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In this information, the speaker discusses the importance of understanding our behavior and upbringing as it relates to sales. They suggest reflecting on how we behaved as babies and how we demanded attention and care. They also mention the influence of external factors such as our parents' relationship with money and societal perceptions of salespeople. The speaker encourages self-reflection on our internal dialogue and how we sell ourselves on making changes or achieving goals. Y nos vamos a meter en materia. Venga, vamos a por ello. Hemos dicho que tenemos que primero ver ese ADN, ¿vale? Bueno, vamos a irnos a cuando éramos muy pequeñitos, bebé, y me puedes decir, ay, no me acuerdo cuándo era bebé. ¿Vale? Lo entiendo. Está claro, no sabemos cuándo éramos bebés. Pero a lo mejor puedes preguntar a tu madre, a tu padre, a tus hermanos, a la abuela que te cuidaba, ¿vale? Depende un poquito. Aquí en Ley Live. Que esa época la diviese con vosotros y haciendo más mayor os va a dar información. ¿Y a qué me refiero con esto? Bueno, algo sencillo, ¿de acuerdo? Luego ya iremos profundizando que todo lo que ha venido después seguro que ha sido incluso más importante y nos ha marcado. Pero sí que quiero que detectes cómo te comportabas cuando eras un bebé. Hay bebés que son... berrean, lloran, gritan, ¿vale? Demandan una atención muy, muy, muy alta, de esta forma. Hay otros bebés que son más pacientes, más tranquilos, más... abren sus ojitos y miran y no dicen nada. Buscan, a lo mejor, con esa mirada, pues esa caricia o ese contacto, ¿vale? Hay otros que juegan por libre, otros que necesitan de alguien para jugar. Vamos a ver, ¿y esto para qué es importante? Porque esto es las fortalezas y las debilidades que traes de serie. A partir de aquí, vamos a empezar a ver cómo fueron esas demandas que tú hacías para lo que un bebé necesita. Oxígeno, ¿vale? Aquí respirabas por ti solo, ¿de acuerdo? Oxígeno, alimento, ¿vale? Y cariño, sobre todo cariño. Y aquí es donde empiezan los condicionantes externos. Y son... lo primero que solemos tener son nuestros padres, ¿vale? Nuestros hermanos, la familia más cercana. ¿Cómo demandabas a tu madre? ¿Cómo demandabas a tu padre? ¿Qué buscabas en uno? ¿Qué buscabas en otro? ¿Vale? Y me estarás preguntando ahora mismo, ¿qué tiene que ver esto con la venta? Bueno, pues el niño demandaba amor. El niño o la niña, tú, madre, demandabas alimento. La forma, la estrategia de cómo lo haces, te va a decir esos puntos fuertes y esos puntos débiles que ya traes de serie, ¿vale? Este va a ser, nada, como una reflexión, una pregunta a estas personas, a familia, que estaban cerca tuyo cuando tú eras muy pequeñito y, por supuesto, no te acuerdas, ¿vale? Este es tu primer ejercicio. Pero, bueno, aquí podemos encontrar cosas, hay gente que a lo mejor no tiene a quién preguntar, entonces vamos a seguir metiéndonos en materia. Y vamos a localizar esos condicionantes externos. Eso que ya no viene contigo, pero que de haberlo escuchado tanto, de haberlo percibido, sentido en el ambiente, obviamente te ha bloqueado tu relación con la venta. Entonces, vamos a viajar al pasado, a ese pasado que sí te recuerdas, a esas primeras, bueno, a tu casa, de cuando eras pequeñito, a tu niñez, a tu madre, a tu padre, a la relación que estas personas tenían con el dinero, cuando tú, al principio, todavía no sabías la eficacia ni qué era el dinero, ¿de acuerdo? ¿A qué se dedicaban? Quiero que vayas también a lo que se decía, ¿vale? Por ejemplo, en España tenemos cientos de refranes alrededor de los vendedores. ¡Cuidado con ese! ¡Vende humo! ¡Uy, Dios mío! ¡Vende humo! ¡Cuidado! ¿Pero qué pasa? ¡Me tengo que proteger de los vendedores! Había una profesión en España, que no sé si también en América Latina, o en otros países, y era el vendedor de enciclopedias. Yo creo que muchas familias españolas tienen una enciclopedia o tenían una enciclopedia en casa, porque iban puerta por puerta, ¿vale? Se les