oculten de mis ojos en el fondo del mar. Allí ordenaré a la serpiente que los muerda. Otro pasaje que nos enseña acerca de la omnipresencia de Dios es Jeremías 23, 23 al 24. Dice el texto de la siguiente manera. ¿Soy yo un Dios de cerca? declara el Señor. ¿Y no un Dios de lejos? ¿Podrá alguno esconderse en escondites, de modo que yo no lo vea? declara el Señor. ¿No lleno yo los cielos y la tierra? declara el Señor. Proverbios capítulo quince, versículo tres, dice en todo lugar están los ojos del Señor observando a los malos y a los buenos. Y Hebreos cuatro trece dice, no hay cosa creada o oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubiertos y desnudas ante los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta. Estos pasajes son algunos que nos enseñan acerca de la omnipresencia de Dios. ¿Pero qué es la omnipresencia? La omnipresencia de Dios es aquella perfección divina por medio de la cual Dios puede estar presente en todo punto de nuestro espacio al mismo tiempo, no de manera fragmentaria o disperso, como si cada parte del universo y sus componentes tuvieran en sí una pequeña parte de Dios, sino íntegramente, es decir, Dios en todo su completo ser está universalmente presente para todo espacio en todo tiempo. ¿Podemos nosotros comprender a perfección la omnipresencia divina? Muy probablemente el ser humano, por no ser de la misma naturaleza de Dios y por estar limitado a un punto específico en el espacio y el tiempo, no pueda comprender cómo es que un ser pueda estar presente en todo punto de nuestro espacio al mismo tiempo. Sin embargo, esto no significa la imposibilidad de la afirmación bíblica de que Dios sea omnipresente. La Biblia nos enseña de la omnipresencia divina, y los que somos de la fe en ella creemos lo que nos dice de Dios, pues andamos por fe y no por vista, como dice el apóstol Pablo en segunda a los Corintios 5.7. Dios, hermanos y amigos, no está limitado. Y es que un punto muy importante al estudiar de la omnipresencia de Dios es llegar a comprender que tal perfección divina no le limita a Dios el manifestarse a sí mismo en un solo lugar. De hecho, la Biblia nos habla de tales manifestaciones. Un ejemplo de ello lo tenemos en Éxodo, en el capítulo treinta y tres, en el versículo nueve. Y cuando Moisés entraba en la tienda, la columna de nube descendía y permanecía a la entrada de la tienda, y el Señor hablaba con Moisés. El pasaje nos dice que, en una nube es traída la gloria de Jehová, es decir, Dios se manifestó en ese lugar, entró en un punto de nuestro espacio y siguió siendo omnipresente. En Génesis, en el capítulo uno, en el versículo dos, nos dice que el Espíritu se movía sobre la faz de las aguas. Es de mi comprensión aquí que la Deidad en la creación, cuando vino a existir el tiempo y el espacio, se manifestó en un punto específico del mismo para ordenar lo desordenado. Por lo tanto, no sería correcto afirmar que cuando Dios entró para manifestarse en un punto específico del tiempo y el espacio, al hacerlo, dejó sus atributos divinos como el de la omnipresencia. Si se admite tal afirmación, entonces esto nos llevaría a la conclusión de que Dios dejó de ser Dios. Todo el tiempo durante el cual se manifestó en alguna parte del espacio, Él dejó de ser Dios. Esto no puede ser posible, puesto que los atributos que hacen a algo o a alguien lo que es, son intrínsecos, es decir, no se pueden separar a eso a que pertenecen. Cristo es Dios manifestado en carne. La Biblia nos enseña que Cristo es Dios en pasajes tales como Romanos 9.5, en Tito 2.11 y 12, 2 Pedro 1.1, es Dios hecho hombre, Juan 1.1 y 14. Por lo tanto, la encarnación de Dios es otro ejemplo de Su manifestación divina dentro del tiempo y el espacio. Él entró en un punto específico del universo para encarnarse, y es lo que nos dice 1 Timoteo 3.16. Dios fue manifestado en carne. ¿Dejó de ser el Dios encarnado omnipresente? Evidentemente no, y la evidencia de esto lo podemos ver a través del Nuevo Testamento. Cristo en los días de Su carne, es decir, durante Su ministerio aquí en la tierra, demostró tener el atributo divino de la omnipresencia. Un ejemplo de la omnipresencia de Cristo lo encontramos en Mateo 18.20, que dice, porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Jesús usa el tiempo presente al decir, están, estoy, no el futuro, sino el omnipresente, ¿por qué les haría Jesús una promesa a Sus discípulos que no pudiera cumplir estando Él en la carne? Otro ejemplo que el Nuevo Testamento nos da concerniente a la omnipresencia de Cristo es Juan 3.13, nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. Este versículo de la Biblia presenta a Dios en la carne, diciendo Él, estando en la tierra, encontrarse al mismo tiempo en el cielo. Es evidente el hecho de que el cuerpo físico de Jesús estuvo en un solo lugar al mismo tiempo, pero Cristo como Dios no está limitado al tiempo y al espacio. Por ejemplo, tenemos 1 Reyes 8.27, que dice, ¿pero morará verdaderamente Dios sobre la tierra? He aquí, los cielos, y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuanto menos esta casa que yo he edificado. Así Cristo, Él no puede ser contenido, Él está presente en todo lugar al mismo tiempo. En Mateo 28.20, Jesús dice, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado, y aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Después de Su resurrección, Jesús se fue a los cielos, y aunque estuviera en el cielo momentos antes de irse, Él prometió a Sus discípulos que estaría con ellos. Las palabras de Jesús fueron, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Y vemos entonces que Él puede estar en el cielo a la fiesta de Dios y con Sus discípulos en la tierra, y al mismo tiempo estar presente para todo punto del espacio a fin de sustentar todas las cosas con la palabra de Su poder. Así lo dice Colosenses 1.17, y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. También Hebreos 1.3 dice, Él es el resplandor de Su gloria, la expresión exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas. Note que dice, sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Él está presente en todas partes al mismo tiempo, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Esto nos debe dar confianza y gran esperanza, y no sólo eso, sino que también esto nos debe motivar a mantenernos firmes en Sus enseñanzas, porque sabemos que hemos creído no en alguien que está limitado. No olvidemos que así como Dios el Padre es descrito en la Biblia como omnipresente, según Jeremías 23, 23 al 24, también Cristo es descrito de la misma manera. Él lo llena todo. Efesios 4.10 dice, el que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos para llenarlo, para poder llenarlo todo. Permanezcamos fieles a la doctrina de los apóstoles respecto a la divinidad de Cristo. Cristo es omnipresente y esta es una característica de la naturaleza divina. Por lo tanto, Cristo es Dios. Muchas gracias por escuchar este mensaje. Dios le bendiga.