abría, les invitaba a casa, y te contaban, te generaban una necesidad de tener una enciclopedia para el futuro de tus hijos, para sus estudios... Yo creo que, ya te digo, la mayoría de las cosas en mi casa tuvimos dos. Una que compró mi madre, muy a la humedad, mejor dicho, antes de yo nacer, y otra, cuando yo ya estudiaba, se estaba desfasada, había que tener otra enciclopedia. Con la llegada de Internet, todo esto se ha perdido, ¿no? Pero esas personas no estaban muy bien vistas. Al final, todo el mundo compraba la enciclopedia, pero no estaban muy bien vistas. Ese puerta fría, ese... Mira, no me interesa ahora esto, ¿qué me estás contando? Es quizás lo que has escuchado o percibido. Los vendedores engañan, manipulan, te venden gato por liebre... Todo esto condiciona a que tú bloquees el querer vender, porque tú no quieres ser eso. Así que quiero que hagas la reflexión de qué es lo que se escuchaba en tu casa. ¿Qué relación había con el dinero? ¿Por qué es importante saber qué relación había con el dinero? Porque la venta es una transacción económica. Normalmente no intercambiamos cosas. Pero incluso si las intercambiamos, siempre lo valoramos con dinero. Lo mío cuesta tanto, lo tuyo cuesta tanto, intercambiamos y nos hacemos un mutuo favor. Pero la relación con el dinero es importante para ver si tu familia vivía desde una escasez. Y eso no significa tener o no tener dinero. Significa vivir desde una escasez o vivir desde una abundancia. La relación con el dinero es muy importante saber de dónde venimos, porque lo vamos a ver reflejado en nuestro día a día de ahora. Yo, por ejemplo, os cuento para que veáis un poquito mi ejemplo. Yo vengo de una familia media aquí en el norte de España, muy trabajadora y muy de sacrificio y esfuerzo. En mi casa las cosas se conseguían con sacrificio y con esfuerzo. El dinero era un bien cotizado. ¿Esto qué significa? Pues que se vivía desde la escasez. Se tuviese o no se tuviese, siempre se vivía desde la escasez. Y había momentos en los que se ha tenido y había momentos en los que no se ha tenido. Momentos más duros. Yo escuchaba que el vendedor era un charlatán. Era una persona sin escrúpulos que podía llegar a vender a su madre tranquilamente por ganar una comisión. No estaban nada bien vistos nuestros vendedores de enciclopedias y siempre había una connotación muy pesada, muy densa y muy negativa en esta profesión. Y es gracioso, ¿vale? Es muy gracioso, porque mis padres, al igual que cada uno de nosotros, se han dedicado también a la venta, ¿vale? De una forma directa o indirecta. Y de hecho, ellos en su vida, en un momento dado, lo hicieron de una forma directa. Y me hacía mucha gracia cuando ves en retrospectiva, ya con años encima, la forma en que criticaban. Por eso, en mi caso, ese emprendimiento les costó mucho esfuerzo y mucho sacrificio y no llegó a buen puerto. Y yo no quiero que esto te pase a ti. Entonces, una vez que tenemos esto, estos condicionantes externos, vamos a seguir profundizando, ¿vale? Y vamos a... Quiero que... Bueno, esto es un ejercicio, lo vamos a dejar ahí aparcado y luego lo vamos a retomar. Quiero que ahora veas cuándo tú quieres iniciar un cambio en ti. ¿Quieres hacer algo distinto? ¿Cómo es tu diálogo interno? ¿Qué te dices? ¿Cómo va dialogando el angelito y el demonio este, no? Así, por representarlo de una forma contigo misma. Es decir, ¿cómo te lo vendes? Y aquí puedes coger cualquier cosa, ¿vale? Cualquier cosa del día a día. Imagínate que ahora mismo, que estamos justo iniciando el veranito, dices, me he probado el bikini del año pasado, el bañador del año pasado, me hace tripa, me hace no sé qué, me voy a poner las pilas 15 días, para irme de vacaciones, monísimo o monísimo. ¿Cómo te vendes? ¿Irte al gimnasio? ¿A correr? ¿A comer mejor? ¿Atar con esfuerzo? ¿Con sacrificio? ¿Puedes con ello? ¿No? ¿Cómo te haces para levantarte pronto por la mañana? ¿Cómo haces para, en vez de tomarte un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche, un café con leche,